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domingo, septiembre 22, 2024

Otoño: observar el lento caer de las hojas de los árboles


 

El verano se despide con mucho calor. Hoy domingo 22 septiembre, me acerqué hasta el mercadillo ambulante del aeropuerto de Almería, como en otras ocasiones el motivo ha sido desayunar chocolate con churros y observar las gangas y bagatelas expuesta bajo los toldos, como las del inolvidable "Bragas Pako que llegan hasta el sobaco" que en esta ocasión no tuve la oportunidad de verle para saludarle, como tampoco al bueno de Paco Robles, inventor del "Indalo Botijo" que pasando de los noventa años aún sigue al pie del cañón con su negocio de alfarería ambulante.

Pero el motivo hoy es despedir el verano y dar la bienvenida al otoño cuyo momento exacto de llegada del serán las 14:44 de hoy domingo y durará 89 días y 21 horas, hasta que el solsticio de invierno del 21 de diciembre dé paso a la última estación del año, según ha establecido el Observatorio Astronómico Nacional. La llegada del otoño coincide con el equinoccio, el momento en el que la Tierra está en una posición en la que sus dos polos están a la misma distancia del Sol.

El hecho concreto es que el otoño durará hasta el 22 de diciembre. No obstante, tendremos que esperar, al menos en estos lares del sur, algunas semanas antes de desempolvar la bufanda para observar el lento caer de las hojas de los árboles envueltos en el suave abrazo de una prenda de abrigo. 
Días más cortos y noches más largas nos esperan, y especialmente librarnos de las altísimas temperaturas que hemos venido padeciendo o disfrutando según cada uno mire, los días de sol y playa se irán dilatando, los paseos al atardecer se harán cuasi a oscuras, aumentarán, eso sí, las horas dedicadas a leer, escribir, meditar, practicar el slow yoga de mi propia cosecha, así como montaña, senderismo y de manera especial algo reconfortante a la hora de echarse a dormir como un equilibrado spirit drink o llámale Cardhu o Black Label. 


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sábado, septiembre 21, 2024

Reseña del último poeta tzántzico, Raúl Arias Chancusi, al libro "Divagaciones al oriente del ron"




Raúl Arias Chancusi, el último poeta tzántzico (Ecuador), escribe una extensa reseña sobre mi libro DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON.

Un hermoso y decisivo ensayo poético, titulado DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON, Una oveja en el rebaño, Distopía Pandémica, reflexiona sobre temas que trascienden lo meramente físico y se adentran en lo esencial, desde las implicaciones sociales y filosóficas hasta las experiencias personales durante el confinamiento. 

El poeta, enfrentando a la pandemia que se ha instalado y que ataca despiadadamente, levanta su voz con la fuerza que se constituye en un indicador esencial para el lector, cuando dice, por ejemplo: Sí, sabes que tienes que reaccionar con coraje, que sobre ti hay una amenaza inminente, pero ni siquiera puedes gritar ni enfrentarte a nada porque es algo que solo existe en el aire y tal vez en tu cabeza
Los humanos, sumergidos en la soledad, dan manotazos en la oscuridad; sin embargo, encuentran espacio para pensa.

Semejante a voces que provienen de bíblico trinar, delinean comportamientos y reclamos:
Molina acude a las voces de poetas mundiales, y en una invocación, precisa:
En situación semejante, Albert Camus escribió en La peste: Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste. Jaffa y sus odiosos mendigos, los lechos húmedos y podridos pegados a la tierra removida del hospital de Constantinopla, los enfermos sacados con ganchos, el carnaval de los médicos enmascarados durante la Peste negra, las cópulas de los vivos en los cementerios de Milán, las carretas de muertos en el Londres aterrado, y las noches y días henchidos por todas partes del grito interminable de los hombres. No, todo esto no era todavía suficientemente fuerte para matar la paz de ese día. 


Artículo completo en págs. 41 a 47 #23 De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias

Gracias por tu lectura, tu comentario será bien recibido.



RESEÑA COMPLETA

 Entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020, fueron decretados por el gobierno de España de Pedro Sánchez, cien días de confinamiento a causa de la pandemia COVID-19 con objeto de evitar los contagios.

      Ya sabíamos de la eventualidad del ser humano.

      El estate quieto que el Covid-19 impuso al mundo en el 2020 fue una advertencia más de las surgidas en anteriores pandemias de diversa índole.

Esta prueba fue una oportunidad para repensar la circunstancialidad del ser humano, lanzado a probar la soledad y la solidaridad. Esto colmó las ansias de estar solo y/o juntarnos. 

El poeta Alonso de Molina, decidió adentrarse en las profundidades de la conciencia humana a raíz de la pandemia Covid 19, y explorar cómo esta crisis alteró la percepción del mundo. “En este viaje –escribe Alonso- nos preguntamos si hemos extraído lecciones valiosas para construir un futuro más resiliente y solidario”. 

Molina, en un hermoso y decisivo ensayo poético, titulado DIVAGACIONES AL ORIENTEDEL RON, Una oveja en el rebaño, Distopía Pandémica, reflexiona sobre temas que trascienden lo meramente físico y se adentran en lo esencial, desde las implicaciones sociales y filosóficas hasta las experiencias personales durante el confinamiento. 

El poeta, enfrentando a la pandemia que se ha instalado y que ataca despiadadamente, levanta su voz con la fuerza que se constituye en un indicador esencial para el lector, cuando dice, por ejemplo: Sí, sabes que tienes que reaccionar con coraje, que sobre ti hay una amenaza inminente, pero ni siquiera puedes gritar ni enfrentarte a nada porque es algo que solo existe en el aire y tal vez en tu cabeza. 

Impregnado por la tragedia, describe el arrasamiento:

 

Me escurro y pretendo no oír los crujidos que, sobre los huesos que me quedan, van dejando la gente que camina la tierra que hoy me acoge.

 

Cada cuerpo necesita su porción de tierra para adaptarse a ella. No es cuestión de entorpecer, compartir es abrir los brazos y deja un hueco para acoger los otros brazos … Otra prueba de que para vivir del todo es preciso morir un poco, estar algún tiempo enterrados, desanclar, es el precio de seguir vivo. 

 

El potencial poético de Alonso de Molina se presenta a lo largo del escrito que posee resonancias magnéticas, telúricas, esperpénticas:

 

Sabes que las palabras cobran fuego, que la tierra es semilla y que un poema es la madre de todas las palabras. Sabes que el ser crece, y que el dolor, la desazón, la angustia… son solo signos de pureza ante la escarcha y el miedo. 

 

Los humanos, sumergidos en la soledad, dan manotazos en la oscuridad; sin embargo, encuentran espacio para pensar: 

Ahora que los obispos empiezan a entender que las manos se besan por amor y no por devoción… 

que el pecado es dilema metafísico y no aflicción... 

que la paz, la concordia, la justicia, la libertad… no son reiterativos discursos de arcángeles ni políticos... 

que lo más sagrado somos tú y yo y ese y aquel y José y Manuel y Mao y Mohamed… 

que todo el oro es falso si la luna se duerme en los confines del fango; si no se construye el sol una esperanza abierta donde quepamos todos. 

Temblamos con la tierra que tiembla a nuestro paso mientras el mar se hunde en nuestros ojos y no encuentra la arena la sal ni en mis labios ni en mi cara. 

No hay más misterio que el tiempo desgastado, la sangre, el epitafio de este mundo amarrado o quién sabe si somos la voz en off de un instante pasado.

 

 

Semejante a voces que provienen de bíblico trinar, delinean comportamientos y reclamos: 

El regreso no admite más demora, el paraíso no puede esperar, apremiante nos dicta el SARS-CoV-2. 

Imperioso en sus voces, no le valen sorteos ni proclamas. 

Recoger tus sandalias será un lastre en el otro lado, donde ha trenzado la carcoma tu alfabeto sin nombre. 

Tu lengua ya no tiene esperanza, ningún abecedario podría soportar el grasiento color que pastorea tu muerte. 

Y te arrastras al polvo, al letargo letal donde la vida escupe, impasible y cobarde, todas las sombras muertas de la inclusa.

      Mi sangre y cabello se volverán ausencia. 

La mariposa en cinta nos regala distancias que nos acerca al hambre para ser prisioneros derrocados del cielo. 

 

Molina acude a las voces de poetas mundiales, y en una invocación, precisa: Abril es bello, Páez, lo escribes y lo cantas: nos pasan tantas cosas en la vida; es el mes en que abren las estrellas la bendición del cielo con todos los imposibles esperando tus huellas, e insistes Fito Páez: Dios santo, qué bello abril. 

 

La poesía cura. O al menos, como la morfina, alivia, pregona Molina. 

En constante y viva búsqueda por salir del mal, enuncia: 

La vida es hermosa, pero a pesar de todo, quién no perdió el camino sin haberlo encontrado. 

No hay paraíso sin razón de ser; si no lo llevas encima, no existe el paraíso. 

Bésate, primero bésate, obsérvate las manos y no veas cicatrices; deja tus pies que respiren distancias. 

No eres el llanto. No eres el golpe. No eres el dolor. Eres el hombre sometido al tiempo descarriado a costa de comerte las uñas y mantener a raya tus palpitaciones. (Alusión al poema Los cómplices, de Gonzalo Rojas). 

 

Alonso es un río bullente que se convierte en catarata, aluvión, arboleda, pájaro cantor en medio de la vida que no recobra serenidad: 

Siento que no siento y siento pena, algo está fallando en mis emociones. Siento dolor y silencio.

       El poeta confiesa derrota y solo ve ciegos taponando sus pasos y no le importa “caminar o estar quieto, porque ni siquiera existo”.

 

Crisis total. 

En situación semejante, Albert Camus escribió en La peste: Atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de Marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en Provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste. Jaffa y sus odiosos mendigos, los lechos húmedos y podridos pegados a la tierra removida del hospital de Constantinopla, los enfermos sacados con ganchos, el carnaval de los médicos enmascarados durante la Peste negra, las cópulas de los vivos en los cementerios de Milán, las carretas de muertos en el Londres aterrado, y las noches y días henchidos por todas partes del grito interminable de los hombres. No, todo esto no era todavía suficientemente fuerte para matar la paz de ese día.

 

Alonso presiente: Alguien va a matarme y no lo sabe. 

…el miedo hoy es convivir unos junto a los otros. 

Y el miedo da miedo porque nos potencia el odio. 

No quedarán olas para cabalgar ni orillas donde posar nuestra parálisis. 

Ha venido un dios grasiento a purificar el planeta. 

La guerra y el fuego ya no nos bastan para purificarnos. 

No es cuestión de obviar el corazón aparcando las emociones. 

Alguien va a matarme y ni siquiera él lo sabe. 

 

El instinto se presenta, mas no prospera: 

Tienes ganas de hacer el amor, de poner el pan en el ardiente pecho de tu amada que se esfuerza en latir en tus entrañas. 

En cambio, eludes la tormenta porque eres la tormenta sobre el ramo impoluto de los ojos vírgenes de la inquietud y pretendes ser pecho y despecho en una isla de olvido. 

 

El poema Coronasex define la impotencia del cuerpo: 

Me desangro y no sé por qué parte de mi cuerpo entró el cuchillo. 

Abrazos, besos, reuniones y un confiado vuelo a la felicidad. 

No apartamos la mano de la herida si de viejas maneras besamos sin misterio e invocamos al virus. 

El sexo más seguro es el sexo con uno mismo. Tal vez terapia, dice el sexólogo, “oh estruendo mudo. ¡Odumodneurtse!“ asegura Vallejo. (En referencia al poema Pienso en tu sexo, de César Vallejo). 

 

Algún alivio aparece: 

El dedo me señala alguna luna que despierta e insiste en convidarme. 

Voy dormido al viento sin más aire que el designio del dios de las barricas, bebo vino en mis manos hasta hartarme. 

 

En el fluir de la desesperanza, el poeta se sumerge en el mundo extraño de la tragedia que no cesa, solo da sus múltiples colores inentendibles, inciertos.

       

Algo no estamos haciendo bien. 

El frío, el viento, la humedad, como una sombra verdosa afirmada en el cielo, refleja la realidad. 

Ni el cielo ni los colores de la naturaleza se equivocan. 

El error somos nosotros. 

 

El texto que cierra este libro de reflexión y poesía hermanadas por la necesidad de expresar lo casi inexpresable, nos aclara el porqué de su nacimiento. Alonso escribe: 

Un poema es quedar desnudo y escarbar. 

No sabría decir el porqué de la poesía; vivimos en una sociedad dominada por un materialismo globalizado, por un consumo desmedido, donde la superficialidad y las apariencias son el pan de cada día. 

(…) Hemos leído obras poéticas de estilos y autores diversos, cuasi opuestos en algunos casos y la conclusión, si es que la hubiera, es que un poema, de alguna manera, es quedar desnudo, escarbar en busca de la expresión más profunda de nuestros sentimientos, una catarsis que te limpia y libera de cualquier perturbación, de cualquier disturbio contigo mismo o con los demás; por ello, a los autores leídos y a los no leídos en este singular período, dedico estos escritos que, si acaso, pudieran ser  poemas.

       

Para finalizar, declaro que con la lectura de DIVAGACIONES AL ORIENTE DEL RON he experimentado el asombro, la delicadeza, la sutileza, la sabiduría y la originalidad de Alonso de Molina, al asumir una tarea necesaria para recobrar la comunicación y fraternidad humana.  Tarea de un poeta que con sus libros indaga la condición del ser en sus innumerables interrogantes y respuestas. Espíritu que se plantea preguntas y da respuestas a La insaciable verdad de la verdad, como el título de una de sus obras.

       

Vaya para Alonso, un abrazo con la verdad de la amistad verdadera.

 

Quito, 30 de agosto de 2024





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jueves, septiembre 19, 2024

De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias ISSN 2660-7239 (España) - Ya disponible el Nº 23 Octubre 2024



De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias ISSN 2660-7239 (España) Ya disponible el Nº 23 Octubre 2024 --------------------------------------- ESPECIAL CAMINO DE SANTIAGO ---------------------------------------

El arte, como la peregrinación, es un viaje que nos transforma, que nos invita a cuestionarnos, a descubrir y a encontrar belleza en lo simple y cotidiano. ¿Sobre qué escribir, que es lo que motiva que arranquemos un poema, una novela, un cuadro, una obra de cualquier índole artística? La inspiración es una chispa efímera que enciende la llama de la creatividad, pero encontrarla y mantenerla viva es un desafío para cualquier autor.

 

La búsqueda de inspiración es a menudo un viaje tan profundo como el que emprendemos hacia el conocimiento de nosotros mismos.

 

https://www.desurasurediciones.com/de-sur-a-sur-revista-de-poesia-y-artes-literarias/?tag=#Revista-23

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lunes, septiembre 16, 2024

Relato "Mi ciudad, 1970" del libro " Relatos sin ton ni son" en la edición Extra de la Revista Transparencias



EXTRA

REVISTA CULTURAL “TRANSPARENCIAS”

EXTRA DE SEPTIEMBRE / 2024


 

Relato "Mi ciudad, 1970" del libro "Relatos sin ton ni son" en la edición Extra de la Revista Transparencias


Libro disponible en formatos papel y digital

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miércoles, septiembre 11, 2024

LO BELLO Y LO TRISTE. YASUNARI KAWABATA



Antes de llegar a los treinta años, Otoko comenzó a usar siempre quimono, de modo que su esbeltez ya no resultaba tan evidente como cuando usaba faldas o pantalones. Con todo, era innegable que adelgazaba mucho todos los veranos. Ahora, aquel fenómeno la hacía pensar en su madre muerta. 
Verano a verano, la debilidad y la pérdida de peso de Otoko se iban haciendo más notables.

–¿A qué tónico se puede recurrir para evitar esto? –preguntó a su madre en una oportunidad–. En los periódicos aparecen avisos de muchas medicinas... ¿has probado alguna?

–Supongo que algo ayudarán –respondió la mujer con vaguedad y luego de una pausa prosiguió con tono diferente–: Otoko, la mejor medicina para una mujer es el matrimonio.

Otoko permaneció en silencio.

–¡El hombre es la medicina que da vida a la mujer! Todas las mujeres tienen que consumirla.

–¿Aun cuando se trate de un veneno?

–Aun así. Tú ya probaste el veneno y aún no lo admites, ¿no? Pero yo sé que puedes encontrar un buen antídoto. A veces se necesita un veneno para contrarrestar otro veneno. Quizás el remedio sea amargo, pero tienes que cerrar los ojos y tragarlo. Es posible que experimentes náuseas y creas que no te va a pasar por la garganta.



Fragmento
LO BELLO Y LO TRISTE
YASUNARI KAWABATA
Premio Nobel de Literatura 1968



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sábado, septiembre 07, 2024

Presentamos en Almería la obra colectiva HUMUVIA


Ayer, viernes 6 septiembre 2024, en la Librería Picasso, y con la presencia del poeta
Antonio Carvajal, generador del proyecto junto al poeta Paco Domenech, presentamos en Almería la obra colectiva HUMUVIA, con las intervenciones de los poetas almerienses presentes en la citada antología. 
La nueva palabra, "humuvia", aspira a ser aceptada como expresión de ese aroma que surge de la tierra cuando recibe las primeras lluvias después de una larga sequía.



Tal como indiqué el poema de mi autoría incluido en el libro HUMUVIA, mi poema fue premiado en noviembre 2022 en la LIII Cata del Vino Nuevo y Anochecer Poético con el Símbolo Jaraíz

EL PERFUME DEL AGUA CUANDO LLUEVE


A Julio Cortázar,
que no aplaste ni le parezcan tristes
las gotas del agua cuando llueve.


Ya ves, Julio, con tanta ciencia inútil,
es la lluvia que trae mundos sutiles de aroma
a tierra o a mujer o a ambas cosas
si es que, en su calma y asombro, 
Madre Tierra fuera efluvio que nos crece hacia adentro;

quedé tendido, ayer,
en el momento justo en que —de sopetón— la lluvia
se posó de repente en mi cabeza;
sentí su aprecio y todo un cosmos
reemplazaba mi enredo
al tiempo en que algo quejumbroso,
y apenas bien comido,
me iba apoltronando desahuciado;

vacío de sensaciones
con todo un blues desafinado,
un pan rancio en la alacena
y algo de tristeza en mi cama…
—que no siente hambre ni emociones
ni siquiera al topar con la belleza;

pero es cierto que estas fechas
de octubre hasta noviembre
traen cambios de estación

y la fortuita lluvia nos geosmina
en estos secarrales despertando
bacterias y emolientes que nos toman
el pulso a cada paso con un dulzón
de tierra cuando toca la gota el suelo
la cresta y el rellano se engalanan
perfumando de aroma hasta los cielos;

como si Venecia se abriera a nuestros pies,
humuvia o petricor, qué más da si el término
florece y regala aromas… que ya quisieran
SANGADO o HUGO BOSS…
cuando el olor a tierra en el aire se ennoblece.
 
Y es que al llegar la lluvia nos nutrimos
del agua y de la sal, del ocre mineral
de los caminos; su caricia humedece el suelo
y, levantando sueños,
hace girar los ojos a la tierra
donde por fin… un día regresaremos.
 
Es tiempo de hojas blancas,
de pájaros y manos desnudadas,
de abandonarse al mundo y contemplar diluvios
ahora que el universo yace sobre tus hombros
mientras pasa la gente con los ojos callados
inmersos en los aromas del destino

y entre la medianoche y el amanecer
—cuando todo perfume se estremece—
nos brota el hambre adentro…
acelerándonos el pulso…
en una escena ansiosa de aroma nuevo
y ojos enamorados de los crédulos pechos
de una mujer con toda la fragancia
desatada… y resuelta en pos de su invitado…
 
—ya ves, Cortázar, "qué raro, verdad,
que una mujer no pueda olerse
como la huele el hombre",
pero la tierra iguala el género
y nos estalla en perfúmenes cuando llueve
y ambos, hombre y mujer, se enaltecen.


LIII Cata del Vino Nuevo y Anochecer Poético



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miércoles, septiembre 04, 2024

Cuando miras al abismo, el abismo también te mira a ti

 


"Cuando miras al abismo,

el abismo también te mira a ti"

Friedrich Nietzsche

 

Me nombro en los abismos  que me miran y llaman

No es difícil perder, frustrarse ante uno mismo,

verter dudas y miedos haciendo brotar

la realidad que encierran tantísimas entregas.

De haber pintado espacios de mejillas audaces,

sentirse, de lo estéril, eco yermo y baldío,

como una bruma empotrada en los ojos

de un cielo enrojecido que silba a los arcanos.

(Ese frescor de brazos blandos y amor exiguo que fueron los fragmentos. Asimétricos ritmos pactando el si bemol que destruyera el ego, la notación que asesinara al sí mismo en los soplos del otro. Exhibir el error que nos mantiene al mundo como una voz urdiéndose entre los hielos de un camino de tierra hendida en sus prejuicios, en sus roídas erosiones).

¡De tantas formas llama la caída al polvo

que una madre hastiada de metáforas

muerde las monedas

corriendo a las alturas,

hacia aquel vuelo de horizontes blancos,

forzando los remiendos de la tierra

a la alquimia que alivie las jornadas!

(Usted ansió ser niño, ajustar en los viejos las conductas opacas. Se remangó la piel en alborozos evitando los juicios para no quebrantar sus impulsos, su leitmotiv, la aceptación de su vida; -cuánto lo envidio, de mayor probaré a seguir sus latidos; cu-ando los días me aparezcan amarillos seré un viejo malo, por cada poro esnifaré feromonas, me pondré hasta las patas con cien tragos de vodka y calavera aplaudi- ré obscenidades -no tan obscenas como Hiroshima, Nagasaki, Cisjordania, la Crisis Global, el desempleo-. Seré la lluvia ácida que consume los miembros; un reuma en los tejidos del alma-).

Hay carne,

labios que fecundados en calles solitarias

se convierten al barro de las cansadas alas.

Sin soportar lo inerte, lo estático y pasmado,

me acreciento en los cambios

y agito cada hueso que la ciudad me ofrece;

ahora creo en mí,

me nombro en los abismos

que me miran y llaman.



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Un humano cualquiera

Alonso de Molina

Poesía del Siglo XXI

Colección Poetas de Hoy





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domingo, agosto 25, 2024

Camino Primitivo de Santiago



Camino Primitivo de Santiago
Habitación de hotel
Algunas manchas de humedad. Un estrecho y vetusto armario. Una ventana con vistas, dando realce a los gruesos muros de la habitación que se ensanchan hasta alcanzar el metro. Cuatro oscuras colañas sustentan el peso de toda esta zozobra con el rancio color de una memoria antigua sobada por el tiempo al amparo del oro y el boato. 
No siento melancolía en esta oquedad donde el tiempo en su insistencia anida polvo y memoria desmedida. 
Pero puedo aprender, por el contrario, que todo cuerpo es campana, una cornisa errante que yerra y cae sin saber cómo para elevar sus pasos hasta el espejo que en el fondo somos, aunque a veces elegimos quemar las alas sin huir de esta ansiosa e inquieta irrealidad.

 

 



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martes, julio 09, 2024

Lección de Sócrates: los tres tamices





Sócrates tenía fama de ser un hombre muy sabio. Un día, alguien fue a visitarlo y le dijo:

—¿Sabes lo que acabo de escuchar sobre tu amigo?

—Espera un momento —respondió Sócrates—. Antes de que me lo digas, me gustaría hacerte una prueba, la de los tres tamices.

—¿Los tres tamices?

—Sí, antes de contar algo sobre los demás, es bueno filtrar lo que se quiere decir. El primer tamiz es el de la verdad. ¿Has comprobado que lo que me vas a decir es cierto?

—No, solo me enteré...

—Entonces no sabes si es verdad. Continuemos con el segundo tamiz, el de la bondad. ¿Es algo bueno lo que quieres contarme sobre mi amigo?

—Oh no, ¡al contrario!

—Entonces quieres contarme cosas malas de él y ni siquiera sabes si son ciertas. Aún queda el tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Me ayuda saber qué habría hecho este amigo?

—Realmente no.

—Entonces —concluyó Sócrates—, lo que querías decirme no es cierto, ni bueno, ni útil. ¿Por qué querías decírmelo?






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lunes, julio 08, 2024

Senderismo: Los Bolos del río Dúrcal. Una Oportunidad para Explorar la naturaleza.


En estas fechas de julio, queremos recomendar un recorrido imperdible de aproximadamente 10 kilómetros por los Bolos del río Dúrcal. Equipados cómodamente en traje de baño, sin prisas, y con un espíritu explorador, podrán disfrutar de un día en calma, armonía y plena conexión con la naturaleza.

 

Una Experiencia Personal

Quizá por ser mi segunda vez, pude realizar el recorrido de manera más tranquila y observar con mayor detenimiento no solo el entorno natural, sino también las emociones que suscitan este impresionante paisaje. La profusa vegetación y el agua cristalina y limpia, en continuo descenso, invitan a disfrutar de un día en calma, inmerso en la serenidad del Valle de Lecrín.

 

Valle de Lecrín: un destino que vale la pena

El desplazamiento en coche, de poco más de 320 kilómetros ida y vuelta desde Almería al entorno del río, en el Valle de Lecrín, al sur de la provincia de Granada, es una inversión de tiempo y esfuerzo que sin duda vale la pena. Este enclave se sitúa al este de la Alpujarra y al sur de la costa mediterránea, ofreciendo un paisaje de ensueño.

 

El Recorrido: una maravilla natural

Para llegar a los Bolos, nuestro punto de partida fue el desfiladero de la acequia Mahina, una acequia nazarí dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. Esta acequia, la principal de la zona de Dúrcal, con su desfiladero, pasos estrechos y zonas boscosas, conforma la esencia del recorrido. El agua es nuestro guía, marcando el camino entre rocas, vida animal y vegetación hasta Los Bolos del río Dúrcal.

 

Los Bolos del río Dúrcal: piscinas naturales

Los Bolos son formaciones rocosas redondeadas que crean piscinas naturales perfectas para un chapuzón, especialmente en estos calurosos días de julio. La corriente del río ha esculpido estas rocas a lo largo de los años, creando un paisaje único y hermoso.

 

Historia y Cómo Llegar

Estas formaciones rocosas han sido esculpidas por la corriente del río a lo largo de siglos, creando un entorno natural, singular único.

 

Para llegar a Los Bolos desde Granada capital, el trayecto en coche es de aproximadamente 30 minutos; desde Retamar, Almería, 1h 40min. Recomendamos consultar las condiciones de acceso antes de planificar la visita, especialmente en temporada alta. Ayer, 7 julio 2024, la afluencia era masiva, demasiada masiva, no todo el mundo se ha ido a los sanfermines, pensé.

 

Recomendaciones de Equipamiento

Para disfrutar plenamente de la ruta, es esencial llevar calzado cómodo y que pueda mojarse, ya que toda la ruta se hace a través del agua, por tanto, no olvidar el bañador e incluso, podemos aconsejar toalla, protector solar, agua para beber y al menos una barrita energética para consumir durante el recorrido, y reservar mesa en alguno de los restaurantes de la zona porque este mes y más días festivos están a rebosar.

 

En esta descripción, hemos pretendido subrayar tanto los aspectos prácticos como las maravillas naturales y emocionales de la experiencia en este inusitado entorno natural, invitando a los amantes del senderismo a sumergirse en la singular aventura de Los Bolos del río Dúrcal, una joya escondida que, sin duda, vale la pena explorar y disfrutar, siempre con el máximo respeto a la naturaleza en general y a este privilegiado entorno en particular.

 

Así pues, te invito a sumergirte en este cauce, recorrer en silencio cada piedra escuchando el rumor del agua, como mejor oración que nos ofrece la naturaleza y nos regala el río.

 







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