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domingo, noviembre 09, 2025

La Dueña de aquel diciembre







La dueña de aquel diciembre
Alonso de Molina



Poesía del Siglo XXI
Colección Poetas de Hoy























La dueña de aquel diciembre
Alonso de Molina
Poesía del Siglo XXI
Colección Poetas de Hoy

ISBN: 9798608843778
©Textos
Alonso de Molina
©Portada/Diseño
Libertad González
©Maquetación
De Sur a Sur Ediciones
©Prólogo
Maria Luisa Lázzaro
©Reseñas
Andrea Zurlo. Laura Gómez Recas. Julio González Alonso. Carmen Baeza. Mayra R. Encarnación. Francisca Sánchez, Cristina Guerra. Lizzette Rodríguez.
@Ilustraciones
Sus autores
©Colección
Poetas de hoy -05-

Nota a la edición
La selección de textos recogidos en esta antología corresponden a escritos poéticos relativos a la sensualidad y al erotismo, escritos entre 2000 y 2018

LECTURAS v RECITALES v TALLERES

Todos los derechos reservados
Este libro no podrá ser reproducido total ni parcialmente, sin previa autorización escrita del autor. Derechos reservados para todo el mundo












Agradecimientos









 

Dedicatoria


A ti, lector,
que al besar también tiemblas
como una gota de agua en el cristal







Por Alonso de Molina
La perversa lujuria que disfraza el silencio

Algún día debería tocarme a mí esta suerte de encuentros. Ninguna mujer me había invitado jamás, y tú dejaste caer la botella sobre la mesa sin saludar ni decir palabra alguna.
Observé perezoso el pequeño trasluz que formaba el vacío entre tus piernas, en la parte más alta y cercana a las ingles. Te dije –toma asiento, por favor. Y por contra acercaste la hebilla de tus jeans al borde mi pecho. Yo moví la cabeza, como si sacudiera una mosca y aspirando con fuerza, sin apenas ponerme en pie, tomé tus hombros y te ayudé a sentarte. Tu pelo, entonces, ladeó al elevar la barbilla en un gesto contrariado. Alcancé la botella con mi mano y, atropellada, la otra alcanzó las dos copas para bebernos el tiempo entre un cruzar y otro de piernas y miradas.
Después todo fue rápido. Tú empezaste a calmar tus institutos, yo evocaba a las musas para urdir un pretexto y marchame.
Pero he nacido hombre y, aunque tiemblo, también yacen en mí arquetipos que sueñan lo prohibido. Tú seguías mirando insidiosa las agujas de un reloj atolondrado que quería y no quería proseguir su camino y marcharse al destierro de los tiempos. Yo asentía entre sorbos, como un adán hipócrita que tiene a flor de labios un hombruno piropo que pujaba por vaciar a la chica mala que te hacías y reventar gallardo en tus entrañas.
Son templos lo que mi alma busca en ti. Tus atropellos, tus dudas, tus confusiones, tus inciertas maneras de besar a tiempo y a destiempo… con toda la ambigüedad que mi cerril torpeza presupone en ti.
Reconozco las hebras de tu pelo, tu sincrónica danza de apareamiento, tus menudos suspiros… pero tu pulso, tus latidos, tus juegos seductores… acrecientan los besos que programan las horas y encienden la perversa lujuria que disfraza el silencio.






Prólogo

Por Maria Luisa Lázzaro
La dueña de aquel diciembre
entre el encantamiento y lo real


En este poemario, de Alonso De Molina, la voz poética comienza desnudando sus propias cenizas; lo contrario del humano común que muestra lo mejor de sí, su mejor piel, su mejor tono de luz: “No sé si existe algo más brillante y más hermoso que las cenizas de mi cuerpo” (Venus demoliendo relámpagos).
Esto es lo que soy, pareciera decir. Y es una prueba del amor, de la aceptación de lo que somos físicamente ante la grandiosidad sensitiva del amor. Quien ama así, desde las cenizas, amará para siempre. Recuerdo haber leído en las redes el poema Loving connection, donde Alonso De Molina aludía a las estrías de la amada. Como mujer es maravilloso saber que podemos descansar el cuerpo en el cuerpo amado, sin temor a las “imperfecciones” que distraigan la pasión: “Los lienzos que mostrabas en tu espalda/ tus nalgas, tus estrías, todos tus surcos”. Me atrevo a afirmar que los más profundos enamoramientos comienzan de pupila a pupila; me miras, te miro, entonces es el amor el que nos cimbra. La mayoría de los poetas necesitamos inventarnos ese iris resplandeciente que como un sol nos preña de poesía. Tememos las imperfecciones, aunque eso pareciera no importar para el poema; tememos la aceptación como seres humanos, imperfectos, ante la perfección clásica. El poeta insiste en sí mismo: “Qué ves. Qué hay de nuestra casta. Dónde las plumas, dónde nuestros miedos. Abramos nuestra piel. Tan solo somos lo que somos”.
En el siguiente poema, Morder el labio, la voz insiste: “lo que quiero es ir directo al mineral, sentir que esta boca es agua reducida sin un mar ondulatorio (…) abrirlo despacio como se abre una ceremonia donde los dedos permanecen en trance”.
En el poema que lleva el nombre del libro, La dueña de aquel diciembre, hay telas espesas de algún recuerdo inicuo que, como manos interpuestas, parecieran entorpecer las bocas: “cubrías mi deseo/ con telas espesas”. Aunque “como yo, no ignoras/ que los pies tienen formas y límites/, y que se adaptan a las improvisadas molduras (…) Eras la dueña de aquel diciembre/ en que tu frío y mis manos/ se toparon de cara (…) Pretendía (…) derramarte las rosas / desde la noche al límite / desde tus ojos hasta tu cuerpo/. Que al hacer el amor/ tronaran los tambores (…) Fuimos, sí, dos cuerpos/ proyectando centellas/ lujuria y miel resbalando del árbol/ que nos cedió la vida/. Fuiste, sí, la dueña de aquel diciembre inicuo”.
Poemario de metáforas y sensaciones, de dolor y gozo, desde un lenguaje exquisitamente poético donde la poesía es expresión del humano ser con sus maravillas, miedos, decepciones y glorificación de la pasión. Y donde “El amor es un grito/ una llamada llena de avidez/, un relámpago en grito/ sobre una sombra cruenta/, una rabiosa voz/ que se libera a veces” (En esa insólita patria que mece).
En la segunda parte, Ese cuarto poder de la lujuria, se observa lenguaje más centrado en la poesía, en sí misma, como si lo pasional humano decantó en la pasión por el lenguaje. Y no por merma de la sensualidad: “La calle (se ha vuelto) transparente y fría/ si no respiras tú en mi costado”. Pareciera que más allá de la amada, cada elemento lleva a la poesía como “El café y la mañana/ se mecen entre el polvo y los días”. Tal vez porque se observa de manera introspectiva “Mientras la hoguera quema las cenizas (…) luz visible en mi certeza”. 
El poemario se hace pasión en sí mismo, en su lenguaje, aunque de vez en cuando: “duerme la noche sábanas de plomo (…) La rosa de papel / se deshace en mis manos” (Las huellas de sus pies en mi corazón helado). Ya no se busca el cuerpo, sino los huesos: Un día busqué tus huesos/ como una espiga busca del pan/ ser alimento mutuo. La introspección del amor lo hizo arroyo, jardín, luz, pétalos, “cosmos vacilante/ de una semilla abierta”. “Se apagan los lenguajes” (Los latidos proclaman un tacto sin palabras).
Se descubre “La fórmula secreta de su pubis”, hay una “ofrenda de fuego (nuevo)/ la orgia que confirma/ un conjuro de aguas/ el convincente seno de su verbo/, la ignota ceremonia de su vientre”. 
Aunque sigan chocando “dientes y besos” /somos polvo despierto/ rugiendo en dos pezones/ la pastoral que canta/ del verano al otoño/ mirándose la sangre/ que baila a tropezones”. No se sabe: “de lenguas/ No sé en qué voz/ se dicen los milagros (..) confieso el desacato/ de tu cuerpo que arrastra/ la inquietud de los siglos/ Yo soy el polvo y tú/ te confiesas conmigo”.
En el fondo el ser “común e invertebrado en el oficio/ de llegar al ombligo de las hembras (…) quería ser ángel (…) pájaro en huida/ que extiende más sus alas/ en cada giro sobre el mundo. Y viajar a destiempo en trenes/ rebuscando en las sobras delo vientres/ los oscuros pedazos que me faltan” (Los oscuros pedazos que me faltan).
En el poema Somos yoga buscando ser perfectos, se percibe la confrontación entre la idealización y la cotidianidad que pareciera acallar la magia de los cuerpos cimbrando entre los brazos. Más allá del amor, de la sensualidad de “sus vértebras bordadas, la piel que la disfraza, su despertar calmoso; amo la noche y sus silencios, su paz, su luz, su danza y sus prudencias; amo sus compulsivos signos, el escorpión que la alimenta, y amo esta noche rica en minerales” …  Se sigue esperando a los planetas “por si cambian las formas de la luna”, metáfora de sensaciones más extraordinarias que las del amor cotidiano. “Quizá nos quede aún tocar el corazón”.
Desde el lenguaje poético, hecho carne y cotidianidad, se plasma como en un lienzo de palabras las luchas entre la idealización y la realidad corpórea. Hay claridades y dudas, no obstante, se insiste en salvaguardar lo real vivencial de lo imaginario casi impalpable: “Ven/ trepemos clandestinos los satélites/, brindemos con Martini hasta en la luna/ rompamos los cristales –las distancias/ pon tu mano en mi costado/ hoy quiero caminar por donde crecen los espejos”:  Lo que realmente refleja lo que somos, humanos con su cotidianidad imperfecta (poema Brindemos con Martini hasta en la luna).
Igual que la literatura, el mundo ilusorio se reconoce, se acepta desde su propia dimensión fantástica e irreal; pero que no rebase la cotidianidad, lo palpable: “amarrado a tus pechos/, enredado en tu pelo (…) contigo pan y olvido (…) contigo –mujer– quiero quemar las horas”.

María Luisa Lázzaro.
Mérida (Venezuela)
Escritora. Profesora. Poeta.
Directiva Asociación de Escritores



 

 

 

 

 

Reseñas a la presente edición




ENCUENTROS, DESENCUENTROS Y ABANDONOS


La poesía de Alonso de Molina irradia una natural sensualidad que recorre las palabras y las acaricia, extrayendo de ellas su esencia.
Sus versos desnudan los sentimientos en un lento desvestirse hecho de encuentros, desencuentros y abandonos, sin trasudar nunca inútiles lamentos ni conmiseración, sino zurciendo las heridas y convirtiendo el dolor en recuerdo maduro que se atesora.
Este poemario es un pequeño alhajero que guarda imágenes que se engastan unas en otras, conduciendo al lector de la mano a través de versos de lectura ágil, mientras bebe impaciente las palabras evocadoras de aquel mes de diciembre, metáfora del final de algo, pero también espera de un anhelado inicio. Una antología que se vuelve a saborear por puro placer una y otra vez, como un buen vino tinto que descubre, con cada trago, una nueva plenitud, profundidad y sabor.
Andrea Zurlo
Escritor. Cineasta. Florencia. Italia

¿Qué amante, Andrea, no ha intentado huir alguna vez? A fin de todo, la vida, con sus tragos buenos y malos, no deja de ser un permanente inflar y desinflar pulmones, el principio y final de todas las cosas, con la perenne duda de saber si hemos, o no, roto algún plato.



EL FUEGO DE LA EXISTENCIA

El discurso poético niega la posibilidad de decapitar la pasión. Por el contrario, es fuerza que transita por los poros -como arma de protección- ante la insensibilidad del vivir. Eros ata y desata la búsqueda de la perpetuidad. El verbo nos enfrasca en el mito de Narciso y cantamos cómo nos descubrimos en el otro: “Somos océanos etéreos/ nos sobran los espacios/ de la risa y la luz/ porque no estamos solos, / tenemos los desiertos que nutren nuestros sueños/ y un vuelo que tirita/ como un pez tembloroso al filo de un abismo”. (No estamos solos) El apasionamiento reaviva el fuego de la existencia y lustra a la palabra poética con estancias de indagación, entrega, desolación y revelación.
El poeta afirma su renacimiento desde la entrega amorosa. Se despoja de las células muertas y su ser saborea una metamorfosis: “El amor es la dicha, / esa insólita patria que te mece/ con todos los sonidos/ de la carne y tu cuerpo”. (Esa insólita patria que te mece) La palabra poética encarna la llama que aclama por el ardor de las pasiones como acto de liberación del ser.
Mayra R. Encarnación
Profesora. Poeta. Carolina. Puerto Rico


Pon tu anillo, Mayra, delante de un espejo, y verás mil pétalos arder en la ventana donde transitan poros, con el blanco rubor de una flor ardiendo en ese fuego que nos nace y a veces, calladamente, nos muere.

EL CUERPO COMO BRASA


La dueña de aquel diciembre es un libro de poesía que respira como respira la piel porque supura sensualidad y húmedos retazos de erotismo tratado desde una orilla no siempre física.
Alonso de Molina no es un poeta al uso, es un poeta natural que apoya su creación literaria en la destilación de la idea y el borbotón del sentido; esto produce una amalgama estimulante y original.
Este libro se alimenta de todo eso, de la memoria lectora del autor y de su concepción del mundo y de la vida. Por eso las imágenes rebosantes de significados y las reminiscencias orientalistas. El amor es la dicha, / esa insólita patria que te mece / con todos los sonidos / de la carne y tu cuerpo. El alma como fuelle y el cuerpo como brasa conminados por ese cuarto poder de la lujuria, un factor que registra en el amante la aflicción existencial y el empoderamiento que esa faceta vital siempre aporta al ser humano.
Laura Gómez Recas
Periodista. Madrid. España



Cierto, Laura, a veces nos dejamos sobrepasar por la luz, y son las brasas las que acaban abrigando nuestras ilusiones. Tú y yo conocemos las alturas. Y cierto, es el vértigo alimento que nos da fuerza y nutre nuestros sueños.



UN POEMA UN SUEÑO

                  
Puede ser diciembre. Allá donde cabe el amor, cabe Dulcinea; allá donde se cante al amor, cabe don Quijote. Y ahora estoy –estamos- ante las variaciones exquisitas del amor y la sensualidad que celebra y canta Alonso de Molina; estoy –estamos- ante don Quijote y las infinitas dulcineas multiplicadas en sus versos y el juego caleidoscópico de las palabras de cada poema. Y ya no sabremos más dónde empieza la realidad y termina el sueño. O la locura. Porque, como dejé dicho en algún momento: un poema es, en ocasiones, un sueño del que al despertar encontramos apenas dos o tres imágenes vívidas, las que alcanzaron nuestro inconsciente y removieron nuestros cimientos. ¿Qué mayor locura que la del amor y su sensualidad alzados al aire de las aspas de los molinos harineros, la materia del pan, esencia del conocimiento, aquello que empuja y nutre lo que llamamos vida? Vale.
Julio González Alonso
Escritor, Lector, Educador. León. España.





Donde cabe el amor, querido Julio, caben la paz y las palomas, y todas las Dulcineas que idealizó el Hidalgo Quijote, que luchó contra molinos de viento, con el solo afán de nutrir con el pan de la justicia, el corazón y la vida.




UN MUNDO DE PALABRAS


Los poemas de Alonso de Molina, rehúyen de lo común, buscan otro entorno donde la imaginación del lector sea la protagonista, Su forma de armonizar el lenguaje consigue conjugar expresiones que pueden ser recreadas en diferentes espacios simbólicos, versos, en definitiva, llenos de luz, a veces empañados en sombras.
Es profundo, utilizando el mar, y los colores de su tierra para dar luz a sus letras.
Esta antología nos muestra el amor, la pasión y el poder de la naturaleza humana, toda una miscelánea creadora de un maravilloso mundo de palabras que hacen ver la transparencia del autor en sus emociones, en las cuales no falta el erotismo y la sensualidad. Una antología que atraerá sin duda al lector, por reflejar las vivencias que todos anhelamos, sentimos o vivimos en la cotidiana vida, pero que Alonso describe con estilo y de forma espectacular aderezada de contundentes y bellos matices.
Carmen Baeza Lores
Poeta. Almería. España



A veces, Carmen, las palabras se las lleva el viento a ninguna parte y no son suficientes para mostrar amor. Creo con firmeza que los actos son más importantes que las palabras y que el amor es un juego sin reglas que se repite desde que nacemos hasta que abandonamos este mundo.

EL UNIVERSOS ALONSIANO

En su nuevo poemario, Alonso de Molina utiliza, como fórmula para mostrar un universo de sensaciones amatorias (más apegadas al sensualismo erótico que al sentimentalismo), un diálogo entre el yo poético y su receptora, pues puede intuirse que se trataría de una persona de sexo femenino, aunque, también es cierto que otros poemas son más ambiguos y no puede hacerse tal distinción de género en una lectura fragmentada; sí en su totalidad.
Con el estilo propio al que nos tiene acostumbrados, el autor hilvana historias o recrea momentos utilizando gran variedad de metáforas e imágenes que merecen la pena interpretar para llegar al “Universo Alonsiano”.
Francisca Sánchez Sevilla
Profesora. Poeta. Berja. España.





Si las musas, Francisca, miraran directamente a la cara del poema, los versos arderían en vivas llamas, como bien decís: “Alonsianas”, quiero decir, surrealistas y oníricos.

BELLÍSIMA DEFINICIÓN DEL BESO


 La poesía de Alonso de Molina no es, en modo alguno, una poesía directa, simplona, de la mucha que se hace hoy en día; al contrario, es compleja: vuelve cómplice al lector, a quien lo convierte en coautor.
Llena de sugerencias sutiles, de frases largamente construidas donde el inicio de la idea se pierde a veces en vericuetos y laberintos, arquitectónicamente planificados, hasta resurgir luminosa al final del sendero de las palabras.  Tal sucede, por ejemplo, en “Morder un labio” donde de una declaración de la supuesta torpeza del escribiente, para expresar tal o cual palabra, emerge una bellísima definición del beso.
La poesía de Alonso de Molina es una búsqueda incesante del amor, de la pasión, de la belleza, de la palabra perfecta; aunque no, no es una búsqueda: es un hallazgo, siempre. Un logro feliz al convertir el segundo efímero en poesía permanente.
Cristina Guerra
Poeta. Activista Cultural. Atahualpa. Ecuador.




El beso, Cristina, pudiera ser un tensar de cuerdas a la sensualidad y a la erótica lubricidad que a todo ser común nos demanda el propio origen de la vida, para crear más vida y derramar amor.

ÉL SE MIRA EN ELLA Y ELLA EN ÉL

El cuerpo del hombre y de la mujer, tan perfecto y bello como la naturaleza misma, cuando se admira su belleza con plenitud. Cuando en él se mira ella y ella en él. Cuando se toca a placer cada uno de sus rincones de la geografía del cuerpo. Hablamos de pasión, que se desborda, que perturba los sentidos. Qué nos desordena.
Dice el autor: ¿Querías o no querías estamparme los dientes al centro de mi boca? Pero que al mismo tiempo esa pasión, abre en nosotros la esperanza de un ser que nos completa: "Quería tu romance en un cielo repleto de manzanas". "Pretendía ser guante entallado en tus dedos derramarte rosas desde la noche al límite de los ojos hasta tu cuerpo". "Fuimos, sí, dos cuerpos proyectando centellas… lujuria y miel resbalando del árbol que nos cedió la vida".
Es entonces que la sensualidad, el erotismo y el amor son ante todo y sobre todo la sed de la otredad. Acentúan la fuerza de la pasión y el deseo sexual. El amante ES. Aquí está su verdad. En su poesía cargada de fuerza sensual, de erotismo, de plenitud y de perfección de los cuerpos, de la embriaguez de los sentidos. Que nos fascina. Que nos conduce al momento supremo, a lo profundo. A la unidad del ser en la intensidad de las experiencias. "Aprendí sus secretos". "Supe entre sus piernas de la ciudad despierta, del eclipse del mundo donde no existe el sol".
Lizzette Rodríguez
Poeta. Artista Visual. Ciudad de México. México.



El espejo donde mirarse, Lizzette, como un horizonte lleno de destinos, que nos purifica a una vida en plenitud o nos ata y condena al decadente ocaso.





Capítulo I









MORDER UN LABIO




A veces no sé cómo escribir círculo, órbita, parábola si lo que quiero es ir directo al mineral, sentir que esta boca es agua reducida sin un mar ondulatorio que busca sueños con formas de licor y labios persistentes rodeándome los labios a la menor distancia del beso.


Morder un labio sería honrar al beso, subirlo a un pedestal lleno de océanos y abrirlo despacio como se abre una ceremonia donde los dedos permanecen en trance, tejidos sobre un silencio de labios que flotan sobre el mar.



VENUS DEMOLIENDO RELÁMPAGOS


No sé si existe algo más brillante y más hermoso que las cenizas de mi cuerpo. Pero persiste el frío como una huella que renuncia a huir.
Gélido pasajero de emociones, persiguiendo colores que bailan en la luz, tomando distancias, del oeste al mar, de sus labios al sur y de la sangre al norte y al este de los desiertos, como aquella osamenta seca y vacía que derramada de carne tiró su corazón caliente a los ojos de un rayo que firmó su destino en un papel lleno de abandono.
Así, voy a romper mi piel de nuevo. Voy a vestir mi esqueleto de piel lustrosa para incendiar mis manos frente al sol y esperar la noche, atado al escorpión que gira en los planetas, y Venus en los ojos de Dios demoliendo relámpagos.
Qué ves. Qué hay de nuestra casta. Dónde las plumas, dónde nuestros miedos. Abramos nuestra piel. Tan solo somos lo que somos. Tú eres como yo. Y yo soy como tú, como el fuego y la tierra. Y no hay nada más grande que nosotros. Qué ves.

LA DUEÑA DE AQUEL DICIEMBRE

Tú, como yo, no ignoras
que los pies tienen formas y límites,
y que se adaptan a las improvisadas molduras
que el viento pone entre tu cuerpo
y los pasos que me llevan
de la brisa a tu boca.

Eras la dueña de aquel diciembre
en que tu frío y mis manos
se toparon de cara.

Cubrías tú mi deseo
con las turbadas sedas
de algún recuerdo inicuo
-quiero decir: perverso-
recuerdo inicuo
que zurcía tu sonrisa
con la llama de un fósforo
prendido sobre el viento.
¿Querías o no querías
estamparme los dientes
al centro de mi boca?

Y yo, inhiesto,
vertical a tu pecho,
erguido en tu silencio,
proyectaba a tu vientre
la miel y el estallido,

como un saxo que en la noche retumba.

Quería tu romance
en un cielo repleto de manzanas,
socavar las arenas,
detenerme en las algas
que esculpen los excesos,
y tomar los destellos,
el vapor de un espejo sin excusas.
Pretendía ser guante
entallado en tus dedos,
derramarte las rosas
desde la noche al límite
desde tus ojos hasta tu cuerpo.

Que al hacer el amor
tronaran los tambores,
que se asome la luna
acechando caricias,
que derramen sortijas
nuestros dedos y manos.

Fuimos, sí, dos cuerpos
proyectando centellas…
lujuria y miel resbalando del árbol
que nos cedió la vida.

Fuiste, sí,
la dueña de aquel diciembre inicuo.

TODAS LAS VENTANAS PRONUNCIAN TU NOMBRE

No sucedía nada.
Sin tu mano en mi hombro,
sin tu aliento en mi pelo,
no sucedía nada.

Y el tiempo no pasaba.
Las sábanas dormían
en una escena triste
sin pretender dormir.
Imagino que llegas.

Tu falda y tu cintura,
un beso y un botón
desabrochado, roto.

Tu forma blanca y firme,
tan masturbada en flores
que el mapa de tu cuerpo
irrumpe en mi cerebro
cargado de estaciones.

En esta habitación,
donde sobran desiertos
en tu cuerpo y en el mío,
las delgadas arterias
de tu piel y del aire
desbaratan sus lienzos
con la rabia de un dios
tan sobrado de amor
que desviste a la espiga
balanceada en sus vetas.

Alguien me está mirando.
La habitación es blanca
y tus piernas avanzan
deshojando la atmósfera.
Tu boca sin pudor
arrastra hasta mis muslos
los restos de un brasier
tirado por el suelo.

Aquí llegan cerezas
con la vida flotando
directa a mis verdades
y todo su cabello
con signos de desorden.

Y tus manos se escurren
al silo de mi pecho,
con todas sus vigilias
esperando tu aliento,
con todas las ventanas
pronunciando tu nombre.

La media noche cruje.
Soy causa de su amor.
Ya no me siento solo.
Me ama.
Estoy saciado.


Análisis y comentarios

TODAS LAS VENTANAS PRONUNCIANDO TU NOMBRE

Número de versos: 51

Libro: (La dueña de aquel diciembre).

ISBN:  979-8608843778) 1987, publicado en 2020

 

No sucedía nada.

Sin tu mano en mi hombro,

sin tu aliento en mi pelo,

no sucedía nada.

 

Y el tiempo no pasaba.

Las sábanas dormían

en una escena triste

sin pretender dormir.

Imagino que llegas.

 

Tu falda y tu cintura,

un beso y un botón

desabrochado, roto.

 

Tu forma blanca y firme,

tan masturbada en flores

que el mapa de tu cuerpo

irrumpe en mi cerebro

cargado de estaciones.

 

En esta habitación,

donde sobran desiertos

en tu cuerpo y en el mío,

las delgadas arterias

de tu piel y del aire

desbaratan sus lienzos

con la rabia de un dios

tan sobrado de amor

que desviste a la espiga

balanceada en sus vetas.

 

Alguien me está mirando.

La habitación es blanca

y tus piernas avanzan

deshojando la atmósfera.

Tu boca sin pudor

arrastra hasta mis muslos

los restos de un brasier

tirado por el suelo.

 

Aquí llegan cerezas

con la vida flotando

directa a mis verdades

y todo su cabello

con signos de desorden.

 

Y tus manos se escurren

al silo de mi pecho,

con todas sus vigilias

esperando tu aliento,

con todas las ventanas

pronunciando tu nombre.

 

La media noche cruje.

Soy causa de su amor.

Ya no me siento solo.

Me ama.

Estoy saciado.

 

Análisis centrado en la personificación de las ventanas y su impacto en el significado del poema:

Análisis de la Personificación

1. La Voz de la Obsesión

La frase "Todas las ventanas pronunciando tu nombre" no es solo una decoración, sino un reflejo del estado mental del yo lírico.

Personificación: Las ventanas, objetos inanimados, adquieren la cualidad humana de "pronunciar" o hablar.

La Casa como Mente: La casa (y sus ventanas) actúa como una extensión de la mente del poeta. Si él está obsesionado con el nombre de la amada, entonces todo lo que lo rodea repite ese nombre. El deseo es tan grande que satura el ambiente.

El Eco de la Soledad: Inicialmente, al principio del poema, este pronunciamiento es un eco de la soledad. Las ventanas gritan el nombre, pero la persona no está, lo que subraya la frustración y la espera vacía ("No sucedía nada").

2. La Estructura de Anillo (Ring Structure)

Lo más interesante es cómo el poeta utiliza esta imagen al principio y al final del poema, creando una estructura circular o de anillo:

Inicio "Todas las ventanas pronunciando tu nombre

No sucedía nada.

Sin tu mano en mi hombro,

sin tu aliento en mi pelo,

no sucedía nada.

 

Angustia. El nombre es un lamento, una súplica que no recibe respuesta.

Final "...con todas las ventanas pronunciando tu nombre". Plenitud. Después del éxtasis, el nombre es un cántico, la confirmación de que la presencia amada ha llegado y ha saturado el universo del poeta, disipando la soledad.

Al repetirse al final, la frase demuestra que el nombre de la persona amada es el eje central y el motor de toda la experiencia narrada, transformando la realidad: lo que empezó como un síntoma de ausencia se convierte en una celebración de la presencia. En resumen, figurativamente las ventanas son el termómetro de la pasión del poeta.

 



ESTE DOLOR DE HUESOS SIN TUS HUESOS


Estoy lleno de sed,
no me calma el agua esta sed,
este choque de emociones,
esta inopia que me arruga la frente,
esta confusa adolescencia
que se me pone delante
como un muro que me reta a saltarlo;
pero no estalla mi sangre.

Mi sangre siente el frio de los años,
el frío de la responsabilidad,
la cómoda inercia
de una rueda movida sin esfuerzo.

Es muy triste esto que digo,
más sabiéndome lejos de las calles,
de los bares y aceras que pisamos,
del murmullo que fuimos en la música,
en la noche sensual donde, desnudos,
nuestras ropas juntaron
sus dos vientres
para ser un temblor que aún retengo,
y que viene a buscarme cada día
sabiendo que no estás
aunque grite tu nombre en el silencio

y mis ojos los ponga en occidente,
recalando hacia el sur donde me habitas.

Será que, de no verte,
respiro este dolor, que ya lo vivo
y feliz como un gato en buena sombra,
permanezco arañándome los chacras,
limpiando pelo a pelo todo el vello,
sintiéndome feliz con tu indolencia.

A ver si pasa el frio,
este olor a humedad que hasta me asfixia.
Esta mala costumbre de soportarlo todo,
esta lengua mordida,
este no decir - ¡ay!, me duele el dolor,
me duele este silencio,
este no decir nada para no herir.

- ¡Ay, este dolor de huesos sin tus huesos!
- ¡Ay, este dolor que duele hasta en mis sombras!
y que duele también mientras camino,
     o mientras hablo con la gente,
          o mientras bebo té o bebo vino
          o simplemente vivo.



ACUDEN LAS AGUAS A DESHOJAR MISTERIOS


¿Por qué mis ojos buscan tu mirada
mientras crecen escamas en mis huesos?

Pienso en ti,
y mi cara refleja lo que siento.
Vivir sin ti es renuncia,
es un hinchar pulmones a golpe de tristeza.

Y no quiero perderme las sorpresas
que aún te quedan para darme
y celebrar contigo los solsticios
y emocionarnos juntos escuchando poemas,
componiendo canciones y comer el maíz,
bebernos todo el vino
y el amor transitando la noche,
con un andar a manos llenas
de tibieza y bondad.

No te excluyo, amor,
no deseo la flor marchita en mi conciencia,
ni un insomne rocío,
con todo el sexo evaporado
entre ayuno y vigilia contenida.

De ningún modo nuestros pasos
perderán en la danza su buen ritmo,
nos espera la tierra reposando en su arena,
peregrinos de amor, con los párpados quietos,
cruzando laberintos sin apremios ni urgencias,
meciéndonos las huellas con los ojos vendados
y la esperanza puesta en el color del aire
que por tu rostro sueña con pintar la amapola
del color de la calma.

Y no se apagará esta ostensible sed
por caminarte en todos tus perímetros,
sellar tus labios con mis dedos,
o con los labios míos, mientras se sienta el sol
a las sombras de la tarde,
y tú y yo nos pretendemos
con todo el pecho lleno de rayos,
porque te estoy amando en todo lo que veo,
en todo lo que toco,
en todo lo que me confirma al mundo,
y te presiento y te nombro,
te percibo y soy feliz
tan solo de saber que existes,
que, en el centro del mundo,
una mujer me exhorta con sus ojos de luna
para cederme el pan
que alimenta la noche
donde chocan los huesos como amantes feraces,
porque tú y yo, amor, tenemos sed que crece
y se vuelve océano, un océano de sed
para saciarnos juntos.

También yo,
te estoy amando cada día un poco más,
y como tú
también te llevo en las pisadas,
en la piel, en la sangre,
en los besos que damos
mientras suenan tambores
al pronunciar tu nombre
y el sol, la luna, la noche,
sienten el tacto de unas manos
que se acarician y buscan
para chocar sus huesos
y romper juntos los enigmas.

Yo quiero amanecer desnudo,
macerado en ti, oliendo a ti.

Eres semilla, amor,
que se extiende en la tierra,
donde acuden las aguas
a deshojar misterios.








Capítulo II





NO ESTAMOS SOLOS




No estamos solos.
Somos océanos etéreos,
nos sobran los espacios
de la risa y la luz
porque no estamos solos,
tenemos los desiertos
que nutren nuestros sueños
y un vuelo que tirita
como un pez tembloroso
al filo de un abismo.

No estamos solos,
hay ciudades en busca de mis ojos
y un mar que se acentúa en sus gotas
para avivar la vida,
la ola infinita donde todo cabe.

No.
No estamos solos.

APRENDÍ SUS SECRETOS




Me acerqué lentamente.
Y aprendí sus secretos.

Supe entre sus piernas de la ciudad dormida,
del eclipse de un mundo donde no existe el sol.

(En sus más puros lienzos fui el juguete frágil del impaciente verbo que, derramado en semen, en sus hojas arteras confirmó la mirada en un osado clímax que prolongó el orgasmo).

Saberla tan despierta, con su sonrisa eterna
y su húmeda boca, avivando a este torpe corazón que, besando sus pies, dejó arder el cielo por todos los rincones, mientras caían mis hojas, una a una incendiadas.



LA LUNA DE TUS OJOS, EL ROSTRO DE MIS LUNAS


Hoy te entrego algo de silencio;
es un silencio en Luz para crecernos juntos.

Es la página en blanco que imagina el océano,
el instante del beso que imagina mi boca.

Tu caricia y la mía escuchan los latidos,
observan que en tus ojos permanece mi rostro
asido a un suspiro.

La luna está en el aire,
te besa con la furia de mil besos de fuego.

Juntos nos incendiamos
al Tantra que nos mece,
y el corazón contempla
imágenes de lluvia

invocando a los dioses
-que nos llaman y sueñan-
con ser como nosotros:
amantes sin distancia.

Tenemos hoy las nubes y un corazón con alas
de infinitos azules que día tras día,

noche tras noche, horas, tiempos, instantes…
como un verano vivo que come las manzanas
y contempla gozoso la luna que dibuja
la luna de tus ojos, y el mar que va creciendo
mientras se encoge el sol con las gotas de mar y de tu sal.


Es Tantra.
Es luz.
Es música que bebo
en la copa más dulce.

Es la verdad del bosque:
el incienso y el vuelo.


Alguna estrella se nombrará en tu rostro, algunos astros nos seguirán de cerca los caminos del alma, y ambos, tu y yo, seremos viento, un paisaje desnudo con los poros abiertos, volando hasta el crepúsculo penetrando el silencio:
la luna de tus ojos,
el rostro de mis lunas.


 

ES TU VOZ ESA PUERTA QUE ME INVITA



No me produce impacto ni el relámpago
en la parte incorpórea de mi cuerpo,
si tu boca en mis labios se afianza;
será forma incorpórea que en mis huesos
en las tardes más verdes de tormenta,
harán volar mis ojos: de tu boca
al relámpago del beso de los vientos;
y bendigo tu mundo y me sumerjo
en los óleos que gritan por mi cuerpo,
proclamando las voces del misterio
en los versos que vierten tus promesas.

Esta cierta caricia que recibo
como elipse que gira en el abrazo,
 la percibo en mis manos y en mi carne
y borda en tu cintura mis diástoles.

Me tocas y te toco como pluma
que palpa las pestañas y sorbo todo
el óleo que ofrece el universo
cuando beso tu sexo con mi boca.

Yo bendigo los signos que sentencian:
tu cadera es culpable manifiesta

de quererme matar en mi inocencia.

Es tu voz esa puerta que me invita
a quedarme contigo en tus vocales,
con todos los acordes de tus dichos,
tus acentos, palabras, consonantes…
son la música en estos oídos torpes
que se abren a tu cuerpo y a tu canto.



HOTLINE DE PECHOS ADMIRABLES


Logré acomodar mi relación con ella
a puerta giratoria de salir y no entrar
o volver otra vez y salir sin volver
o admirarla de lejos
sin construir nada a cambio


Oscura y tan lejana
tan insolente en sus alturas
destinada al tropiezo con mi cuerpo
la flor nocturna abierta
apacigua su otoño desnudando la rosa
entre el abismo astral de sus sentidos
y el estallido impar de un azorado verbo
renacido a la vida, a la piel y la carne

Eran tiempos de fiebre en los rellanos
Eran palabras parcas contenidas
Era efímera sangre prometida
pero sus pechos admirables
hostigarían la bondad
de esta falsa promesa

Sus manos y sus uñas,
como su vulva siempre presa de mis ojos


su arco lumbar su vientre entero
sus señales y aromas
sus alzadas caderas
su dolor su deleite

Todo el óxido antiguo
sin construir nada nuevo
sólo un hotline de pechos admirables.



LA INSÓLITA PATRIA QUE TE MECE






El amor es aullido,
una llamada llena de avidez,
un relámpago en grito
sobre una sombra cruenta,
una rabiosa voz
que se libera a veces.



El amor es la dicha,
es la insólita patria que te mece
con todos los sonidos
de la carne y tu cuerpo.









Capítulo III





ESE CUARTO PODER DE LA LUJURIA


La calle transparente y fría
si no respiras tú en mi costado


El café y la mañana
se mecen entre el polvo y los días.

Las horas y los dedos se agarran a la vida
como un desnudo náufrago
perdido entre tinieblas,
errante en sus espejos.

No cambia el cielo su color
ni entrega el plomo sus pretextos
a ningún astro.

-Suspira- el terciopelo
entre auroras saciadas-

Quizá los ojos
-estrellados
entre la lluvia y los cristales-
consigan engañar
a la tarde ahogada en el vermut
que bebo al mediodía.

Mientras la hoguera quema sus cenizas,

la última luz visible en mi certeza,
camina hacia el mundo
que abriga sus razones.

Ella es de las personas inmersas
en hacer cosas importantes:
imán en la nevera,
arena para el gato,
y al caer la tarde
un mate en el sofá
(quizá por la añoranza de lo que nunca vivió).
De tanto crear distancias,
comenzamos a odiar
los Kilómetros y horas,
el tiempo que perdimos juntos.

Ahora nos comemos los silencios
ahogados en desidia:
ese cuarto poder de la lujuria.



SUS PIES EN MI CORAZÓN HELADO


El ruido que sientes
es que me estalla el pecho


Tan pacíficamente
duerme la noche sábanas de plomo,
decrecen las aristas
reiteradas en lunas.

La rosa de papel
se deshace en mis manos.
Si me escupe un bostezo,
yo me arrojo impaciente,
pero siempre en la hierba
habrá surcos que aniden
el deshielo y la espera.

Tal vez la decepción
no sea sólo el dolor
¿Qué es lo que nos hiere?

Arroja la memoria
felicidad medida
en tazas de café
y un torrente de cosas retorcidas.

Quizá, el esplendor de la escarcha,

nos haga regresar
a la calma de un beso en la mejilla.

Pero yo no la quiero mansa
como el árbol al viento,
la prefiero con uñas
y dientes afilados,
como un inexplorado Google Earth,
con sus relieves y hondonadas,
pero sin depresiones
ni gargantas prohibidas.

Me gusta que sonrían
sus rodillas en alto,
presentir la tormenta
sobre el atrio y la plata.

Afín a las cavernas,
adicto de sus huesos,
participo en su risa y en su boca.

Un temblor de su pecho
podría detener
la tarde y los inviernos.

Por siempre agradecido
dejé las huellas de sus pies
en mi corazón helado.

SUS CANTOS DE SILENCIO


Un día busqué tus huesos
como una espiga busca del pan
ser alimento mutuo


En su encendido arroyo
las formas de la vida
transitaban jardines,
y un tiempo sin relojes
alzaba entre sus senos
una flor escarchada
y una espina de fuego.

Fue la rosa futura
que aguardaba la luz
forjando entre sus pétalos
el cosmos vacilante
de una semilla abierta.

En arrulladas noches
lenguajes como signos
aleteaban entre pájaros
con alas de cartón
hurgando en las esquinas
sus cantos de silencio.

Como un reptil

de perezosas piernas
pretendía el cielo
sosteniendo fantasmas
de un cristo mentiroso
que le impedía volar,
y oculta tras su velo
maldecía desnuda
la desnudez de mi alma.



LA SEDA REGRESA A SUS ORÍGENES.


Se apagan los lenguajes.
Los latidos proclaman
un tacto sin palabras.


En el penúltimo tiempo
mis ojos buscaban los jazmines
desprendidos de sus desiertos,
la noche encendida
apagó todas las soledades
y estranguló el hastío de la luz.


Sobre sábanas revueltas
acoso de los dientes a la carne:
¡murmullos incendiados
silbaban en el aire!


Herida la serpiente
la seda regresa a sus orígenes.

LA FÓRMULA SECRETA DE SU PUBIS


Si se alinean los astros
todo es virtud.


Me alimentan los signos
de su ofrenda de fuego,
la orgía que confirma
un conjuro de aguas,
el convincente seno de su verbo,
la ignota ceremonia de su vientre.


Me alimentan los fluidos que disuelven
los desecados vientos de la noche:
la fórmula secreta de su pubis.



NORTE Y FENG SHUI


Quizá no signifique nada
que –antes que a mí–a ella la amé
con toda la distancia del temblor de una hoja.

Aún hoy, escucho su rubor
encendido en mi sangre.

En las noches sus labios se advierten
con la pasión de una hiedra
trepando a las alturas;
cierro los ojos y un ritmo de certezas
me atrapa en su fragancia.

Hay verdades y uvas,
madurada fruta,
hay susurros en el inquieto arroyo;
sus dedos son norte y feng shui
viento y agua, molde y arquetipo;
una paloma de arrullada estirpe
en el claro de luna de un bucle dorado: Cerezas.

El verano derrite las persistentes nieves
Yo la buscaba en las cerezas y en la luna,
en las mañanas y en mi pecho.









Capítulo IV





ENCUENTRO FUGAZ, EFÍMERO COMO UNA TOS


Ni mucho menos soy
como los otros hombres
ni siquiera aprendí a preguntar
si podría besarte.

Yo cerraba los ojos,
me besabas tú a mí.


Mientras sobre sus cosas,
trapos y polichinelas diversas,
ella hablaba todo el tiempo
yo exploraba sus ojos con mis ojos.

Derretía mis labios
de contemplar los suyos
sin parar de hablar.

Sin éxito frente a su cháchara
me levanté para marcharme,
pero sus dedos se clavaron en mis manos
y las servilletas, los vasos, el café…
entre gemidos, rodaron por el suelo.



69 PUNTO G

No pienso en el dolor
en su lento destino
hoy lloran los metales

Las grietas abren surcos
como esculturas mansas
átomos como óvulos
multiplicando ojos
–me recomo la crema
rociada en la cocina–

Voy a cortar geranios
y las flores que giran
en torno a mi cabeza

Quiero pisar la flor
emanarme en tus pasos
chorrear los espejos
bajando por tu pecho

Dejar caer la baba
delineando en tus huecos
encomios y borrarlos
dibujarlos de nuevo y olvidarlos

Asirme a tus cabellos
–no voy a decir tus nalgas
ni tus muslos cilíndricos–
tal vez tu boca esboce
un dilema ocurrente
Los manojos de manos
que consagré a tu cuerpo
desposado entre aguas
por desvirgar los sueños
el himen que descansa
arcano entre las sombras

Qué derroche de noches
de caminos sin talla
de gotas inconscientes
que se pierden en nada

-II-
No va a lucir sombrero
mi cuerpo de membrillo
precipito en tu orilla
la piedra y el aliento    
los dos caños de agua
frente a frente bebiéndose
las dos bocas que rugen
desvistiendo la sombra

Un gateo inconsciente
se entalla en mi camisa
el asfalto está ebrio
embebido de cañas
chocan dientes y besos
somos polvo despierto
rugiendo en dos pezones
la pastoral que canta
del verano al otoño
mirándose la sangre
que baila a tropezones

Su rugido es mentira
en dos labios que sudan
y muerdo a las arañas
que me arrancan la sombra

Apúntame este fado
anclado en esta boca

No sé de lenguas
No sé en qué voz
se dicen los milagros
ni voy a decir mentiras
por pretender palomas

confieso el desacato
de tu cuerpo que arrastra
la inquietud de los siglos

Yo soy el polvo y tú
Te confiesas conmigo.



LOS OSCUROS PEDAZOS QUE ME FALTAN


Pretendí ser yo mismo,
quería vivir conmigo.



Yo quería tener
las antípodas en mi mesa,
reírme de mentiras forasteras,
ser mancha y triunfo y ser honesto,
mezclar toda la arena del desierto
en la patria fecunda de los vientres.


Fui común e invertebrado en el oficio
de llegar al ombligo de las hembras
batiéndome feliz en sus raíces;
yo quería ser ángel,
un pájaro en huida
que extiende más sus alas
en cada giro sobre el mundo
y viajar a destiempo de los trenes
rebuscando en las sombras de los vientos
los oscuros pedazos que me faltan.



AQUÍ ESTÁ MI MANO URGENTE


Tú querías ser amable
Yo extinguir los océanos.


Tú, riendo
con tu mano en las últimas semillas.
Y yo, a tu lado
poniendo rojas
las sortijas de tu rostro.

Miremos a la luna,
más allá de este cielo
–más allá de esta sed–
se detienen los mundos
en el exacto firmamento
de tus entregas.

Aquí está mi mano urgente,
la cicatriz
lechosa en mi pulgar,
 y aquí está mi boca
–como una golondrina–
en busca de tu vientre;

tú en mis ojos
 yo en tu sombra,
amaneciendo en ti y el mar
mojando nuestros cuerpos.

CON LAS ALMAS DESNUDAS


Abandoné mi casa
buscando echar raíces
en todos los caminos

y fue tu mente, al fin,
que cimentó mi origen
envuelto en un poema.


Por un instante mis ojos desnudaron su alma,
yo desnudé la mía sin más agitación
que la de una hoja cuando cae de la rama;
mientras su lengua recorría mis labios,
ella, con mesura, me instruía
sobre el misterio de la carne.

Fue en ese momento
que las puertas del purgatorio
se abrieron irreverentes
y en el soplo que dura el placer
la lujuria golpeó mis manos
y mi aliento, nuevamente, invocó a la carne.

Los cuerpos entre sí
pedían la avenencia del éxtasis;
no era preciso cruzar miradas

ni derramar afectos en la piel del otro,
nuestros ojos ignoraron los símbolos
ahogando todos los temores
y con las almas desnudas,
en la perversa llamada al culto,
persistimos sumidos en la carne.



CUERPOS QUE SE BESAN Y TIEMBLAN


Con tu sangre encendida te descalzas y te acercas a mí como un señuelo desflorando la sombra de mi boca.

Te me envuelves con brazos y piernas apretadas dando gloria a mis huesos con tu incienso y me gimes en guerra de silencios devorando la carne que me otorgas en la selva de yerbas con tu lluvia.

La navaja desnuda del espejo son tus muslos abiertos confiados y tus senos blindados por mis labios tan desnudos y erectos del deshielo de esta guerra de silencios devorados.

Anticipa el silencio las caricias incendiadas al sol de los pecados y me quemo y me hiero en tus entrañas y admito mi derrota al maíz de tu boca.

No siendo tú la mala me haces daño cuando castras tus gestos de ternura y te envuelves en piedra abandonada, yo cuchillo afilado que traspasa tu pecho y mis errores. Y zanjamos abriéndonos los cuerpos al edén del exilio sin pecado, y temblamos, hablamos, fornicamos, ansiamos, fluctuamos…



Pero eres tú la patria, el cántaro y la nieve, la tierra que en mi verbo reverdece, la boca de palabras de un vocablo de sexo conversado, la sangre que camina a mi costado, eres tú la que ríe, la que llora, la que gime, la que ama y se vuelca desaguándose, liberando sus ganas y sus alas. Y haces ciertos los cuerpos que se besan y tiemblan.








Capítulo V






BAJO LOS PIES DE UN ÁRBOL SOLITARIO

En sus ojos se hallaba toda la lluvia
y en sus manos de niña yacían los inciensos
de la calma y la tarde.

Había desplegado entre veranos cándidos
una canción plagada de orientes, llena de labios
y de horas cosidas a la carne y al verbo.

Yo buscaba en sus huesos mis latidos
y tantas horas verdes entregadas al fuego,
a la porción de sol que nutren sus pupilas
y a los eternos pájaros de agosto
que yacen sobre el mármol.

(Sobre su cuerpo exacto, arrullado en sus notas, respiraba voraz su perfume a madera. Sus labios y su vientre sabían a cerezas frescas y sus abiertas rosas buscaban en la noche la luz y el corazón.
Y a veces, yo, esquivo la besaba con este labio amargo, con la pasión impúdica de una ternura contenida).

Precipitados ambos
en la suave fragancia de los limones
jugábamos a un mundo poblado de cigarras
ceñidos al destino y a las promesas mansas,
a nuestra condición de acuario
reinventado la savia que nos nutriera los otoños
y las gotas de eternidad acumulada en nuestras vidas.

Liberada en las puertas de una casa hechizada
las formas de la vida transitaban jardines
forjando entre sus pétalos el cosmos vacilante
de una semilla sin relojes
que alzaba entre sus senos
una luna escarchada y una espiga de fuego.

Dormida entre mis labios
le nacieron dos cisnes con las manos aladas
y una nube escarlata
que impasible sostiene los sámsaras y el mundo.

Bajo los pies de un pájaro solitario
una piedra callaba
y un helecho en su fronda de sílice
saciaba en los cristales el derramado liquen
de un agosto invocado.



LOVING CONNECTION


Cómo llenar vacíos
con esta boca hueca
que te ahoga y amarga.


Las sábanas celebran un festejo de pies
Flirteando, en un arpa de agujas,
el duodécimo amor
de dos bocas hermosas
que ordenan calendarios.

Mi romance y tu frío comenzó
justo al borde de un día plomizo.

Éramos dos manzanas
a punto de abrazarnos,
sendas aves silvestres
elevados al sol y a los milagros
aplaudiendo desnudos nuestro asombro
de un cielo devorado beso a beso.

Los lienzos que mostrabas en tu espalda,
tus nalgas, tus estrías, todos tus surcos;

la música cantada nota a nota,
las voces entregadas al silencio,
tu risa y nuestro llanto… tus respuestas
nacidas en los puntos cardinales
de un amor que no sabe de máscaras
ni de tiempos que escurren con su savia
la alquimia conjurada de las calles
que cierran las aceras a los besos.

Enamorados bajo la luz y los destellos
de un semillero de roces,
de tactos y escarceos
trepando a la erguida
incandescencia de los fósforos;

así llovieron días como naranjos,
cogiéndonos las manos
–tal que en Peña Enamorada*–
nos fuimos juntos al abismo.



*La Peña de los Enamorados forma parte además del Sitio de los Dólmenes de Antequera, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

 
SIN RITUALES


Fue tu seda y tu espada
tus palabras de frente
el no callarlo todo
tu talento y tu mente.


Ella tenía los ojos negros.

Su risa celeste precedía
al estallido en el fuego de la noche.

Yo tenía los ojos muy abiertos
y mis venas revelaban
las agitadas luces de las estrellas.

Eclipsados mis ojos en la luz
apuramos la gloria y el misterio
y sin más rituales nos rompimos
en lo negro y en la noche.



BRATISLAVA EN CINCO TOMAS


Fue un paseo confuso
más ira que harmonía
no fue mi comprensión
por tu crecido enojo
mi cuerpo no fue hogar para ti
ni tu pelo revuelto por mis manos.


Bratislava es la iglesia azul
y un castillo en el aire.
Cuatro esculturas
sorprendiendo al viandante.
Un río que divide y aúna la ciudad.
Un paraíso que regresa,
una revolución envuelta en terciopelo.

-II-

No podría llorar en esta ciudad sin luz
en que las tardes se impacientan
rompiendo los paisajes.

Quemando los pretextos
me abrazo a la virtud y a los huesos
al reducir mi corazón a la incertidumbre
de un gentío que busca sus zapatos
mientras se inventa por las calles;

no duerme Bratislava,
y tú y yo, inseguros por las calles,
con el vello erizado abocados al miedo
de ser nosotros mismos,
con los codos y piernas
marcando las distancias,
desvistiendo quimeras y manzanas.
Cada noche es un grito,
los sueños no florecen.

-III-

La joven de la mesa de enfrente
se sirve de una botella de vino.
A pan y agua
fue mi aliento un pacto reprimido.
La imaginé desnuda,
despojada de apremios,
saboreando el rojo néctar de la vid.

No ignoré su semblante abstraída en la copa,
sin poder eludirla entraba en mi cabeza
y sin reparos florecía
el recreo infinito de su estampa.

Yo miraba y bebía sin poder acallar
el evidente eco de sus formas.

Podría haberle adivinado
el sabor de sus muslos,
el aroma a manzanas y a cerezas
que presentí en su talle.
De tanto que la desearon mis ojos,
grabé su aliento sostenido en mi cáliz.

-IV-

Las paredes no muestran
la tristeza de los labios ebrios.
Besando sin mirar atrás,
como un río que se ahoga en sí mismo,
amontonando huesos sin arrestos
a las tardes perdidas.

-V-

Enfrente
-en la acera opuesta de la calle-
una ventana deja entrever
la exacta precisión
de dos hombres
a punto de acariciarse.


 

SOMOS YOGA BUSCANDO SER PERFECTOS

Mientras ella habla y habla, yo le miro las nalgas, las entrañas, su canesú azul, su pecho escarlata, las uñas de sus pies; miro sus rojos, los cauces de sus ingles, su vello oscuro, sus montes, su risa; sus dientes, su mandíbula, sus impares espacios. Amo todo el oxígeno del centro de su ombligo; nada es tan salvaje como su culto y dádiva; nada abre la risa, como las múltiples enseñas de su orgasmo, esa hermosa agonía del relámpago y la muerte. Teniéndola a mi lado yo la amo. Amo su erótico dibujo, sus incendiados huecos, sus aunadas urgencias; amo su espalda, amo sus vértebras bordadas, la piel que la disfraza, su despertar calmoso; amo la noche y sus silencios, su paz, su luz, su danza y sus prudencias; amo sus compulsivos signos, el escorpión que la alimenta, y amo esta noche rica en minerales, pero sigo esperando a los planetas por si cambian las formas de la luna;

quizá nos quede aún tocar el corazón.
Somos yoga buscando ser perfectos.

ME SOBRAN PARAÍSOS


Igual resulta ser
de mal gusto aludir
al periodo biológico
de tu cuerpo
al que nunca rechacé
por fastidio o por asco.


A mis años
aún tengo alteradas las hormonas
me asaltan con maldad –sobre todo–
 a la hora de la siesta
donde la brisa nutre mi huracán
y la invento bonita
acentuada en cerezas
y con un cincelado pubis
adherido a su vientre;

declarándome isla –atrapado en su vértigo-
un Kama Sutra ansioso hilvana las luciérnagas

y es que
volando entre sus yemas
me sobran paraísos.








Cantos piadosos





LA PIEL VEGETAL DE LA INOCENCIA


Llegaste horizontal, con tu pelo y tu enojo, pura como una flor indecisa buscando acaso el milagro de la primera luz.

Hubo lluvia y viento, calles y sueños construidos de infancia, hubo semillas y labios prodigando deseos, hubo sexo como sangre nutriéndonos las venas, exigiéndonos más vino, más sudor, más aliento… como una droga que nos estalló por dentro acercando al polvo nuestros huesos, al ocioso silencio que rompe los gemidos.
Traspasando los dedos, la lengua y el vientre nos bañamos enteros en la piel vegetal de la inocencia.

LA VOZ DE LOS PLANETAS DEAMBULA EN TUS LABIOS



Íbamos bien encaminados, ansiábamos la lluvia y la tormenta buscándonos poemas en los párpados, una vecindad llena de pájaros y un barco navegando hacia los astros.

Encaramado al filo de aquel astro miraba en dirección a tus instancias, me invitabas a entrar y yo me hacía de plata volando hacia tus ojos, con todos los papeles aplaudiendo tu nombre, con todas las alturas que te ofrecían mis nubes.
La voz de los planetas deambulaba en tus labios en busca de mis dedos y mis ventanas open, abiertas para ti de astro en astro.

 
AMO TU ESPALDA ACARICIADA




Afronto tu reverso,
el haz de almizcles que perfuman tus cabellos;
observo los lunares rendidos a tu cuerpo
y el tacto que despunta de tu sombra y la mía,
la ostensible corona que traspasa la noche
con las manos erguidas
cerrando las heridas tejidas en los párpados.

Amo tu espalda acariciada.

                Amo tu amnesia.



DONDE EL ÁRBOL LEVANTA SUS CAMPANAS




De nuevo en mi pulgar late tu boca, más allá de mis alas y tus aguas, se propaga el rocío que multiplica un ramal, un silencio que acrecienta ligeramente el polvo de los huesos; regálame el abrazo que estimula el canto de la flor y la hojarasca donde el árbol levanta sus campanas.



ENTRE EL POLVO Y LOS DÍAS




En septiembre la sangre se apaga en el cemento de los huesos, el azar y la luna vuelan al infinito y tu mano esmeralda, gritándole a mi pecho, se consume en la calma difusa de mis labios.

Es camino y hoguera de una gota de sed que insiste en alcanzar la punta de tus dedos aun tropezando en cada luna, en cada charco, tal vez, en un desesperado intento de acortar distancias y olvidar los tiempos en que fuimos graznido en vez de vuelo.

El café y la mañana se mecen entre el polvo y los días.

No se apague la sed por beber los latidos de tu boca, germinar cada germen, cada carne del alba y de la noche arrodillado al tiempo que me ofreces y descifrando las horas, agarrarme a tus dedos y a tu vida.



LA LUNA SE DESMAYA EN MI PECHO




Trasversal al viento la fruta madura entre sonidos de campana, y en mi almohada una dama frágil descubre su jardín.

La luna se desmaya en mi pecho.



PÁJAROS QUE ALIMENTAN MI GÉNERO


Despierto vertical a tu sonrisa y aun siendo, muy del todo, incompleto me expreso en un lenguaje de hace siglos, lenguaje que enmudece lo prohibido, encubridor de sueños de un recuerdo temprano, donde el sabor del pan o el color amarillo de las flores, me acercara a un futuro sin origen con dos ojos de párpados cortados.
Fue aquel pájaro sin género y sin alas el que adujo, volando a trompicones por mis ojos, que esta mesa y mantel es naufragio de los treinta segundos en que arrojo las distancias sin mapas que he volado, y en la red de tu cuerpo y en tu arcilla he pegado a mi cuello desplumado los espacios oscuros de la infancia.
Presta ahora tu vientre al iris de mis ojos, que recrezca pausado hacia tu pubis, hacia el mundo que crece de tus manos, al espacio sin tiempo que conforma la vida y sostiene a los pájaros que alimentan mi género.


NO CEDÍA LA ARENA




Háblale de cortinas y trapos, de ese maldito moho que ensucia los silencios.

Mi garganta se agita.
Mi voz no sale, no se oye mi voz.

Y recuerdo la arena
atrapando mis pies y los suyos.

Recuerdo los cristales
y los cuerpos arados,
la espalda abrillantada
con su ración de aceite y sol
mientras levantábamos castillos y pájaros.

Y no cedía la arena.



BRINDEMOS CON MARTINI HASTA EN LA LUNA


Siempre me pareciste bonita
y te pido perdón
por no ser más vehemente
y decir que también
me pareciste hermosa
y te pido perdón
por no ser más certero
y no decirte nunca
lo inteligente que eres.


No vuelan hoy cometas.
Contener la memoria
observar estaciones
retener la promesa de un beso.

No se oyen instrumentos
sólo el aire acechando nuestros pasos.

¿Qué palomas podrían traer
los infinitos a tu boca?

Ven,
trepemos clandestinos los satélites,
brindemos con Martini hasta en la luna,
rompamos los cristales -las distancias-
y pon tu mano en mi costado
que hoy quiero caminar

por donde crecen los espejos
para encontrar el sueño que somos
y la historia que quisiéramos ser.


 

TU BOCA SIGUEN PARECIÉNDOME RECIÉN CORTADA Y FRESCA



En aquel bosque muere el dolor. Debo permanecer con la túnica blanca de la memoria ciega. No debe el hombre ser espada inicua, el azul y la sangre sustentan la pureza del cielo y de la tierra, la verdad solo aspira al fulgor de los árboles que encaminan sus pasos en el llanto callado que derraman las calles.

Ayer fueron candelas desvestidas de amor, hoy, se encienden impúdicas la voluptuosidad de las estatuas.

Sombrío y contaminado, despojado de llanto, visceral me detengo en el misterio del odio.

Hoy hace sombra el bosque al aguacero, pero tu boca sigue pareciéndome recién cortada y fresca.

El día ha llegado.
Ya no puedo seguir odiándome.

EL PUNTO LASCIVO DE LA CARNE


El corazón y el deseo, no caben en la misma mirada. Muchas veces la sangre se deja arrastrar hacia agujeros oscuros. Necesita más noche para construir su propia oscuridad, y busca hilar antorchas para que ardan todas las arañas que conforman sus dudas.

Hoy es una mañana de viento. No es un día distinto al de ayer. En realidad, el gris del día es un gris como el de cualquier otro día. Me pica un brazo.

Observo el cielo lleno de nubes. Los árboles me observan de reojo.

Hambriento como soy sacudo telarañas y busco al escorpión, la cola de un planeta primitivo y voraz. Es la estación del año más carnosa, la primavera es redonda e ingenua, atolondrada y lúbrica, su destino es posarse en el punto lascivo de la carne.

Me inquieta esta presión. Este fósforo verde que me somete a la sutil elipse de las formas. Me está asustando ser feliz. Mis manos solo buscan el lóbulo carnoso de la primavera, la tenue suavidad de la piel y la carne conmovida.



LA CARNE OSCURA DE MI PECHO

Trago saliva mientras
contemplo una telaraña
colgando del techo.
Pienso en su futuro
y en las hojas muertas
que caen de los árboles.

Pienso en el viento y en el frío.
Pienso en el olvido.

Todos creen que soy yo, pero es mi mente la que empuja el deseo, y prendida al deseo vuela la luna
hasta la carne oscura de mi pecho.

¿Quién sostuvo un hogar sin amor ni alimento?

No sé si podré dar algo a cambio de nada, pero yo necesito que me amen para poder amar, descubro desde el corazón la carga de pureza y un mar sombrío crispándose en mis sienes.

Podré dejar mi corazón enredado a tus dientes o ceñido a tu pubis hasta quebrarme entero doblado en los dragones de aquel último beso prendido de ceniza que erosionó mis labios.

Fue por mi falta de bondad que ella se marchó con sus piernas, su hambre inocente y su juventud voraz.

NO SE ALTERA LA ROSA EN MI JARDÍN



Insaciable la sangre que lloró en los jardines.

Es imposible que podamos vivir eternamente.

Podríamos pararnos a pensar,
detener un momento la vida
y acomodarnos para contemplar la lluvia.

Solo el amor ofrece la corola solícita
capaz de soportar un diluvio.

Acaso el bosque un día cantará bajo nuestros pies
mientras sus ramas son ungidas
por las aguas que vierten sus entregas.

Sus ojos,
su mirada, no tienen años
ni cenizas que enturbien los abrazos.

Incendiada en sus bosques
no se altera la rosa en su jardín.


DEL NÉCTAR Y LA SANGRE EYACULADA




Tu senda equilibrista
de alambrada y palabras
–vértigo–

que el conjuro excitado de tu vientre
torna esclavas las rosas de la noche
sin que mueran las aguas en tu fuego
ni en la instancia glacial sobre los sexos.


La raza que te engulle afrodisíaca
estimula las horas, los instantes,
acoge con un verbo el otro verbo
del néctar y la sangre eyaculada.



NINGÚN GURÚ NOS ABRAZÓ LA PIEL

Parado en el jardín
tiendo la mano para entrar al blancor del alba.

Confío ciegamente en la fiebre que alzan los deseos
y en la esperanza que prodigan sus mensajes.

Usted vistió sus pétalos con agua.
Tenía usted las llaves del asombro,
hechizada criatura,
agarrada a un volcán con los pies impacientes
elevaba sus pasos sobre un cráter de arena.

En su rostro se abría un oleaje violeta.
Presentí la presencia
del eterno color de los veranos
y en mi gesto un temblor
agarrado a la luz y al fuego de los días.

Ambos, como las campanas,
prodigamos las formas de buscarnos las alas.

Ningún gurú, ningún maestro
nos abrazó la piel con un collar de versos,
solo los elementos de la naturaleza
–a fuerza de silencio atrapado en astillas–
colmó el blancor del alba de distancias.



LOS OSCUROS PEDAZOS QUE ME FALTAN



Yo quería tener las antípodas en mi mesa,
reírme de mentiras forasteras,
ser mancha y triunfo y ser honesto,
mezclar toda la arena del desierto
en la patria fecunda de los vientres,
común e invertebrado en el oficio
de llegar al ombligo de las hembras
batiéndome feliz en sus raíces;

yo quería ser ángel, un pájaro en huida
que extiende más sus alas
en cada giro sobre el mundo

y viajar a destiempo de los trenes
rebuscando en las sombras de los vientos
los oscuros pedazos que me faltan.



PATRONES PARA AMAR


"Uno está enamorado cuando se da cuenta
de que la otra persona es única"
Jorge Luis Borges.


Septiembre trae el otoño y una luna encendida al centro de un hogar donde el eje del mundo gira si está el amor presente amando como un árbol mezclado con la tierra.

Toda la noche eclipsa cualquier color de mármol que nos recuerde al frío. Se adivinan luciérnagas que harán brillar tu nombre con su nombre, su nombre con el tuyo, con todas las monedas talladas de ternura y voces polifónicas que os harán sentir la lluvia desatada en cada paso que la vida os regala.

Tenéis llenos de aceite vuestros cántaros. Ambos estáis envueltos en manzanas. No dejéis que los días se hagan noche y que las noches pasen de largo como si fueran días.

Amar con empeño, como si un árbol lleno de fruta os mostrara su mundo interior y os invitara a pecar de una forma tan pura que daría lustre al plumaje de un pájaro que se alimenta el pico con una pulpa de flores exentas de pecado.

Amar urgiendo labios, apretando los dientes, como si un desvelado espejo rescatara los ecos de la luna y en su nombre quemarais la pólvora llenando de sortijas vuestra sangre. Amar desde el perímetro de un hueso que mirando al cielo puede sentir la cáscara y la piel de una mañana llena de aprobación.

Amar desde la horma de un zapato que camina en el mar sembrando las semillas que abrirán las puertas al prodigio que ofrece la existencia. Amar desde un invierno lleno de vértigo porque tendréis el rumbo que os hará recorrer las calles abriendo los eclipses ante los pasos vuestros.

Amar desde las nueve de la mañana en que los péndulos del tiempo abrirán vuestros ojos a lo sólido y tierno, pues justa es la medida que la ternura obliga. Amar desnudos o descalzos, y amar también llorando, pero con el rabillo del ojo con la esperanza virgen.

A veces el amor os pasará de largo con los brazos caídos, acordaros entonces que el fuego deja paso a las ascuas para avivar al fuego nuevamente y ser hoguera, lumbre, desde los pies al alma; sabed también que la ternura a veces es menos tierna y que a veces duele el amor si falta y que la sangre a veces es un vaso lleno de frío.

Insistir ambos en apreciar la forma de un pétalo, en disfrutar de un día de viento y en abrigar la calma que otorgan los instantes cuando la dicha crece y se derrocha el polvo entre gemidos, sintiendo orgasmos con los ojos, tocando el corazón de la campana.
Amar amando y sobre todo no dejéis de amaros a vosotros mismos.



DE NUEVO LOS ESPEJISMOS ARRUINAN MI SUEÑO


Ahora la vida sonríe

me iré contigo

¿Por qué no?

¿Ves?


Camino súbito en busca de una nube, descubro la arena bajo mis pies descalzos; la niebla es mi destino, mi morada son los brazos de la luna.

¿Dónde estará?

¡Hace tanto tiempo que no me acaricia!

Y la busco con determinación en tanto imágenes y signos retumban en mi cabeza buscando la raíz de la nada, del vacío que desgarró los secretos no compartidos; me dirijo al encuentro del germen que arrinconó la virtud y desvió nuestras miradas perdiendo de vista el infinito.

¡Despierto!

De nuevo los espejismos arruinan mi sueño.

NO ES DIFÍCIL AMAR A UNA MUJER QUE RIEGA SUS MACETAS


No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas. Ni siquiera es preciso que haya nacido un viernes, pero sería oportuno que ella tenga la risa de un día como el jueves, pues bien pudiera ser que le crecieran pétalos y germine en sus flores hasta hilvanar los círculos de un bosque donde aguarda el helecho para abrir paso a los solsticios y descoser el karma y sus escamas, renaciendo otra vez, de entre los tiempos, única.
     Tampoco es necesario que trepe por los muros para contradecir las hormas de la geometría pretendiendo alcanzar los alfas y omegas de la divinidad, pues si de amar se trata, ella ama a sus plantas y a sus gatas, ama su consabido mate y ama sus ojos, (y quizá los míos), y ama caminar como un rayo inviernos, primaveras, otoños y veranos, creciéndoles las huellas desde los pies urgidos al exacto centro de sus buganvillas.
     Por poner un reparo, tendría que decir que la prefiero fresca, como recién cogida de un campo de cerezas y buscara mis párpados para perderse en busca de un pecado. Que prendida en el vientre de la música rompiera los tambores y afirmara que sí,

que existe un mundo desbordado de yerbas y de aromas que crecen día tras día entre sus huesos.
     En verano buscamos los racimos huyendo hacia la luna. A veces me parece un sueño que llega hasta el invierno. Ella borra bostezos a la noche, esquivando las dudas de su cuerpo, mientras caen rendidos por su cuello, mis dientes uno a uno muy despacio.
     Podría ser aurora proclamada, y no lo es. Es tan solo un retazo de un mar que un día cambió de tierra buscando hundir los besos donde sus pies naufraguen junto a mí. Hay que amarla cargado de paciencia, como a una reina que zurce entre sus labios un dominio de cantos sin medida. No es difícil amar, ya digo, a una mujer que riega sus macetas.









Después de todo





TAL QUE ULISES ELIJO NADIE

Todo ha sido avanzar en femenino:
mi madre mis hermanas,
mis tías, mis vecinas, mis primas,
mis hijas, mi mujer, las novias que no tuve,
las que dijeron no, las que no dije sí,
las que nunca olvidé, las que no me recuerdan,
las que luego, las que después, las que nunca.
En cambio, a ti, no podría olvidarte.


Te observo alborotada,
de azul y blanco riendo,
al igual que las fresas
 y que el pan y las uvas
abrazada a una luna
que en sus formas reclama
el amor de una piedra;

eres tú manantial
-yo un suspiro en desorden-.

Me rebasan tus cantos,
las letras de tu nombre,
me rebasa el olvido,
 y aunque la vida es corta
 hay que vivirla a fuego

recorrer las esquinas,
aventurarse en calles

que proclamen la savia
amarrado a tus pechos,
en enredado en tu pelo
olvidarnos del mundo:
 contigo pan y olvido.

Como nombre de guerra,
 tal que Ulises, elijo Nadie,
 y si miro a la tarde
-como Borges-diré que contigo –mujer-
quiero quemar las horas.



Acerca del autor

·         2000. Blog Los otros que me forman (www.alonsodemolina.com)
·         2001. Blog Poetas de Hoy.  (poetasdehoy.blogspot.com) (www.poetasdehoy.com)
·         2002. Cofundador del Grupo Poético Alaire. España.
·         2014. Cofundador de Poetas del Sur. España.
·         2017. Director y editor de la Revista Digital De Sur a Sur Poesía y Artes Literarias
·         Colaborador habitual en varias revistas digitales de poesía y literatura.
·         Colaborador, organizador y activista cultural en recitales, tertulias y encuentros poéticos.
Coordinador y presente en las siguientes publicaciones:
·         2003. Odaldecir Poetas en Lengua Castellana. 8 poetas de España y Latinoamérica. Impreso en Argentina, Gráficas Quipos.
·         2007. Antología Poética Área Reservada. Antólogo Alonso de Molina. Poetas: Jorge Carrol y otros autores de España y Latinoamérica. Bubok Publishing. España.
·         2008. Antología Poética Un Mundo y aparte. Antólogo Alonso de Molina. Poetas: Abraham Chinchillas, Alejandra Craules y otros autores de España y Latinoamérica. Bubok Publishing. España
·         2009. Antología Poética Universos Diversos Poesía del Siglo XXI. 22 autores 11 hombres 11 mujeres España y Latinoamérica. Coordinada por Alonso de Molina y publicada por la Editorial Alaire. Gráficas Ayala. España. Versión digital Bubok Publishing. España.
·         2017. Fundador y director de la Revista Digital De Sur a Sur Poesía y Artes Literarias, que incluye poemas, relatos, reseñas literarias, entrevistas, actividades y textos de poetas y escritores de España e Hispanoamérica. De periodicidad trimestral, está incluida en la Red de Literatura y Cine de Creatividad Internacional con sede en Miami
·         2018. De Sur a Sur en Verbo y Verso Poesía Erótica Escrita por Mujeres de España y Latinoamérica. Editor, antólogo y prologuista, Poemario reconocido en FIS 2018 a autores, personalidades e instituciones que se hayan distinguido por su servicio a la comunidad hispana y/o como promotores de la cultura latinoamericana. Amazon. Tapa blanda y digital.
·         2017. 2018. 2019 editor, redactor, compilado, en los 9 números de la Revisa de Sur a Sur Poesía y Artes Literarias.
Presente en las siguientes Antologías:
·         2004. Libro de Poetas. Ayuntamiento de Córdoba Ciudad Europea de la Cultura. 19 poetas España y Latinoamérica: Ignacio Arrabal, Jacqueline Klein Texier, Ana María Fuster, Abraham Chinchillas…
·         2007. El sol desmantelado. Homenaje a W.H. Auden. Albatros Press. México.
·         2009. Antología de poemas. 14 poetas: Sara Castelar, Benjamín León, Rafael Teicner... Editorial Alaire. España
·         2011. Antología Poética "Arido Umbral" 14 autores España y Latinoamérica.
·         2016. Ciudad Celeste. Homenaje a Valente. Instituto Estudios Almerienses.
·         2017. Antología Más Allá del Sur. Editorial Letra Impar.  España.
·         2017. Antología Calle de agua, frontera salada. Tetuán (Marruecos).
·         2018. La Casa de Zitas Antología 1 Aniversario. Zaragoza. España.
·         2018, Antología Poética Versos que abrazan, Día Mundial Contra Violencia Género.
·         2019 Cinco a las 8. Poetas en el museo. Ayuntamiento de Almería.
·         2019. Con humor propio. Antología de poesía actual.  Ediciones Dokusou.
·         2019. Antología Internacional de Poesía Multilingüe Amaravati Poético Prism 2019

Libros publicados
·         2007. Estación Sagrada. Bubok Publishing. España.
·         2008. Tal vez sonetos. Bubok Publishing. España.
·         2009. La memoria fragmentada. Editorial Alaire. España.
·         2017. Un humano cualquiera. Amazon y Google Books. Tapa blanda y digital
·         2017. La insaciable verdad de la verdad. Amazon y Google Books. Tapa blanda y digital
·         2018. Allá donde empieza la locura. Amazon y Google Books. Tapa blanda y digital

Premios y Nominaciones
·         2018. Premio Cencibel de Poesía. 50 CERTAMEN INTERNACIONAL CATA DEL VINO NUEVO Y ANOCHECER POÉTICO.  Valdepeñas. España.
·         Premio Especial FIS 2018 (Savannah EEUU) a autores, personalidades e instituciones que se hayan distinguido por su servicio a la comunidad hispana y/o como promotores de la cultura latinoamericana.
·         2019. Nominado al PREMIO DE LITERATURA EN ESPAÑOL ERNEST M. HEMINGWAY.
·         2019. Premio Especial FIS 2019 por la obra “La insaciable verdad de la verdad”. Pinar Publisher LLC.
·         2019. Premio Pámpanas Amarillas de Poesía. 51 CERTAMEN INTERNACIONAL CATA DEL VINO NUEVO Y ANOCHECER POÉTICO. Valdepeñas. España
Reportajes y entrevistas:
·         Reportaje y entrevista en Revista Digital La Nausea http://lanausea2000.blogspot.com.es/2016/06/soy-como-un-ojo-pegado-mi-conciencia-el.html
·         Reportaje y entrevista PÁMPANAS AMARILLAS
·         Entrevista radial https://youtu.be/dKCkrXI1Tsk
·         Debate radial ¿Todo vale en poesía? https://www.youtube.com/watch?v=Sx8yq_BsU7Q
·         Reportaje y entrevista en Autores Indies, Pinar Publisher Junio 2017
·         Entrevistas en emisoras locales Candil Radio, programas “Días de Radio” y “Mar de Jairán”
·         Artículos y editoriales http://www.alonsodemolina.com/search/label/Editorial
Enlaces a muestras y reseñas acerca de Alonso de Molina
·         Publicaciones en bubok
·         Muestras en Poetas de Hoy
·         Muestras en Cantos Piadosos
·         Presente en recopilatorios y antologías digitales online: Poetas Andaluces y Poetas Siglo XXI (Fernando Sabido), Las afinidades electivas (España), La Náusea (España), Pinar Publisher (EEUU), entre otras.
·         Presente en diversos números de las revistas (convencionales, formato papel) Aldaba, Trasparencias, Puerta de Purchena, Alaire Bienestar Ciencias Artes.
Ponente habitual en recitales, tertulias y encuentros poéticos: Alonso de Molina, escribe desde una experiencia profunda y práctica de la vida, sus escritos respiran corporalidad y conciencia desde un complejo y permanente conflicto personal... ironía, voracidad, desazón... como una espiral, se van transformando en analogías, símbolos que conforman una sincera interiorización y una actitud inconformista-.



Para recitales, lecturas festivales, encuentros, talleres…
Contacta por favor alonsodemolina2@gmail.com






Índice Alfabético

69 PUNTO G
64
Acerca del autor
115
ACUDEN LAS AGUAS A DESHOJAR MISTERIOS
33
Agradecimientos
5
AMO TU ESPALDA ACARICIADA
89
APRENDÍ SUS SECRETOS
40
AQUÍ ESTÁ MI MANO URGENTE
68
BAJO LOS PIES DE UN ÁRBOL SOLITARIO
75
BELLÍSIMA DEFINICIÓN DEL BESO
21
BRATISLAVA EN CINCO TOMAS
80
BRINDEMOS CON MARTINI HASTA EN LA LUNA
95
Cantos piadosos
85
Capítulo I
23
Capítulo II
37
Capítulo III
49
Capítulo IV
61
Capítulo V
73
CON LAS ALMAS DESNUDAS
69
CUERPOS QUE SE BESAN Y TIEMBLAN
71
DE NUEVO LOS ESPEJISMOS ARRUINAN MI SUEÑO
107
Dedicatoria
6
DEL NÉCTAR Y LA SANGRE EYACULADA
101
Después de todo
111
DONDE EL ÁRBOL LEVANTA SUS CAMPANAS
90
EL CUERPO COMO BRASA
17
EL FUEGO DE LA EXISTENCIA
16
EL PUNTO LASCIVO DE LA CARNE
98
ÉL SE MIRA EN ELLA Y ELLA EN ÉL
22
EL UNIVERSOS ALONSIANO
20
ENCUENTRO FUGAZ, EFÍMERO COMO UNA TOS
63
ENCUENTROS, DESENCUENTROS Y ABANDONOS
15
ENTRE EL POLVO Y LOS DÍAS
91
ES TU VOZ ESA PUERTA QUE ME INVITA
44
ESE CUARTO PODER DE LA LUJURIA
51
ESTE DOLOR DE HUESOS SIN TUS HUESOS
31
Exordio
7
HOTLINE DE PECHOS ADMIRABLES
46
LA CARNE OSCURA DE MI PECHO
99
LA DUEÑA DE AQUEL DICIEMBRE
27
LA FÓRMULA SECRETA DE SU PUBIS
58
LA INSÓLITA PATRIA QUE TE MECE
47
LA LUNA DE TUS OJOS, EL ROSTRO DE MIS LUNAS
41
LA LUNA SE DESMAYA EN MI PECHO
92
LA PIEL VEGETAL DE LA INOCENCIA
87
LA SEDA REGRESA A SUS ORÍGENES.
57
LA VOZ DE LOS PLANETAS DEAMBULA EN TUS LABIOS
88
LOS OSCUROS PEDAZOS QUE ME FALTAN
67
LOS OSCUROS PEDAZOS QUE ME FALTAN
103
LOVING CONNECTION
77
ME SOBRAN PARAÍSOS
84
MORDER UN LABIO
25
NINGÚN GURÚ NOS ABRAZÓ LA PIEL
102
NO CEDÍA LA ARENA
94
NO ES DIFÍCIL AMAR A UNA MUJER QUE RIEGA SUS MACETAS
108
NO ESTAMOS SOLOS
39
NO SE ALTERA LA ROSA EN MI JARDÍN
100
NORTE Y FENG SHUI
59
PÁJAROS QUE ALIMENTAN MI GÉNERO
93
PATRONES PARA AMAR
104
Prólogo
9
Reseñas a la presente edición
13
SIN RITUALES
79
SOMOS YOGA BUSCANDO SER PERFECTOS
83
SUS CANTOS DE SILENCIO
55
SUS PIES EN MI CORAZÓN HELADO
53
TAL QUE ULISES ELIJO NADIE
113
TODAS LAS VENTANAS PRONUNCIAN TU NOMBRE
29
TU BOCA SIGUEN PARECIÉNDOME RECIÉN CORTADA Y FRESCA
97
UN MUNDO DE PALABRAS
19
UN POEMA UN SUEÑO
18
VENUS DEMOLIENDO RELÁMPAGOS
26


__________________________________________
Gracias por echar un vistazo y dejar un comentario
en estos sitios donde puedes ver algunos de mis trabajos.


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Tuyo en la poesía,
Alonso de Molina