miércoles, noviembre 25, 2020

se cumplen 60 años de la muerte de Minerva, Patria y María Teresa

Este 25 de noviembre de 2020, se cumplen 60 años de la muerte de Minerva, Patria y María Teresa. El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de las hermanas Mirabal fueron hallados destrozados en el interior de un jeep hundido en un barranco, en Salcedo, noreste de República Dominicana. Distintos movimientos feministas de América Latina eligieron en la década de 1980 la fecha del 25 de noviembre en honor a las tres mujeres dominicanas vilmente asesinadas. Años más tarde, en 1999, cada 25 de noviembre, se celebra en todo el mundo el “Día Internacional de la NO Violencia Contra la Mujer”, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 50/134 el 17 de diciembre de 1999 en propuesta realizada por la República Dominica con el apoyo de otros 60 países. Se celebra anualmente en conmemoración del vil asesinato, a manos de militares de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, de las hermanas Mirabal, Patria (nacida en 1924), Minerva (nacida en 1926) y la más joven María Teresa (nacida en 1935) –conocidas como Las Mariposas, militantes opositoras a la dictadura que por más de 30 años ejerció Trujillo en la República Dominicana.

 


Minerva Mirabal fue una de las primeras mujeres en la República Dominicana en terminar exitosamente los estudios de doctorado, pero su rechazo a los avances románticos de Trujillo terminó con su carrera de abogada.

Pertenecían a una acomodada familia de comerciante, Enrique Mirabal y estaban destinadas a vivir una vida confortable. En cambio, se convirtieron en activistas políticos e íconos de la lucha contra una de las dictaduras más sangrientas de América Latina.

 El compromiso político de Mirabal comenzó cuando Minerva, una joven estudiante de derecho, se unió al movimiento de oposición democrática, bajo la influencia de su tío. Cuando tenía 23 años, ella personalmente conocía a Trujillo. Después de rechazar sus propuestas amorosas, algo bastante inusual ya que las mujeres generalmente tenían demasiado miedo de rechazar las pretensiones del dictador.


Patria y María Teresa siguieron el ejemplo de Minerva y las tres hermanas formaron un grupo llamado el Catorce de Junio. El nombre hacía referencia a la masacre organizada por los hombres de Trujillo durante un acto religioso en ese precio día. Patria, que presenció el asesinato, decidió convertirse en miembro activo del movimiento clandestino anti-Trujillo.

Fue el Servicio de Inteligencia Militar, bajo el mando del general Pupo Román, el encargado de terminar con la vida de las tres mujeres, a las que subieron a un coche a punta de pistola y apalearon hasta la muerte. El reconocimiento de esta fecha, en memoria del feminicidio de las hermanas Mirabal, pretende homenajear a las víctimas así como suponer una reflexión sobre las diferentes formas en las que se ejerce la violencia contra las mujeres, que no es sólo física, aunque esta sea la más visible, sino también psicológica, sexual y económica.

 

Las cosechas del miedo

 

No creía en la suerte;

despojada de sueños, sin hadas ni madrinas,

descendió de la fábula donde habitan las niñas,

aquel espacio en que volaban incautos los amores

ceñidos con viveza al fuego de los dedos.

 

Un día tropezó en la bañera –dijo–,

pero en su extremo firme, insistiendo en la llama,

ofreció la quimera como bálsamo;

sin compartir su velo y su dolor

clavó su savia al tronco de una angustiosa cruz;

sin paraíso, ese cabo suelto en su vida,

albergaba esperanzas creyendo en él un cambio.

 

Tal que un cielo vencido por relámpagos

su paso encadenado ansiaba el verde de la hierba,

en tanto un equipaje detallado con gritos

persistía en el ángulo muerto de su esperanza;

como una página apocada e incierta

su sombra es una mancha de sangre

que recorre las calles.

 

Sumergida en la falla quebrada del amor,

cegada en sus promesas, difería los años;

recuerdo esa mirada sobrepuesta a la herida,

la cara y su reverso en el espacio inerte

de haber sentido amor

con la sola ambición de amar;

 

adobada en cristales, como la sal curtida,

las cosechas del miedo

olvidaron las últimas caricias.

 

© 2008-2020 Alonso de Molina

 

 

 

 

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