La esperanza se siembra
sin muros ni alambradas,
pero yo amo la hoguera y sus
misterios,
las audaces esferas
donde la luna vuela
y crujen los volcanes
como el viento y la música
Los conflictos armados no terminan ni lamentablemente termirán en 2021, por contra, aumentan los conflictos violentos y la inseguridad que obliga a la gente a matarse entre sí o a migrar. La guerra ha mutado en sus formas, pero en su esencia sigue siendo igual que hace cientos y miles de años. El hombre continúa estando obligado a matar sin saber la mayoría de las veces qué es lo que defiende, siendo mero instrumento de los estados, en ocasiones definidos por intereses políticos y corrupción explícita, la fría patria de la avidez y el desencanto.
Es precioso, como seres
humanos, superar las barreras físicas, mentales y espirituales que nos impone
la propia existencia, necesitamos PAZ. Un poema no es una arenga ni un discurso
político. El poeta es un mensajero, es la voz para despertar conciencias. La
poesía es cuestionarse el mundo para sentirse más cerca de la verdad. Y el
mundo necesita la profundidad de la poesía como necesita el oxígeno.
La metafísica de la
poesía ejerce una función peculiarmente sensitiva, más susceptible a formular
preguntas que a obtener respuestas. Es el germen de la comunicación sensorial
donde todos los sentidos entran en juego.
La purificación
emocional, corporal, mental y espiritual; vencer barreras físicas, mentales,
espirituales... es el único camino a una creación espontánea, no subordinada a
referencias, que nos acerque a la divinidad y a la pureza, porque somos puros y
divinos sólo por haber nacido y ni la ley del karma ni la maldición bíblica del
pecado original debe mellar nuestra conciencia creadora. La poesía es un mantra
donde ritmo y melodía facilitan la aceptación de un lenguaje sutil y directo a
la metafísica de los sentidos. Nosotros somos la causa y el efecto, estamos
limpios, no sabemos nada, tenemos todas las dudas por resolver, por tanto, todo
está esperando a ser creado por nosotros.
Hemos abusado de la
guerra y de las armas. Somos humanos, imperfectos. Venimos acumulando más
llanto que risa en la historia de la humanidad; por tanto, para reír y ser
felices, necesitamos perseverar en cuanto a flexibilidad y concesiones mutuas
en todos los ámbitos de la vida. Nada justifica la violencia, pero,
lamentablemente, la injusticia y la desigualdad generan violencia. Violencia
que se viene ejerciendo de mil maneras diferentes y en muchísimas ocasiones de
manera legal. Lo legal muchas veces es dañino y peligroso. Decía Gandhi que la
justicia necesita ser transformada, no meramente controlada. Y no olvidemos, no
olvidemos, que todo lo que hizo Hitler, era legal.
así
es como yo veo el mundo
tronando los tambores
con la callada voz de la locura.
De un humano cualquiera
Gracias por leer y dejar un comentario en mis libros.
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