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miércoles, octubre 16, 2019

Lecciones de ignorancia




¿Todo vale en poesía? Igual que a D. Miguel d'Ors “El tiempo me ha ido dando lecciones de ignorancia”.  Particularmente vengo sosteniendo que en poesía vale todo siempre que sea poesía. Pero lamentablemente no nos sirven las recetas ni las ideas fijas en el contexto poético y si alguna fijación podemos, debemos, tener es respecto al verso que es la unidad básica del poema. La RAE lo define así: Verso. Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo a cadencia. Usualmente también en sentido colectivo, por contraposición a prosa.

Personalmente, mi percepción de poesía se fundamenta en la creación de imágenes dentro de un contexto donde pueda existir, no el poema sino, la poesía. Imágenes que hablen a la imaginación del lector, que recreen, alivien, hieran o le hagan pensar o reflexionar. Las imágenes sensoriales son el recurso utilizado en el lenguaje poético, en el cual un conjunto de palabras logra evocar, sugerir, insinuar un fenómeno o revelación que puede ser percibida a través de los sentidos.  Igualmente nos podemos referir a la importancia de la metáfora que puede establecer semejanzas entre objetos muy distintos y que, además, encierran un notable poder sugestivo y diríamos que persuasivo. A este respecto, el filósofo Étienne Bonnot de Condillac (1714 – 1780 Francia), sostiene que “en sus balbuceos, las lenguas poseían mayor intensidad poética mayor fuerza expresiva y mayor capacidad musical y pictórica, que su origen, ha sido poético ya que ha comenzado por pintar las imágenes más sensibles”.

Cada poeta tiene su propio lenguaje, su propia manera de percibir el mundo y contarlo a través de la poesía, pero insisto, para que un poema sea poesía debe de transmitir emoción.  A su vez, el profesor José Antonio Hernández Guerrero (1936), catedrático emérito Universidad de Cádiz, afirma que "los autores no suelen insistir suficientemente en que la oratoria es también un lenguaje sensorial. El orador ha de ser también un poeta, un músico, un pintor y un escultor: un artista que, para excitar los sentimientos y para estimular la reflexión, deberá hablar a los sentidos, a los ojos, a los oídos, al gusto, al olfato y al gusto".

Un poema, a mi modo de ver, es algo sencillo, no quiero decir fácil, sencillo. Que todos lo podamos entender y que las formas no perjudiquen el fondo.

Se pueden escribir poemas a nivel social, humorístico, introspectivo… y se puede escribir con formas de estructuras reconocidas y aceptadas (soneto, décima, lira…) y con formas libres.

Si utilizamos formas estructuradas debemos ser muy cautelosos para no confundir al lector y que, por citar un ejemplo, a cualquier composición de catorce versos se le llame soneto. Ejemplo que lamentablemente viene sucediendo y personalmente, algunos conocidos me han enviado composiciones con estructuras poéticas, supuestamente determinadas, que distan millas de ser tales estructuras.

El verso libre, no es tan libre. La Poesía Libre como técnica de mayor expresividad lírica, por encima de la escritura estética convencional. En suma, versos que se alejan de los criterios convencionales de medida, acentuación y rima en poesía; alejamiento en aras de una mayor flexibilidad creativa con la que sus precursores trataban de implicarse con mayor profusión en temas psicológicos, sociales y humanos, tal vez en el intento de sobrepasar la realidad de los valores con el uso de técnicas de mayor expresividad lírica en detrimento de estructuras clásicas convencionales.

Se reconoce al poeta francés André Breton el promotor del surrealismo que surgió en Francia a principios del pasado Siglo XX; movimiento donde el verso libre alcanzó el mayor auge.

Personalmente, estimo que el conocer las estructuras clásicas, la métrica castellana, las diferentes composiciones poéticas puede enriquecer al poema e incluso a la poesía, y que es conveniente que los que pretendemos escribir poesía conozcamos al menos lo elemental de la métrica castellana, pues, en todos los casos, y fuera de cualquier contexto histórico, la estructura, la métrica, el ritmo, la pausa versal, el encabalgamiento y lógicamente el empleo de figuras retóricas, son una gran oportunidad para escribir poemas distintos, originales, que ayuden a captar la atención del lector y muestren una voz propia y diferente en cada poeta.

En otro orden de cosas decir que La poesía apela, de manera especial, a los sentimientos (la poesía no tiene que explicar nada) y la prosa, en cambio, se dirige más específicamente a la razón, al juicio, al entendimiento, a lo explícito.

Como diría nuestro admirado Miguel Hernández: ¿Qué es el poema? Una bella mentira fingida. Una verdad insinuada.


Para finalizar, citaré, por concordancia, los versos del gallego Miguel d'Ors, en su Curso superior de ignorancia: "De este estúpido oficio apasionante sé menos cada día. El tiempo me ha ido dando lecciones de ignorancia y hoy toda mi poética serían interrogantes, aunques y puntos suspensivos".



Tuyo en la poesía

Alonso de Molina
 






Texto publicado en editorial De Sur a Sur Poesía y Artes Literarias. Octubre 2019

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