Número de versos:
51
Libro: (La dueña
de aquel diciembre).
ISBN: 979-8608843778) 1987, publicado en 2020
No
sucedía nada.
Sin
tu mano en mi hombro,
sin
tu aliento en mi pelo,
no
sucedía nada.
Y
el tiempo no pasaba.
Las
sábanas dormían
en
una escena triste
sin
pretender dormir.
Imagino
que llegas.
Tu
falda y tu cintura,
un
beso y un botón
desabrochado,
roto.
Tu
forma blanca y firme,
tan
masturbada en flores
que
el mapa de tu cuerpo
irrumpe
en mi cerebro
cargado
de estaciones.
En
esta habitación,
donde
sobran desiertos
en
tu cuerpo y en el mío,
las
delgadas arterias
de
tu piel y del aire
desbaratan
sus lienzos
con
la rabia de un dios
tan
sobrado de amor
que
desviste a la espiga
balanceada
en sus vetas.
Alguien
me está mirando.
La
habitación es blanca
y
tus piernas avanzan
deshojando
la atmósfera.
Tu
boca sin pudor
arrastra
hasta mis muslos
los
restos de un brasier
tirado
por el suelo.
Aquí
llegan cerezas
con
la vida flotando
directa
a mis verdades
y
todo su cabello
con
signos de desorden.
Y
tus manos se escurren
al
silo de mi pecho,
con
todas sus vigilias
esperando
tu aliento,
con
todas las ventanas
pronunciando
tu nombre.
La
media noche cruje.
Soy
causa de su amor.
Ya
no me siento solo.
Me
ama.
Estoy
saciado.
Análisis centrado en la personificación de las
ventanas y su impacto en el significado del poema:
Análisis de la Personificación
1. La Voz de la Obsesión
La frase "Todas las ventanas pronunciando tu
nombre" no es solo una decoración, sino un reflejo del estado mental
del yo lírico.
Personificación: Las ventanas, objetos inanimados,
adquieren la cualidad humana de "pronunciar" o hablar.
La Casa como Mente: La casa (y sus ventanas) actúa
como una extensión de la mente del poeta. Si él está obsesionado con el nombre
de la amada, entonces todo lo que lo rodea repite ese nombre. El deseo es tan
grande que satura el ambiente.
El Eco de la Soledad: Inicialmente, al principio del
poema, este pronunciamiento es un eco de la soledad. Las ventanas gritan el
nombre, pero la persona no está, lo que subraya la frustración y la espera
vacía ("No sucedía nada").
2. La Estructura de Anillo (Ring Structure)
Lo más interesante es cómo el poeta utiliza esta
imagen al principio y al final del poema, creando una estructura circular o de
anillo:
Inicio "Todas
las ventanas pronunciando tu nombre
No
sucedía nada.
Sin
tu mano en mi hombro,
sin
tu aliento en mi pelo,
no
sucedía nada.
Angustia. El nombre es un lamento, una súplica que no
recibe respuesta.
Final "...con
todas las ventanas pronunciando tu nombre". Plenitud. Después del éxtasis,
el nombre es un cántico, la confirmación de que la presencia amada ha llegado y
ha saturado el universo del poeta, disipando la soledad.
Al repetirse al final, la frase demuestra que el
nombre de la persona amada es el eje central y el motor de toda la experiencia
narrada, transformando la realidad: lo que empezó como un síntoma de ausencia
se convierte en una celebración de la presencia. En resumen, figurativamente las
ventanas son el termómetro de la pasión del poeta.
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