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martes, mayo 01, 2018

El poder del amor & el amor al poder. La raíz del problema






Hace unos días, con objeto de la celebración del Día del Libro y conmemorar el Día Internacional del Idioma Español, fui invitado por el Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales de Bogotá, Colombia, a participar en un conversatorio virtual retransmitido en directo, el tema propuesto era "Reflexión acerca de la paz y la reconciliación" desde la perspectiva artística, enfoque personal desde la propia experiencia y trayectoria, ligado a los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para el 2030.
 
Podríamos insistir en lo que es patente y notorio en esta nuestra sociedad de ricos y pobres, donde una exigua minoría controla la riqueza de la inmensa mayoría de personas que habitamos el planeta.  La brecha rico-pobre no es solo económica, es evidente que el acceso a una vivienda digna y a recursos tan necesariamente básicos como educación, sanidad, agua potable, electricidad, bienestar en suma.  Y no nos estamos relegando a las viejas consignas del Mayo Francés del 68 como el  “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, pero es necesario que la base de la sociedad, las personas, no se duerman, no se conformen con la pululante “economía del bienestar” maquinada desde el confort del poder donde nos instrumentalizan y nos alienan imponiéndonos, con sonrisa sardónica, el consumismo como nueva religión a la que tenemos que rendir sumisión y pleitesía además de someternos a ella para poder sentirnos libres e integrados en el sistema, un sistema donde imperan las apariencias más que la pureza de las personas.
 
Lo legal muchas veces es dañino y peligroso. Decía Gandhi que la justicia necesita ser transformada, no meramente controlada. En este mismo número de la revista, la escritora María Luisa Lazzaro nos comenta acerca “de esta Venezuela dolorosa, desde la apreciación cotidiana de sufrimientos, carencias, torturas, violaciones de los derechos de los ciudadanos, presos políticos, torturados, personas, niños ancianos que mueren de mengua sin medicinas ni alimentos”. Y no olvidemos, no olvidemos, que todo lo que hizo Hitler, era legal.
 
Nada justifica la violencia, pero, lamentablemente, la injusticia y la desigualdad generan violencia. Violencia que se viene ejerciendo de mil maneras diferentes. Y está en nuestras manos el conjugar VERBOS que garanticen la paz y la reconciliación en el mundo. Verbos como:

  • Erradicar la pobreza y el hambre en todo el mundo.
  • Combatir las desigualdades y garantizar una vida sana y una educación de calidad.
  • Asegurar el acceso al agua y la energía.
  • Facilitar el crecimiento económico sostenido y dentro de una sociedad menos competitiva y más humanizada.
  • Construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas que promuevan la paz y faciliten y agilicen el acceso a una justicia de calidad.
  • Proteger los derechos humanos.
  • Promover la igualdad entre los géneros.
  • Garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales adoptando medidas urgentes contra el cambio climático.

 
Hemos abusado de la guerra y de las armas. Somos humanos, imperfectos. Venimos acumulando más llanto que risa en la historia de la humanidad; por tanto, para reír y ser felices, necesitamos perseverar en cuanto asertividad y concesiones mutuas en todos los ámbitos de la vida.
 
Pero quiero ser optimista. Miren. Cuando leo a los jóvenes, es como aprender de nuevo el idioma, percibo una nueva casta, se expresan de una manera lúcida, contundente, menos conformista  y mucho más reivindicativa; no es un nuevo concepto de existencia, es una nueva forma de vivir, donde se persevera  en la búsqueda de un sentido  global, holístico, de la existencia; las nuevas generaciones tienen muy claro que para realizarnos como seres humanos, para superar las barreras físicas, mentales y espirituales que nos impone la propia existencia necesitamos PAZ. 
Y ahora, habla, se reitera, el poeta que llevamos dentro. El poeta es un mensajero, es la voz para despertar conciencias y debemos ser capaces de transmitir, como un eco que se repite de norte a sur y de este a oeste, honradez y coherencia. El poeta es inconformista por naturaleza. Ni la poesía ni los poetas son ornamentos ni son los frikis de turno. Pero es cierto, el poeta no quiere ser normal, no quiere que le jodan la vida inmersa en la mediocridad. (No escribas poemas, sé poeta).
 
Un poema no es una arenga ni un discurso político.  La poesía es cuestionarse el mundo para sentirse más cerca de la verdad. Y el mundo necesita la profundidad de la poesía como necesita el oxígeno. Necesitamos menos discurso y más palabras que nos sugieran la realidad de la cuestión. La vida. Los momentos. La libertad de sentirse libre. El desapego de la frivolidad y la trivialidad en favor de la percepción real de la existencia. Somos seres finitos con fecha de caducidad, debemos buscar la poesía en cada cosa y ser capaces de sentir que cada cosa está llena de poesía. El viento el sol la tierra el agua... dejemos la abstracción de las cosas y construyamos con los pies en la tierra la paz y la felicidad.
 
Estamos contigo, Jimi Hendrix: cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.    
    
Vuestro en la poesía
Alonso de Molina
 
Editorial #4 De Sur a Sur Poesía y Artes Literarias




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lunes, enero 01, 2018

Poesía para salvar al mundo





En esta nueva entrega de nuestra Revista de Sur a Sur queremos ofrecer un sencillo pero profundo y respetuoso homenaje a la figura del escritor Reinaldo Arenas.

La devastadora historia de Reinaldo Arenas, poeta y novelista cubano que busca escapar de su artificiosa vida en La Habana, fue exquisitamente protagonizada por el actor español Javier Bardem en la película Antes que anochezca (2000) del director estadounidense  Julián Schnabel, una adaptación de la novela autobiográfica del disidente cubano que el actor español aceptó encarnar porque le dolió su vida y le conmovió el quebranto de vivir en la Cuba de Fidel Castro, más, siendo, como era Arenas, un hombre gay.

Somos el testimonio de nuestra época, una época donde imperan las apariencias más que la pureza de las personas.  En todas partes, donde quiera que uno vaya, donde quiera que pongamos los ojos, países, continentes, culturas, etnias... los problemas son los mismos. Problemas que venimos arrastrando desde siempre, los miles de años que la humanidad existe no bastan para solucionar la ceguera y la ambición del ser humano. Proliferan salvapatrias, tiranos, déspotas, dictadores… incluso en países supuestamente democráticos,  que se mantienen en el poder gracias a la inestabilidad económica y social provocada por la incertidumbre de algunos gobiernos e incluso gracias al miedo y a la opresión que infunden otros.

El poeta es un mensajero, es la voz para despertar conciencias y debemos ser capaces de transmitir, como un eco que se repite de norte a sur y de este a oeste, honradez y coherencia. El poeta está en contra de todo. Es inconformista por naturaleza. Ni la poesía ni los poetas son ornamentos ni son los frikis de turno. Pero es cierto, el poeta no quiere ser normal, no quiere que le jodan la vida inmersa en la mediocridad.

El poema  es fruto de la invocación, un discurso de realización personal que a veces se comparte como se comparte un rezo, o una plegaria, o una llamada de atención, o incluso un silencio; a veces un poema es la histeria o es la soledad que va resonándote como un estallido en forma de palabras.

Aprendamos a querernos a nosotros mismos con nuestros defectos y virtudes, abramos nuestras ventanas a la comprensión y al entendimiento. La poesía puede salvar al mundo. El poema es una voz que escarba buscando la transparencia de las cosas; cada palabra es un resquicio por donde mirar, un foco que nos propone la aceptación o repulsa de la existencia. El poema está formado por voces que pronunciadas conforman vibraciones sonoras muchas veces transcendentales, por tanto el poema es un mantra, una vibración sonora valiosa y transcendental para muchas personas.

No sabemos qué es o qué no es la poesía, pero podemos entender que un poema es hambre que nos busca o tal vez el alimento que no acaba de saciarnos, pero así y todo, es preciso dejarse encontrar, estar en el momento preciso y en el lugar oportuno, y dejarnos emocionar por el estallido de las estaciones, por el sonido del mar, por la luz de un atardecer… El poema expresa el misterio de las cosas (pero no las descifra).
 

Tuyo en la poesía
Alonso de Molina


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jueves, diciembre 21, 2017

Reseña de Andrés Rubia a “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad“ de Alonso de Molina




Reseñas de Andrés Rubia Pedreño

Un humano cualquiera” 
La insaciable verdad de la verdad

 del autor Alonso de Molina.


El poeta puede parir lo que quiera, hasta incluso mundos de dos en dos.

Parir después de los 50. Esto es lo que ha hecho Alonso de Molina. Y lo ha hecho como si la poesía, dando un puñetazo en la mesa de su escritorio, insumisa, amnistiada y convincente, le hubiera exigido luz para iluminar la belleza de lo más nimio en dos libros individuales. Alonso de Molina no podía estar siempre publicando en colectivo. Ya tocaba.

Dice Pérez Reverte que al escritor no hay que conocerle en persona. Y estoy de acuerdo excepto en algunos casos.
Para comprender un poco mejor la poesía de Alonso de Molina es necesario ser invitado al acogedor jardín de su hogar. Yo he tenido ese honor y, por tanto, sentado allí, bajo un cielo estrellado, serenado por una temperatura otoñal confortable, mientras respiraba las exhalaciones de sus plantas y flores, he entendido a este poeta que me trata.

Aviso para navegantes o también naufragados que quieran subirse a proa: “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad” son los dos títulos a leer como una oportunidad. Dos libros de poesía recomendada para alterarse al revés mientras el tiempo y la vida arguyen diagnósticos frenéticos, provocándonos alzhéimer en las emociones por una imprescindible cuestión de supervivencia y aversión al dolor.

La cadencia de sus versos es más existencialista que insurrecta, más minimalista que biodegradable, más espiritual que trasgresora y, más musculosa que rigurosa. La música de sus poemas está compuesta con libertad métrica, pero biensonante, envolvente, acogedora. Si uno de estos libros cae en manos de alguien encolerizado, a buen seguro, si abre alguno de ellos por cualquier página, mirará en derredor, buscará un asiento y, leyendo, comenzará a respirar pausado mientras su pulso se normaliza. No hay mejor locura que la poesía para curar lo que la razón considera incurable.

En “Un humano cualquiera” el yo autor, el hombre y el poeta están interrelacionados hasta el punto de aparecer fusionados en el paisaje, eso sí, en un paisaje espectador a la vez muy adentro del humano que se mira a sí mismo porque todo ese paisaje habita en él.

En “La insaciable verdad de la verdad”, su segundo publicado, existe una marcada influencia japonesa en su metáfora, de hecho, Murakami es mencionado. Por otro lado, el mantra rezumado desde sus estrofas – las palabras no son nada sin su conjunto- cumplen sobradamente con la misión primordial de un poema: liberar al individuo de sus células hasta hacerlo consciente de su vital esencia.

Son dos libros que incitan a quedarse vivo. Dos poemarios para chequear nuestra capacidad sensorial de agua y crepitante fuego, de peces y desnudadas nubes, de memoria aterciopelada y relojes de arena perfumada, de más relojes de bolsillo con sólo una manecilla apuntando hacia la luna, como si fueran brújulas fanáticas.

El impacto en el lector es lo que percibe su conciencia. Y eso es imprescindible en poesía: Llegar y remover interiorismos emocionales, despeinar y ordenar ideas hasta sacarnos a otra dimensión estremecedora desde una ventana enmarcada con versos.

Por último, únicamente me queda opinar–con la honestidad y el permiso crítico que me doy como escritor, poeta, cantautor y en definitiva artista literario (pues así me etiqueto por aquello de también insertar literatura en otras artes plásticas)- sobre la morfología de estos dos poemarios más que recomendables: Reconozco que las portadas eran mejorables, así como el formato libro, pues pienso que su contenido merece algo más de dimensión frente al formato de bolsillo pretendido. Por el contrario, el tipo de letra, calibri y arial 12 en respectivos poemarios, me parecen un acierto por su confortable legibilidad. La nitidez y blancura de la hoja son loables sobre todo para esos lectores “tikis mikis”( minuciosos) como yo. En lo que se refiere a las citas introductorias de otros poetas, escritores e ilustres pensadores, yo particularmente las hubiera obviado en varios de sus poesías. No estoy diciendo que no sean oportunas o ni tan siquiera inductivas, pero no soy partidario de condicionar al lector cuando lo que va a encontrarse a continuación es algo tan libre y megalírico como es la poesía de Alonso de Molina, a la que nunca le falta una fascinadora marca de autor. Su poesía es emancipada hasta comprometerse en la sensorialidad que ordena la naturaleza comunicada con la energía del universo.

Este poeta no deja inutilizados a ninguno de los cinco sentidos en sus versos y, además, en invierno, este poeta autor que nos atañe, se baña desnudo en el mar cuando apenas hay gente. Este poeta autor, ama el yoga. Es un secreto que comparto. Espero que no se moleste por esto último.

En definitiva y concluyendo, que nadie se espere un vanguardismo poético revelador o flagrante. Sería un desperdicio. Si por algo se caracterizan estos poemarios es por su densidad y cristalina fluidez plausible. No es fácil hacer llegar belleza de propiedad universal con palabras.

Supongo que otros lo harán, pero reconozco no haber encontrado en su estilo parecido razonable alguno con algún otro poeta clásico. Poesía del siglo XXI. Creo que le compro ese enunciado.

Tengo estos dos poemarios indie en mi mesita de noche –por cierto, atiborrada de libros-, pero no descarto volverlos a releer en aquel momento en que necesite una huida hacia dentro… placentera… por supuesto. Les encontraré un espacio permanente y cercana en mi mesita de noche atiborrada … ya saben…

-
RESEÑA de “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad” del poeta Alonso de Molina por Andrés Rubia. (artista literario).






Gracias por leer y dejar un comentario en mis libros. Amazon y Google Play Libros

 


Reseña de Andrés Rubia a “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad“ de Alonso de Molina

Reseñas de Andrés Rubia Pedreño

Un humano cualquiera” 
La insaciable verdad de la verdad

 del autor Alonso de Molina.


El poeta puede parir lo que quiera, hasta incluso mundos de dos en dos.

Parir después de los 50. Esto es lo que ha hecho Alonso de Molina. Y lo ha hecho como si la poesía, dando un puñetazo en la mesa de su escritorio, insumisa, amnistiada y convincente, le hubiera exigido luz para iluminar la belleza de lo más nimio en dos libros individuales. Alonso de Molina no podía estar siempre publicando en colectivo. Ya tocaba.

Dice Pérez Reverte que al escritor no hay que conocerle en persona. Y estoy de acuerdo excepto en algunos casos.
Para comprender un poco mejor la poesía de Alonso de Molina es necesario ser invitado al acogedor jardín de su hogar. Yo he tenido ese honor y, por tanto, sentado allí, bajo un cielo estrellado, serenado por una temperatura otoñal confortable, mientras respiraba las exhalaciones de sus plantas y flores, he entendido a este poeta que me trata.

Aviso para navegantes o también naufragados que quieran subirse a proa: “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad” son los dos títulos a leer como una oportunidad. Dos libros de poesía recomendada para alterarse al revés mientras el tiempo y la vida arguyen diagnósticos frenéticos, provocándonos alzhéimer en las emociones por una imprescindible cuestión de supervivencia y aversión al dolor.

La cadencia de sus versos es más existencialista que insurrecta, más minimalista que biodegradable, más espiritual que trasgresora y, más musculosa que rigurosa. La música de sus poemas está compuesta con libertad métrica, pero biensonante, envolvente, acogedora. Si uno de estos libros cae en manos de alguien encolerizado, a buen seguro, si abre alguno de ellos por cualquier página, mirará en derredor, buscará un asiento y, leyendo, comenzará a respirar pausado mientras su pulso se normaliza. No hay mejor locura que la poesía para curar lo que la razón considera incurable.

En “Un humano cualquiera” el yo autor, el hombre y el poeta están interrelacionados hasta el punto de aparecer fusionados en el paisaje, eso sí, en un paisaje espectador a la vez muy adentro del humano que se mira a sí mismo porque todo ese paisaje habita en él.

En “La insaciable verdad de la verdad”, su segundo publicado, existe una marcada influencia japonesa en su metáfora, de hecho, Murakami es mencionado. Por otro lado, el mantra rezumado desde sus estrofas – las palabras no son nada sin su conjunto- cumplen sobradamente con la misión primordial de un poema: liberar al individuo de sus células hasta hacerlo consciente de su vital esencia.

Son dos libros que incitan a quedarse vivo. Dos poemarios para chequear nuestra capacidad sensorial de agua y crepitante fuego, de peces y desnudadas nubes, de memoria aterciopelada y relojes de arena perfumada, de más relojes de bolsillo con sólo una manecilla apuntando hacia la luna, como si fueran brújulas fanáticas.

El impacto en el lector es lo que percibe su conciencia. Y eso es imprescindible en poesía: Llegar y remover interiorismos emocionales, despeinar y ordenar ideas hasta sacarnos a otra dimensión estremecedora desde una ventana enmarcada con versos.

Por último, únicamente me queda opinar–con la honestidad y el permiso crítico que me doy como escritor, poeta, cantautor y en definitiva artista literario (pues así me etiqueto por aquello de también insertar literatura en otras artes plásticas)- sobre la morfología de estos dos poemarios más que recomendables: Reconozco que las portadas eran mejorables, así como el formato libro, pues pienso que su contenido merece algo más de dimensión frente al formato de bolsillo pretendido. Por el contrario, el tipo de letra, calibri y arial 12 en respectivos poemarios, me parecen un acierto por su confortable legibilidad. La nitidez y blancura de la hoja son loables sobre todo para esos lectores “tikis mikis”( minuciosos) como yo. En lo que se refiere a las citas introductorias de otros poetas, escritores e ilustres pensadores, yo particularmente las hubiera obviado en varios de sus poesías. No estoy diciendo que no sean oportunas o ni tan siquiera inductivas, pero no soy partidario de condicionar al lector cuando lo que va a encontrarse a continuación es algo tan libre y megalírico como es la poesía de Alonso de Molina, a la que nunca le falta una fascinadora marca de autor. Su poesía es emancipada hasta comprometerse en la sensorialidad que ordena la naturaleza comunicada con la energía del universo.

Este poeta no deja inutilizados a ninguno de los cinco sentidos en sus versos y, además, en invierno, este poeta autor que nos atañe, se baña desnudo en el mar cuando apenas hay gente. Este poeta autor, ama el yoga. Es un secreto que comparto. Espero que no se moleste por esto último.

En definitiva y concluyendo, que nadie se espere un vanguardismo poético revelador o flagrante. Sería un desperdicio. Si por algo se caracterizan estos poemarios es por su densidad y cristalina fluidez plausible. No es fácil hacer llegar belleza de propiedad universal con palabras.

Supongo que otros lo harán, pero reconozco no haber encontrado en su estilo parecido razonable alguno con algún otro poeta clásico. Poesía del siglo XXI. Creo que le compro ese enunciado.

Tengo estos dos poemarios indie en mi mesita de noche –por cierto, atiborrada de libros-, pero no descarto volverlos a releer en aquel momento en que necesite una huida hacia dentro… placentera… por supuesto. Les encontraré un espacio permanente y cercana en mi mesita de noche atiborrada … ya saben…

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RESEÑA de “Un humano cualquiera” y “La insaciable verdad de la verdad” del poeta Alonso de Molina por Andrés Rubia. (artista literario).





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martes, agosto 01, 2017

¿Sobre qué escriben los poetas?




¿Quién hace el poema, el poeta o el lector? ¿Hace el poeta al poema o, como decía Paul Valéry,  es el poema el que hace al poeta? Quién sabe, en cualquier caso, la suerte que, cada uno por su lado, corren poema, poeta y lector.
 
Percibir el mundo, el complejo entramado de relaciones entre las personas, los acontecimientos, los actos… ¿puede responder a una habilidad intrínseca para descubrir el sentido de las palabras? ¿De qué forma se interpreta un poema?  

¿Qué temas son los temas que deberíamos considerar como propios de la poesía? Los temas recurrentes son los mismos en todas las épocas, el amor, la religión, la muerte, la sociedad, las personas, el mundo en que vivimos, la subjetividad de cada uno… la desazón, el hastío de la existencia,  el sentido que pretendemos dar a la propia vida,  la angustia por la muerte a la que estamos condenados, la implicación del hombre con los asuntos sociales de su tiempo. Y erotismo, también hay erotismo e idealización del enamoramiento en la poesía. 

La poesía es, sobre todo, una inquietud capaz de arrastrarte a territorios suicidas y además, la poesía, araña con las uñas el fondo de cualquier metal, escarba en la memoria para que nada muera, y te ofrece las llaves para que todo sea un preciado caudal que nos desborde y nos inunde de palabras, sonidos, sensaciones… sin más límite que el poder creacionista de cada autor. La poesía es una exigencia continua, una revolución constante donde la creación es un conjunto independiente y único que no necesita más explicación que la emoción que pueda llegar a generar.

La creación poética no tiene por qué imitar la realidad ni describir ni explicar nada, se explica por sí sola, o no se explica. En poesía, el poema es el puntal de la obra del poeta. Pero más allá de la poesía, la meta-poesía implica la palabra y el silencio, implica al lector o espectador y exige del narrador elementos como la expresión corporal, miradas, sonidos, muecas... en un espacio escénico predispuesto para tal fin, para que pueda provocar en el público sensaciones que lo hagan ser partícipes y no meros espectadores de la obra en cuestión.

La poesía es compromiso, y si algo puede salvar al ser humano de las garras de su propio mundo interior, es la poesía.

 
Tuyo en la poesía
Alonso de Molina
 
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domingo, abril 30, 2017

De Sur a Sur. Revista de Poesía y Artes Literarias



De Sur a Sur. Revista de Poesía y Artes Literarias, proyecto que viene a complementar el amplio abanico cultural de Creatividad Internacional Red de Literatura y Cine, se trata de un espacio de Autogestión Creativa abierto a poetas y escritores en lengua castellana. Se incluyen contenidos muy diversos respectos talleres sobre poesía o literatura, noticias, entrevistas, microrrelato, poesía, artículos de opinión, reportajes.  

Por cierto, el porqué del nombre de la revista. Se trata de un proyecto globalizador entre poetas y escritores de habla castellana, del sur de Europa al sur de América, significando además que contamos con colaboradores de algunos países del continente africano donde, aunque en minoría, también se habla nuestro idioma. 

La poesía, dice Lorca, es algo que anda por las calles, que se mueve que pasa a nuestro lado. Afirma, Federico García Lorca, que todas las cosas tienen su misterio y que la poesía es el misterio que tienen todas las cosas.  

La poesía es un grito hacia dentro, una reflexión constante, no cuenta historias, no dice nada, solo muestra al ser humano y sus pesquisas, sus requerimientos, anhelos, miedos, tentaciones. La gente confunde la poesía con la literatura, y en ese orden de cosas, don Antonio Gamoneda explica que la poesía es la realidad que forma parte de nuestra vida, que la poesía es una conducta y no es, necesariamente, una representación, un ornamento o una actividad informativa. 

Y en ese centro de equilibrio personal y humano nos movemos, ahí quisiéramos estar, permanecer muchos años, toda la vida, siempre. Quién sabe si, a lo mejor, estas son las calles –los espacios virtuales- que preconizaba Lorca. 

Este primer numero quizá el contenido, la maquetación, la organización de la revista… no satisfaga tus expectativas como lector. Este es el número cero, estamos ajustando equipos, seleccionando contenido, revisando, así y todo te pedimos disculpas por los errores, descuidos, fallos que seguro hemos cometido… Pero sobre todo mi agradecimiento personal a los compañeros que han colaborado en este número aportando, revisando, asesorando, apoyando esta iniciativa.

 

Vuestro en la poesía

Alonso de Molina


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