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jueves, octubre 10, 2024

El mismo hambriento de siempre




Nací,
o tal vez me sacaron de un molde vacío.
No siendo un ser brillante
permanecí durante años
a la intemperie de los días,
en discordia conmigo mismo,
rastreando encrucijadas
de noches indolentes.
Poco o nada podría decir de mis maneras.
Suelo elevar un hombro, o los dos,
a veces crispo la frente
o doblo la mandíbula;
abro de par en par los ojos,
clavo la vista en algo
y miro con descaro procaz e indiferente.

En absoluto sobresale mi aspecto.
No soy alto, no soy gordo,
no soy rubio ni tengo azul la piel
-ni la sangre- como los divinos.

Soy un individuo más,
tan corriente y común
como cualquier vecino.

No soy pobre ni rico,
tampoco el pordiosero
que celebra la suerte y sus locuras.

Poco o nada puedo decir de mis sentimientos,
salvo que son como recién sacados
de un paisaje yermo.

Aún de trato difícil y algo espinoso,
acepto de buen grado
verme cada mañana frente al espejo,
admirarme sin reservas
asumiendo la obligación de sobrellevarme
para rendirme cada día
al imprevisible azar de mis avatares.

No me conformo en absoluto
con todo ni con nada,
quisiera, eso sí,
ser docto en el arte de los tambores
y anunciar los excesos
que yerran trapecistas
en las comedias que impone la vida.

 Sin ni siquiera hallar 

los designios marcados

en las runas del humo
soy consciente, además,
de no ser el arquero
que tensa y lanza sus flechas al infinito;
sin embargo,
aquí estoy, otra vez yo,
el mismo hambriento de siempre.
-

 

El presente poema transmite una profunda introspección y autocrítica. El hablante reflexiona sobre su existencia, su apariencia, sus sentimientos y su lugar en el mundo. El poema refleja sentimientos y experiencias que muchas personas pueden identificar en sí mismas en todas partes del mundo. La lucha interna, la autoaceptación y la búsqueda de identidad son temas universales que trascienden fronteras y culturas.

La poesía tiene esa capacidad de conectar con los lectores a un nivel profundo y emocional, permitiendo que nos sintamos comprendidos y acompañados en nuestras propias experiencias.


1. Desencanto existencial: Desde el inicio, el hablante expresa una sensación de vacío y falta de brillo en su vida, como si hubiera sido moldeado sin propósito.

2. Autocrítica y autoaceptación: El hablante se describe a sí mismo con una mezcla de autocrítica y aceptación resignada. Reconoce sus defectos y peculiaridades, pero también acepta su obligación de sobrellevarse a sí mismo.

3. Búsqueda de identidad: El poema refleja una lucha interna y una búsqueda de identidad. El hablante se describe como un individuo corriente y común, pero también expresa un deseo de ser algo más, como un "docto en el arte de los tambores".

4. Resignación y determinación: A pesar de sus dudas y autocrítica, el hablante muestra una determinación persistente al decir "sin embargo, aquí estoy, otra vez yo, el mismo hambriento de siempre". Esto sugiere una lucha continua y una perseverancia frente a la incertidumbre de la vida.

En resumen, el poema evoca una profunda sensación de alienación y autoconciencia, mientras que también transmite un mensaje de resistencia y perseverancia. La voz poética refleja una lucha interna y un deseo de encontrar su lugar en el mundo.


 

Alonso de Molina
Un humano cualquiera

 

Disponible en papel y digital 
https://www.amazon.es/dp/B085RSFDVL

 






 

 

 

Poemas 


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viernes, octubre 04, 2024

No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas.- Análisis del poema, por Javier Amable

 


No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas

Autor: Alonso de Molina

 

     No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas. Ni siquiera es preciso que haya nacido un viernes, pero sería oportuno que ella tenga la risa de un día como el jueves, pues bien pudiera ser que le crecieran pétalos y germine en sus flores hasta hilvanar los círculos de un bosque donde aguarda el helecho para abrir paso a los solsticios y descoser el karma y sus escamas, renaciendo otra vez, de entre los tiempos, única.

Tampoco es necesario que trepe por los muros para contradecir las hormas de la geometría pretendiendo alcanzar los alfas y omegas de la divinidad, pues si de amar se trata, ella ama a sus plantas y a sus gatas, ama su consabido mate y ama sus ojos, (y quizá los míos), y ama caminar como un rayo inviernos, primaveras, otoños y veranos, creciéndoles las huellas desde los pies urgidos al exacto centro de sus buganvillas.

     Por poner un reparo, tendría que decir que la prefiero fresca, como recién cogida de un campo de cerezas y buscara mis párpados para perderse en busca de un pecado. Que prendida en el vientre de la música rompiera los tambores y afirmara que sí, que existe un mundo desbordado de yerbas y de aromas que crecen día tras día entre sus huesos.

     En verano buscamos los racimos huyendo hacia la luna. A veces me parece un sueño que llega hasta el invierno. Ella borra bostezos a la noche, esquivando las dudas de su cuerpo, mientras caen rendidos por su cuello, mis dientes uno a uno muy despacio.

     Podría ser aurora proclamada, y no lo es. Es tan solo un retazo de un mar que un día cambió de tierra buscando hundir los besos donde sus pies naufraguen junto a mí. Hay que amarla cargado de paciencia, como a una reina que zurce entre sus labios un dominio de cantos sin medida. No es difícil amar, ya digo, a una mujer que riega sus macetas.

 

Análisis del poema por Javier Amable

 1. Estructura y métrica:

El poema no sigue una métrica fija ni está sujeto a un esquema de rima formal. Es un poema escrito en verso libre, lo que da al autor más libertad para jugar con la musicalidad del lenguaje y las imágenes, sin la restricción de las reglas métricas tradicionales. La falta de rima y métrica específica no afecta su fluidez, ya que el ritmo está guiado por la cadencia interna de las palabras y los encabalgamientos. Este uso del verso libre es coherente con la temática de la naturaleza, la libertad y el fluir del tiempo que se exploran en el poema.

 2. Lenguaje y estilo:

El estilo es poético y reflexivo, con un uso de imágenes detalladas y sensoriales que evocan la naturaleza y el tiempo. El lenguaje está cargado de sutileza y lirismo, presentando un discurso que se mueve entre lo cotidiano (regar las macetas) y lo metafísico o espiritual (el crecimiento, los ciclos, el karma, los solsticios).

El tono es intimista y, al mismo tiempo, algo contemplativo. Hay una constante reflexión sobre lo que es amar a la mujer que riega sus macetas, no desde lo grandioso ni lo épico, sino desde lo sencillo, lo cotidiano, lo esencial. Esto refuerza la idea de que amar no es un acto complicado, sino que se manifiesta en los pequeños gestos de la vida diaria.

El poema está salpicado de frases largas, con pausas internas, que favorecen un flujo pausado y meditativo, como si el poeta se tomara su tiempo para contemplar y saborear las sensaciones y pensamientos que evoca la mujer. Al no ser un poema formalmente rimado o sujeto a métricas rígidas, este uso del ritmo refleja una sensación de libertad, coherente con el carácter libre de la mujer y su relación con la naturaleza.

 3. Imágenes:

El poema está cargado de imágenes ricas y simbólicas, que contribuyen a crear un ambiente sensorial. Algunas de las imágenes más destacadas son:

- “Mujer que riega sus macetas”: La acción de regar macetas evoca un acto de cuidado y conexión con la vida. Las plantas son símbolo de crecimiento, renovación y fertilidad, y, al ser cuidadas por la mujer, reflejan su capacidad de nutrir y crear belleza.

- “Le crecieran pétalos y germine en sus flores”: Una metáfora que asocia a la mujer con las plantas que cuida, como si ambas estuvieran entrelazadas en un ciclo natural de crecimiento y vida. La mujer no solo cuida la naturaleza, sino que es parte de ella.

- “Renaciendo otra vez, de entre los tiempos, única”: Aquí se introduce la idea de renacimiento y unicidad. La mujer es presentada como una figura única, que trasciende el tiempo y las estaciones, pero sin perder su conexión con la naturaleza.

- “Cargado de paciencia, como a una reina que zurce entre sus labios un dominio de cantos sin medida”: La comparación de la mujer con una reina que zurce no solo denota su cuidado y dedicación, sino también su poder, aunque sea en un reino más humilde y personal. Los “cantos sin medida” evocan la naturaleza infinita y libre de su ser.

 4. Palabras clave:

- “Riega sus macetas”: Esta imagen principal sugiere tanto el cuidado como la conexión con la vida y la naturaleza. Las plantas, aquí, representan la capacidad de amar en lo cotidiano.

- “Pétalos”, “flores”, “helecho”: Todas estas palabras relacionadas con la naturaleza sugieren el ciclo de la vida, el crecimiento, la fertilidad y la transformación.

- “Solsticios”, “karma”: Introducen una dimensión cósmica o espiritual, conectando a la mujer con los ciclos del universo y las fuerzas invisibles que gobiernan la vida.

- “Paciencia”: Resalta la naturaleza tranquila y lenta del amor descrito, el cual se manifiesta a través del tiempo y la dedicación.

- “Reina”: Aunque no en el sentido de majestuosidad pública, el uso de esta palabra sugiere que la mujer tiene un poder interno y una dignidad en su forma de existir.

 5. Figuras retóricas:

El poema está repleto de metáforas, símiles y símbolos, elementos que le otorgan profundidad y riqueza. Algunas de las figuras más destacadas son:

- Metáforas:

   - “No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas”: Esta frase funciona como una metáfora extendida en todo el poema, donde la acción de regar macetas se convierte en un símbolo del tipo de amor que se describe: uno simple, natural, y enraizado en el día a día.

   - “Le crecieran pétalos y germine en sus flores”: La mujer es vista como parte del ciclo de vida de las plantas, lo que subraya la idea de conexión con la naturaleza.

   - “Zurce entre sus labios un dominio de cantos sin medida”: La acción de “zurcir” crea una metáfora para el cuidado y el arte de la paciencia, mientras que el “dominio de cantos” evoca una habilidad innata y libre.

- Imágenes sensoriales:

   - “Como recién cogida de un campo de cerezas” introduce una imagen táctil y gustativa, evocando frescura y tentación.

   - “Creciéndoles las huellas desde los pies urgidos al exacto centro de sus buganvillas” mezcla lo visual con lo táctil, dándole vida a la idea de caminar por las estaciones de la vida.

- Símbolos:

   - “Cerezas” puede simbolizar el placer, la frescura, o incluso lo efímero.

   - “Helecho”, “solsticios” y “karma” son símbolos de ciclos, eternidad y conexiones espirituales que trascienden lo inmediato.

 

 6. Temática:

El poema explora el amor en su forma más sencilla y pura, alejándose de las concepciones grandilocuentes del amor romántico. Aquí, amar es estar en sintonía con la naturaleza, con los ciclos de la vida, y con los pequeños gestos cotidianos que constituyen la existencia. La figura de la mujer es casi una extensión de la naturaleza misma, con su risa, sus plantas y sus gatas.

 

También hay un componente de espiritualidad y transcendencia. Se mencionan conceptos como el “karma”, los “solsticios” y los “ciclos”, lo que sugiere que la mujer no solo es amada por lo que hace o por su presencia física, sino por cómo encarna ciertos ritmos universales más profundos.

 

 Conclusión:

Este poema es una oda al amor cotidiano, a la belleza y al misterio que residen en lo aparentemente simple. Utilizando el verso libre, un lenguaje cargado de imágenes sensoriales y un tono íntimo, el poeta crea una atmósfera de contemplación y reverencia. La mujer que riega sus macetas se convierte en símbolo de una conexión más profunda con la naturaleza, el tiempo y la vida misma, y amarla es entrar en sintonía con esos ciclos.

 

El poema es parte del libro Proclamado en ti, del autor Alonso de Molina, dedicado a su esposa.





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domingo, septiembre 29, 2024

La espera interminable



La espera interminable

Aún regreso del fondo de los años.

Aunque sediento he visto los milagros

del viento y las campanas,

he sacudido el polvo

y aún me quedan prebendas que ofrecer,

pero aún no son mías las vértebras de viento

que me alcen al sol.

Son tantas las semillas que he plantado,

que aún no tienen nombre

ni espacio en esta tierra

para alcanzar su flor.

El paraíso no nos pertenece todavía

y la espera se me hace interminable.


La espera interminables (fragmento)

Alonso de Molina






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jueves, septiembre 26, 2024

Lucía soy yo: Los Pájaros del Ángelus






Lucía soy yo: Los Pájaros del Ángelus, Lucía Ximena, autora.
 Alonso De Molina, Prólogo.

Se trata de un tema que interesa tanto a hombres como a mujeres, cobra especial relevancia el hecho, no tan frecuente, del erotismo visto desde el punto de vista de la mujer y el empoderamiento logrado por la autora, Lucía Ximena, haciendo frente a ese trago amargo, reacciona con firme liderazgo ante las adversidades que la vida le ha ido imponiendo.

Cuenta la autora: cuando fui a la editorial a mostrar mis poemas el editor no me dijo lo que a Anaïs Nin: “Madame, llévese toda su ropa interior, no nos interesa su libro”, sencillamente no los leyó. No dejaba de mirarme el escote y recrear sus ojos en mis piernas. Eso era toda la poesía que sabía leer.

La poesía de Ximena, exterioriza con tesón y ansias, sus ardores más profundos y su empeño en salir adelante; está llena de matices que escarban en la intimidad de la mujer con más o menos sutileza; su poesía ahonda en la represión machista, si no aceptada, convenida; es rica en referencias que muestran el papel impuesto a la mujer y, sobre todo, la poesía de Lucía Ximena es visceral y a veces contradictoria.

Aconsejo a todas las mujeres -dice Lucía Ximena- que, desde la más temprana edad, no se dejen relegar y se atrevan a soñar con ambición para liderar su propio mundo con entereza, independencia y convicción.

El prólogo, a cargo de Alonso de Molina, es un breve pero deliberado ensayo respecto a la problemática del machismo y falta de oportunidades de la mujer, sobre todo en los países islámicos y proporciona información sobre los libros antiguos que hablan de sexo y sexualidad como el Tantra yoga, Kamasutra, Ananga Ranga, así como las referencias al arte erótico "Mayasutra" en la era precolombina.

Colección Poetas de Hoy

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domingo, septiembre 22, 2024

Otoño: observar el lento caer de las hojas de los árboles


 

El verano se despide con mucho calor. Hoy domingo 22 septiembre, me acerqué hasta el mercadillo ambulante del aeropuerto de Almería, como en otras ocasiones el motivo ha sido desayunar chocolate con churros y observar las gangas y bagatelas expuesta bajo los toldos, como las del inolvidable "Bragas Pako que llegan hasta el sobaco" que en esta ocasión no tuve la oportunidad de verle para saludarle, como tampoco al bueno de Paco Robles, inventor del "Indalo Botijo" que pasando de los noventa años aún sigue al pie del cañón con su negocio de alfarería ambulante.

Pero el motivo hoy es despedir al verano y dar la bienvenida al otoño cuyo momento exacto de llegada del serán las 14:44 de hoy domingo y durará 89 días y 21 horas, hasta que el solsticio de invierno del 21 de diciembre dé paso a la última estación del año, según ha establecido el Observatorio Astronómico Nacional. La llegada del otoño coincide con el equinoccio, el momento en el que la Tierra está en una posición en la que sus dos polos están a la misma distancia del Sol.

El hecho concreto es que el otoño durará hasta el 22 de diciembre. No obstante, tendremos que esperar, al menos en estos lares del sur, algunas semanas antes de desempolvar la bufanda para observar el lento caer de las hojas de los árboles envueltos en el suave abrazo de una prenda de abrigo. 
Días más cortos y noches más largas nos esperan, y especialmente librarnos de las altísimas temperaturas que hemos venido padeciendo o disfrutando según cada uno mire, los días de sol y playa se irán dilatando, los paseos al atardecer se harán cuasi a oscuras, aumentarán, eso sí, las horas dedicadas a leer, escribir, meditar, practicar el slow yoga de mi propia cosecha, así como montaña, senderismo y de manera especial algo reconfortante a la hora de echarse a dormir como un equilibrado spirit drink o llámale Cardhu o Black Label. 


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sábado, septiembre 21, 2024

Reseña del último poeta tzántzico, Raúl Arias Chancusi, al libro "Divagaciones al oriente del ron"




Raúl Arias Chancusi, el último poeta tzántzico (Ecuador), escribe una extensa reseña sobre mi libro DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON.

Un hermoso y decisivo ensayo poético, titulado DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON, Una oveja en el rebaño, Distopía Pandémica, reflexiona sobre temas que trascienden lo meramente físico y se adentran en lo esencial, desde las implicaciones sociales y filosóficas hasta las experiencias personales durante el confinamiento. 

El poeta, enfrentando a la pandemia que se ha instalado y que ataca despiadadamente, levanta su voz con la fuerza que se constituye en un indicador esencial para el lector, cuando dice, por ejemplo: Sí, sabes que tienes que reaccionar con coraje, que sobre ti hay una amenaza inminente, pero ni siquiera puedes gritar ni enfrentarte a nada porque es algo que solo existe en el aire y tal vez en tu cabeza
Los humanos, sumergidos en la soledad, dan manotazos en la oscuridad; sin embargo, encuentran espacio para pensa.

Semejante a voces que provienen de bíblico trinar, delinean comportamientos y reclamos:
Molina acude a las voces de poetas mundiales, y en una invocación, precisa:
En situación semejante, Albert Camus escribió en La peste: Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste. Jaffa y sus odiosos mendigos, los lechos húmedos y podridos pegados a la tierra removida del hospital de Constantinopla, los enfermos sacados con ganchos, el carnaval de los médicos enmascarados durante la Peste negra, las cópulas de los vivos en los cementerios de Milán, las carretas de muertos en el Londres aterrado, y las noches y días henchidos por todas partes del grito interminable de los hombres. No, todo esto no era todavía suficientemente fuerte para matar la paz de ese día. 


Artículo completo en págs. 41 a 47 #23 De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias

Gracias por tu lectura, tu comentario será bien recibido.



RESEÑA COMPLETA

 Entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020, fueron decretados por el gobierno de España de Pedro Sánchez, cien días de confinamiento a causa de la pandemia COVID-19 con objeto de evitar los contagios.

      Ya sabíamos de la eventualidad del ser humano.

      El estate quieto que el Covid-19 impuso al mundo en el 2020 fue una advertencia más de las surgidas en anteriores pandemias de diversa índole.

Esta prueba fue una oportunidad para repensar la circunstancialidad del ser humano, lanzado a probar la soledad y la solidaridad. Esto colmó las ansias de estar solo y/o juntarnos. 

El poeta Alonso de Molina, decidió adentrarse en las profundidades de la conciencia humana a raíz de la pandemia Covid 19, y explorar cómo esta crisis alteró la percepción del mundo. “En este viaje –escribe Alonso- nos preguntamos si hemos extraído lecciones valiosas para construir un futuro más resiliente y solidario”. 

Molina, en un hermoso y decisivo ensayo poético, titulado DIVAGACIONES AL ORIENTEDEL RON, Una oveja en el rebaño, Distopía Pandémica, reflexiona sobre temas que trascienden lo meramente físico y se adentran en lo esencial, desde las implicaciones sociales y filosóficas hasta las experiencias personales durante el confinamiento. 

El poeta, enfrentando a la pandemia que se ha instalado y que ataca despiadadamente, levanta su voz con la fuerza que se constituye en un indicador esencial para el lector, cuando dice, por ejemplo: Sí, sabes que tienes que reaccionar con coraje, que sobre ti hay una amenaza inminente, pero ni siquiera puedes gritar ni enfrentarte a nada porque es algo que solo existe en el aire y tal vez en tu cabeza. 

Impregnado por la tragedia, describe el arrasamiento:

 

Me escurro y pretendo no oír los crujidos que, sobre los huesos que me quedan, van dejando la gente que camina la tierra que hoy me acoge.

 

Cada cuerpo necesita su porción de tierra para adaptarse a ella. No es cuestión de entorpecer, compartir es abrir los brazos y deja un hueco para acoger los otros brazos … Otra prueba de que para vivir del todo es preciso morir un poco, estar algún tiempo enterrados, desanclar, es el precio de seguir vivo. 

 

El potencial poético de Alonso de Molina se presenta a lo largo del escrito que posee resonancias magnéticas, telúricas, esperpénticas:

 

Sabes que las palabras cobran fuego, que la tierra es semilla y que un poema es la madre de todas las palabras. Sabes que el ser crece, y que el dolor, la desazón, la angustia… son solo signos de pureza ante la escarcha y el miedo. 

 

Los humanos, sumergidos en la soledad, dan manotazos en la oscuridad; sin embargo, encuentran espacio para pensar: 

Ahora que los obispos empiezan a entender que las manos se besan por amor y no por devoción… 

que el pecado es dilema metafísico y no aflicción... 

que la paz, la concordia, la justicia, la libertad… no son reiterativos discursos de arcángeles ni políticos... 

que lo más sagrado somos tú y yo y ese y aquel y José y Manuel y Mao y Mohamed… 

que todo el oro es falso si la luna se duerme en los confines del fango; si no se construye el sol una esperanza abierta donde quepamos todos. 

Temblamos con la tierra que tiembla a nuestro paso mientras el mar se hunde en nuestros ojos y no encuentra la arena la sal ni en mis labios ni en mi cara. 

No hay más misterio que el tiempo desgastado, la sangre, el epitafio de este mundo amarrado o quién sabe si somos la voz en off de un instante pasado.

 

 

Semejante a voces que provienen de bíblico trinar, delinean comportamientos y reclamos: 

El regreso no admite más demora, el paraíso no puede esperar, apremiante nos dicta el SARS-CoV-2. 

Imperioso en sus voces, no le valen sorteos ni proclamas. 

Recoger tus sandalias será un lastre en el otro lado, donde ha trenzado la carcoma tu alfabeto sin nombre. 

Tu lengua ya no tiene esperanza, ningún abecedario podría soportar el grasiento color que pastorea tu muerte. 

Y te arrastras al polvo, al letargo letal donde la vida escupe, impasible y cobarde, todas las sombras muertas de la inclusa.

      Mi sangre y cabello se volverán ausencia. 

La mariposa en cinta nos regala distancias que nos acerca al hambre para ser prisioneros derrocados del cielo. 

 

Molina acude a las voces de poetas mundiales, y en una invocación, precisa: Abril es bello, Páez, lo escribes y lo cantas: nos pasan tantas cosas en la vida; es el mes en que abren las estrellas la bendición del cielo con todos los imposibles esperando tus huellas, e insistes Fito Páez: Dios santo, qué bello abril. 

 

La poesía cura. O al menos, como la morfina, alivia, pregona Molina. 

En constante y viva búsqueda por salir del mal, enuncia: 

La vida es hermosa, pero a pesar de todo, quién no perdió el camino sin haberlo encontrado. 

No hay paraíso sin razón de ser; si no lo llevas encima, no existe el paraíso. 

Bésate, primero bésate, obsérvate las manos y no veas cicatrices; deja tus pies que respiren distancias. 

No eres el llanto. No eres el golpe. No eres el dolor. Eres el hombre sometido al tiempo descarriado a costa de comerte las uñas y mantener a raya tus palpitaciones. (Alusión al poema Los cómplices, de Gonzalo Rojas). 

 

Alonso es un río bullente que se convierte en catarata, aluvión, arboleda, pájaro cantor en medio de la vida que no recobra serenidad: 

Siento que no siento y siento pena, algo está fallando en mis emociones. Siento dolor y silencio.

       El poeta confiesa derrota y solo ve ciegos taponando sus pasos y no le importa “caminar o estar quieto, porque ni siquiera existo”.

 

Crisis total. 

En situación semejante, Albert Camus escribió en La peste: Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste. Jaffa y sus odiosos mendigos, los lechos húmedos y podridos pegados a la tierra removida del hospital de Constantinopla, los enfermos sacados con ganchos, el carnaval de los médicos enmascarados durante la Peste negra, las cópulas de los vivos en los cementerios de Milán, las carretas de muertos en el Londres aterrado, y las noches y días henchidos por todas partes del grito interminable de los hombres. No, todo esto no era todavía suficientemente fuerte para matar la paz de ese día.

 

Alonso presiente: Alguien va a matarme y no lo sabe. 

…el miedo hoy es convivir unos junto a los otros. 

Y el miedo da miedo porque nos potencia el odio. 

No quedarán olas para cabalgar ni orillas donde posar nuestra parálisis. 

Ha venido un dios grasiento a purificar el planeta. 

La guerra y el fuego ya no nos bastan para purificarnos. 

No es cuestión de obviar el corazón aparcando las emociones. 

Alguien va a matarme y ni siquiera él lo sabe. 

 

El instinto se presenta, mas no prospera: 

Tienes ganas de hacer el amor, de poner el pan en el ardiente pecho de tu amada que se esfuerza en latir en tus entrañas. 

En cambio, eludes la tormenta porque eres la tormenta sobre el ramo impoluto de los ojos vírgenes de la inquietud y pretendes ser pecho y despecho en una isla de olvido. 

 

El poema Coronasex define la impotencia del cuerpo: 

Me desangro y no sé por qué parte de mi cuerpo entró el cuchillo. 

Abrazos, besos, reuniones y un confiado vuelo a la felicidad. 

No apartamos la mano de la herida si de viejas maneras besamos sin misterio e invocamos al virus. 

El sexo más seguro es el sexo con uno mismo. Tal vez terapia, dice el sexólogo, “oh estruendo mudo. ¡Odumodneurtse!“ asegura Vallejo. (En referencia al poema Pienso en tu sexo, de César Vallejo). 

 

Algún alivio aparece: 

El dedo me señala alguna luna que despierta e insiste en convidarme. 

Voy dormido al viento sin más aire que el designio del dios de las barricas, bebo vino en mis manos hasta hartarme. 

 

En el fluir de la desesperanza, el poeta se sumerge en el mundo extraño de la tragedia que no cesa, solo da sus múltiples colores inentendibles, inciertos.

       

Algo no estamos haciendo bien. 

El frío, el viento, la humedad, como una sombra verdosa afirmada en el cielo, refleja la realidad. 

Ni el cielo ni los colores de la naturaleza se equivocan. 

El error somos nosotros. 

 

El texto que cierra este libro de reflexión y poesía hermanadas por la necesidad de expresar lo casi inexpresable, nos aclara el porqué de su nacimiento. Alonso escribe: 

Un poema es quedar desnudo y escarbar. 

No sabría decir el porqué de la poesía; vivimos en una sociedad dominada por un materialismo globalizado, por un consumo desmedido, donde la superficialidad y las apariencias son el pan de cada día. 

(…) Hemos leído obras poéticas de estilos y autores diversos, cuasi opuestos en algunos casos y la conclusión, si es que la hubiera, es que un poema, de alguna manera, es quedar desnudo, escarbar en busca de la expresión más profunda de nuestros sentimientos, una catarsis que te limpia y libera de cualquier perturbación, de cualquier disturbio contigo mismo o con los demás; por ello, a los autores leídos y a los no leídos en este singular período, dedico estos escritos que, si acaso, pudieran ser  poemas.

       

Para finalizar, declaro que con la lectura de DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON he experimentado el asombro, la delicadeza, la sutileza, la sabiduría y la originalidad de Alonso de Molina, al asumir una tarea necesaria para recobrar la comunicación y fraternidad humana.  Tarea de un poeta que con sus libros indaga la condición del ser en sus innumerables interrogantes y respuestas. Espíritu que se plantea preguntas y da respuestas a La insaciable verdad de la verdad, como el título de una de sus obras.

       

Vaya para Alonso, un abrazo con la verdad de la amistad verdadera.

 

Quito, 30 de agosto de 2024





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jueves, septiembre 19, 2024

De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias ISSN 2660-7239 (España) - Ya disponible el Nº 23 Octubre 2024



De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias ISSN 2660-7239 (España) Ya disponible el Nº 23 Octubre 2024 --------------------------------------- ESPECIAL CAMINO DE SANTIAGO ---------------------------------------

El arte, como la peregrinación, es un viaje que nos transforma, que nos invita a cuestionarnos, a descubrir y a encontrar belleza en lo simple y cotidiano. ¿Sobre qué escribir, que es lo que motiva que arranquemos un poema, una novela, un cuadro, una obra de cualquier índole artística? La inspiración es una chispa efímera que enciende la llama de la creatividad, pero encontrarla y mantenerla viva es un desafío para cualquier autor.

 

La búsqueda de inspiración es a menudo un viaje tan profundo como el que emprendemos hacia el conocimiento de nosotros mismos.

 

https://www.desurasurediciones.com/de-sur-a-sur-revista-de-poesia-y-artes-literarias/?tag=#Revista-23

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lunes, septiembre 16, 2024

Relato "Mi ciudad, 1970" del libro " Relatos sin ton ni son" en la edición Extra de la Revista Transparencias



EXTRA

REVISTA CULTURAL “TRANSPARENCIAS”

EXTRA DE SEPTIEMBRE / 2024


 

Relato "Mi ciudad, 1970" del libro "Relatos sin ton ni son" en la edición Extra de la Revista Transparencias


Libro disponible en formatos papel y digital

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miércoles, septiembre 11, 2024

11S *



11S *

 

Veo producción de estatuas,

los hombres no ven mujeres,

figuras de mármol, frías y perfectas,

que ocultan la calidez de la carne y la sangre.


En sus ojos de piedra no hay reflejo de vida,

solo la eternidad de un instante congelado.

Las manos que esculpen, ciegas a la esencia,

crean formas sin alma, sin historia, sin voz.

Las mujeres caminan entre sombras buscando ser vistas.

 

El viento, en tanto, susurra secretos de tiempos olvidados,

mientras las gotas de lluvia dibujan caminos en el polvo

el pájaro azul canta una melodía de añoranza

y las estatuas observan, inmóviles, el paso del tiempo.

 

En el callejón oscuro, las sombras bailan,

y mis pies, sumergidos aún en la cerveza de agosto,

sienten el frío de una realidad que se desvanece.


Las rejas invisibles encierran sueños no escritos,

y el 11S resuena como un eco que relampaguea en las sienes.

 

La visión del mundo es un callejón oscuro,

donde las sombras revelan rostros fugaces

y un eco sin pasos resuena en la distancia

de este laberinto de penumbras y dudas,

busco una salida, una chispa de claridad.


Las paredes, frías y húmedas, guardan historias,

de sueños rotos y esperanzas perdidas.

 

FIN

*Atentados del 11 de septiembre de 2001

Los símbolos desnudos


 Poesía es poner delante algo nuevo

"Hacer un árbol con un trozo de madera" eso es cualidad de la poesía.


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LO BELLO Y LO TRISTE. YASUNARI KAWABATA



Antes de llegar a los treinta años, Otoko comenzó a usar siempre quimono, de modo que su esbeltez ya no resultaba tan evidente como cuando usaba faldas o pantalones. Con todo, era innegable que adelgazaba mucho todos los veranos. Ahora, aquel fenómeno la hacía pensar en su madre muerta. 
Verano a verano, la debilidad y la pérdida de peso de Otoko se iban haciendo más notables.

–¿A qué tónico se puede recurrir para evitar esto? –preguntó a su madre en una oportunidad–. En los periódicos aparecen avisos de muchas medicinas... ¿has probado alguna?

–Supongo que algo ayudarán –respondió la mujer con vaguedad y luego de una pausa prosiguió con tono diferente–: Otoko, la mejor medicina para una mujer es el matrimonio.

Otoko permaneció en silencio.

–¡El hombre es la medicina que da vida a la mujer! Todas las mujeres tienen que consumirla.

–¿Aun cuando se trate de un veneno?

–Aun así. Tú ya probaste el veneno y aún no lo admites, ¿no? Pero yo sé que puedes encontrar un buen antídoto. A veces se necesita un veneno para contrarrestar otro veneno. Quizás el remedio sea amargo, pero tienes que cerrar los ojos y tragarlo. Es posible que experimentes náuseas y creas que no te va a pasar por la garganta.



Fragmento
LO BELLO Y LO TRISTE
YASUNARI KAWABATA
Premio Nobel de Literatura 1968



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