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lunes, diciembre 21, 2020

Ser poeta



     Ser poeta... Saberse poeta ya es malo.
    Que te consideren poeta es aún peor.
    Pese a todo, yo sigo en esta contienda
    que lo es todo y nada.

    Y no, no voy a mentir...
    lo necesito todo,
    como su mal humor,
    su sonrisa y, tal vez, sus lloros,
    y el vaso de ginebra con su tónica,
    y algo de soledad
    para llenar vacíos.


    Sediento como estoy
    bebo a Bukowski, y entre sus versos
    la luz evaporándose,
    caprichosa y anárquica,
    buscando a dios,
    tal vez una catarsis,
    una escoba, un bombero,
    un alma impar
    o una ventana abierta
    que le muestre mi sangre
    a las quietas palomas
    ancladas en los sueños
    de un invierno cualquiera.

    Mientras, huye la rosa
    en busca de otro cepo
    donde anclar en belleza,
    sus momentos de luz
    y tal vez su mejor aroma.

 


 
 
 
Imagen copropiedad del autor
 Portada de Odaldecir. Poetas en lengua castellana. 2003

domingo, diciembre 23, 2018

Otra Navidad es posible. Diciembre 2018





Es Navidad, otro año más alcanzarán los sueños a estrenar una blusa nueva mientras lamemos con la lengua los bordes de una copa y alzamos las cejas improvisando frases rimbombantes para desear felicidad y suerte a ritmo de villancicos y emociones convenidas. El tiempo, lamentablemente, nos sigue dando la razón, y vamos a más.

Permítanme decirlo, como Einstein, yo creo en el dios de Spinoza.

“¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti!”.


Ya estamos acostumbrando, es lo habitual, lo oficialmente regulado cada vez con más anticipación. Desde el mes de noviembre, nos atiborran las calles y escaparates de luces y motivos navideños, nos vienen preparando para asumir la navidad; el espíritu navideño es bueno para el consumo, es bueno para el comercio, los horarios comerciales se prolongan, permanecen abiertos incluso los domingos y festivos y no se respetan ni el descanso ni el precepto evangélico “fiesta de guardar”, así pues, la celebrada remembranza por el nacimiento de Cristo, origen y naturaleza de esta festividad, queda relegada en claro favor al despilfarro.

Son un hecho aceptado y habitual las aglomeraciones en los centros comerciales durante estas fiestas. Nos reinventan la ilusión entre otras cosas a base de sorteos extraordinarios de lotería con recaudaciones y premios millonarios.

Por otro lado no deja de ser llamativo que una festividad en conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios, rivalice con otras personajes como Santa Claus –Papá Noel- que incluso superan en protagonismo al festejado, en cualquier caso, todos juntos, también con los Magos de Oriente, se apuntan al carro de ofrecer ilusión a cualquier precio; y como no, todos pueden hacer su agosto en navidad, vacaciones en el Caribe, cruceros fin de año… En verdad no deja de ser paradójico que se celebre a manos llenas algo en lo que cada vez se cree menos.

En definitiva, lo que quiero decir es que la Navidad me levanta sentimientos contrapuestos, cada vez más incompatibles y contradictorios. El espíritu de la navidad, el espíritu de la existencia humana por sí misma, nos debiera proyectar hacia los demás en base al respeto, comprensión, tolerancia, generosidad, y tantas otras buenas cualidades inherentes al ser humano, y por el contrario en estas fechas todo se frivoliza, solo interesan los regalos, las fiestas, los banquetes, las vacaciones…. Tal vez debiéramos cuestionarnos si es este el verdadero espíritu de la navidad o si es esta la navidad que en cualquier caso queremos en la que se celebra con ostentación y derroche la venida de un dios que por su propia voluntad se hizo carne, desnudo humano, nacido en la humildad de un simple establo.

En cambio, en su Nombre el sistema nos manipula y hace de la Navidad un pretexto más para el derroche mientras mira hacia otro lado sin ofrecer soluciones a la pobreza, al hambre, al desarraigo, al subdesarrollo, a tanta carencia como existen en tantísimos lugares del mundo y también muy cerca de nuestro entorno, en los cinturones de pobreza y marginalidad que rodean la mayoría de las ciudades industrializadas.

Para transformar el mundo, que sería el objeto último de la venida de Dios, de Cristo, bastaría la práctica diaria de la generosidad con el sentimiento predispuesto a transformar la frivolizada realidad que envuelve nuestros días.

La navidad, diferencialmente respecto a otras épocas del año, nos convierte en amables y educados, en estas fechas sacamos a relucir nuestra más abierta hipocresía.

Otra Navidad es posible
Feliz Navidad 2018


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domingo, diciembre 31, 2017

No te avergüences de ser hombre



Último día del año.

No te avergüences de ser hombre. Es necesario mantener enteros los sueños y el pan.

Un año que acaba en domingo, como un inocente fin de semana, un alba sin tareas y un plenilunio procaz que te sugiere luz igual que un talismán lleno de esperanzas.

Si te asalta un rumor, si cada rosa es un desierto y el presente es pasado, deja que el agua corra mansa y hagamos una isla en la memoria.

Detener el naufragio y romper una lanza a tu favor es celebrar la vida. Incluso las quimeras son sortijas esperando a tus dedos.

Ahóndate en los cantos de la tarde, en las mezclas de té con que te aromas, aspira la hierba y su fragancia, aplaude tus aciertos, tus errores y date una oportunidad al día. Cada huella dejada en esta arena son segundos de historia repetida.

Sigue bajándome la niebla, como antaño, ha tapado a los pájaros y al sol. La arena permanece impasible delante de mis ojos y efímera en sus granos, siempre arena, siempre inconstante.

Como en un vasto espejo, me observo en los versos de Tomas Tranströmer: ¡No te avergüences de ser hombre, sé altivo! / Dentro de ti se abre, interminablemente, bóveda tras bóveda. / Nunca estarás completo, y así ha de ser.

Feliz 2018