Gracias por echar un vistazo y dejar un comentario en mis libros . Amazon https://www.amazon.es/Alonso-de-Molina/e/B0756JK3WZ/ref=dp_byline_cont_ebooks_1 . Google Play Libros https://play.google.com/store/books/author?id=Alonso+de+MolinaHay veces que un hombre tiene que luchar
tanto por la vida que no tiene tiempo de vivirla.
Charles Bukowsk.
Bajo las uñas
mil avispas jodiéndonos los días.
Te las intentas sacudir de encima
como quien se sacude las solapas
después de haber comido un bollo;
y muy harto de todo te acercas a la noche
a rascarte el ombligo y a intentar besártelo
con la misma pericia
que quien se acerca a una ventana
a ver nacer el día
creyendo que ese día
está predestinado a ti.
Pero observas que
los labios y la flor se posan en otra ventana
buscando una caricia que no te pertenece.
Y te pliegas como una hoja de papel
mirando de reojo al amor.
Y mordiéndote un labio
caminas cabizbajo
desde la noche a la mañana.
Y otra vez te asomas como una lucerna
a las hoscas ventanas de la tristeza
a desplegar cansino tus cenizas
después de haber dejado el polvo y tus razones
en un felpudo que tampoco es tuyo.
Y te das cuenta que el día también se marcha
con los pies tan vacíos como habían llegado
y sientes la soledad de un mártir
y cierras otra vez tus alas
y reordenas tus ojos
y, apartando las gafas a un lado,
plantas la vista al techo, a la pared del fondo,
al armario que posa indiferente.
Prendes un cirio
y lo miras
y te arrojas a él
y te quedas muy quieto
sin aspirar a nada,
el cirio y tú, la luz y la penumbra.
A fin de todo huérfano,
solitario y huérfano,
como una hormiga camino a su destierro.
Tal vez mañana
la ventana vendrá
para asomarse en mí.
Alonso de Molina. Poesía. Narrativa. Microrrelato. Entrevistas. Lecturas. Recitales. Realismo Mágico. Publicación de libros. Talleres. Senderismo Poético
lunes, abril 01, 2019
Tal vez mañana la ventana vendrá para asomarse en mí
viernes, marzo 22, 2019
Es difícil gritar on the street lonely
El sueño va sobre el
tiempo
flotando como un
velero.
Nadie puede abrir
semillas
en el corazón del
sueño.
F.G. Lorca; al cante,
el Camarón de la Isla.
Precipitado en la apatía de las razones,
sin respuestas ni aspectos que atender,
penosamente solo, demasiado vacío,
sin cargas ni destinos nutridos por mi pecho.
Concreto en la ceniza y el disoluble credo
rechinaban mis dientes, lying on the
sidewalks;
con la vida desnuda corriendo en las
cantinas,
insensatas, mis manos procuraban mujeres.
Zarandeado al viento como hoja en ventolera
yo estaba al margen de cualquier destino.
Bajo el sol caminando, aquel año bisiesto
en el aire estallé mis monedas, and my luck,
en tanto recorría las plazas
y las angostas bocacalles
sin cosenos ni senos donde albergar los
sueños.
Descolgaban las horas con la sed del
hambriento,
envenenando un alma urgida de calor
y un corazón en combustión emergente
que sellaba sus besos con los pardos del
aura.
Es difícil gritar on the street lonely;
la mujer dijo hello y yo rompí mis ojos
para mirar su escote insinuante y sedoso.
Reincidían momentos en los signos de aquarius
y mojaban los sueños
sin posar la cabeza sobre el agua.
La medianoche es trampa.
Escucha Camarón, oye la noche,
busca en su llanto el rendido sexo.
Mientras, templada ella,
se perfuma la cara con los ojos del alba,
un orgasmo creciente late en su aliento
blanco.
-
Del libro de poemas
Allá
donde empieza la locura 2007
---
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sábado, marzo 16, 2019
Allá donde empieza la locura. Eludir al búfalo
Eludir al búfalo
Intro al libro de poemas Allá donde empieza la locura
Cómo
será el corazón de un loco. Qué cristales o qué dogmas o qué tantas cosas
deberán tragar, justificar, explicar, soportar, alzarse o rebelarse.
Qué tambores tendrá que golpear con sus manos de
loco para detener los caminos que lo embisten con la intransigencia de un
búfalo que se baja del tren sabiendo que ya no le quedan más espacios donde
arremeter su pertinacia, su porfía, sus embestidas.
La
magia, como la poesía, se maneja por una conversión simbólica de todo el
universo.
Olga
Orozco (Argentina, 1920).
Pero
ojo, cada planeta es un dolo, un desfalco, un timo donde los espejos son izados
cada mañana y encumbrados a las ondas celestiales (léase televisión y redes
sociales) para ser aplaudidos, izados y amamantados por los que aún no tienen
la condición de loco.
Estoy
hecha con la misma sustancia del abismo y oficio contra la nada mi caída en las
inmóviles tinieblas.
Olga
Orozco (Argentina, 1920).
La poesía es un juego que te puede llevar a la
sinrazón de la cordura. Podemos abrir abismos sin más norte que esperar al rayo
que volteará los ojos hacia la exacta locura de ser poeta. O se está loco o no
se está, no valen las medias tintas.
Palmo
a palmo, virando de un día a otro fulgor, de una noche a otra sombra, llegas
con cada paso a ese lugar al que te remolcaron todas las corrientes.
Olga
Orozco (La Pampa, 1920).
Hay
un enorme surtido de poetas en las redes sociales, un manojo de locos en
potencia que exhiben su belleza, su yo perfecto, y se presentan al mundo, no
para mostrar lo que somos o lo que queremos ser, nos presentamos al mundo, para
decirles cómo queremos que nos vean.
Es
que todavía nos faltan unos hervores, unos puntos de locura.
La belleza no es locura.
Aunque yo esté rodeado por mis errores y mis
ruinas.
Ezra Pound (EEUU, 1885).
El
poeta que inspiró al fascismo.
Sabemos
la facultad que tienen los espejos de cambiar la derecha por la izquierda, de
ser capaces de identificar el alma de las personas, e incluso, de hacer que te
quedes atrapado en esa doble imagen donde puedes ver el universo, pero, en
cambio, no logras verte, y formulas preguntas que, tú mismo, desde el otro
lado, te respondes.
Miedo
de ser dos
camino
del espejo:
alguien en mí dormido
me
come y me bebe.
Alejandra
Pizarnik (Argentina, 1936).
Pero el perfume de un loco no huele a
desánimo ni a renuncia, huele a orfandad, a relego, huele a ruptura, es el
huracán que duerme en su propia armonía, soportando la fiebre, el miedo y el
temporal.
Para
llegar allí había que pasar
por
el fondo del alma; había que internarse por pantanos en los que chapotean la
muerte y la locura.
Olga
Orozco (Argentina, 1920).
Hondar
más los abismos y hallar la piedra o desnucarse o romperse un hueso, diría que
el de la muñeca para que durante un tiempo no escriban, que sientan el dolor de
no ser ni estar.
El
loco yerra, pero no miente. Además, tiene la peligrosa manía de decir la verdad.
España es la que está loca, no yo.
Leopoldo María Panero (España, 1948).
No
sabe el loco de la brevedad del trueno, es un viajero en precario, pero no es
fugaz, breve ni efímero, él puede trepar todas las montañas de su país de
sueños para eludir al búfalo.
LIBRO COMPLETO
132 PÁGINAS
https://www.amazon.es/All%C3%A1-donde-empieza-locura-Poes%C3%ADa/dp/1976386217
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miércoles, marzo 06, 2019
Perdona amor si llego tarde
A
todas las personas que, habiendo sido tocadas en lo físico, han conseguido
mantener su espíritu en lo más alto
Perdona
amor si llego tarde, pero ahora que te has ido, te lo vengo a decir.
A
ti y a mí nos eligió el relámpago a los pies de la luna, ofreciéndonos los
cantos y los besos. Fuimos dos rostros que, en la quietud de la noche,
escurríamos los huesos dibujando campanas. Éramos de mirarnos a los ojos para
ver el agua y la naciente flor que florecía a cada espasmo. Florecíamos en la
piel de la manzana fabricando infinitos.
Tú
inundabas mis formas con saliva, y mi lengua -como un pez escurridizo- se
avenía en tu vientre deshojando los poros, los huecos, los minutos. Yo
celebraba tu cuerpo con un silencio verde que, abrazado a mi estrella,
pretendía del bosque la gema y tus gemidos.
Tú
siempre te quejabas de tus piernas flacas, pero a mí me encantaba tu pelo
revuelto. En cambio, estabas orgullosa de tu bien perfilados abdominales y de
la esbeltez de tu espalda. Yo era el pícaro que apoyaba la cabeza en tu pecho y
algún poema incluso me atreví a escribir en tus nalgas. A veces los domingos,
los sábados incluso, traspasábamos la noche encendiendo los lirios, y todas las
frutas, los gatos, las farolas… ardían como nosotros y, al calor de tus ojos,
tu locura y la mía se inundaban de éxtasis.
Sí.
Fue una bella locura que nos mantuvo cuerdos tomados de la mano. Te recuerdo en
las noches de verano en la playa. Discretamente
nos besábamos y entre cuchicheos nos referíamos a ese puñado de extraños que se
colaban en nuestras vidas. Confieso que ya me estaba hartando muy mucho de
Nietzsche, Borges, Neruda, Sabina y tantos otros entrometidos que se ponían a
fisgar en nuestros momentos más íntimos. O ese viejo indecente que salía a
pasear al perrito cada vez que íbamos a la playa para besarnos.
¡Ah!
esas noches de mar con el apacible runruneo de las olas, el brillo tenue de las
farolas del paseo marítimo, el olor a yerbabuena cuando regresábamos a casa con
la ropa desarreglada y más excitados aún de lo que habíamos salido, íbamos
directos a culminar el día, y nos daban las dos o las tres de la mañana y
Keroauck, Bukowski y toda esa generación de desalmados se nos acoplaban en
medio de la cama. Teníamos, sí, que
compartirlo todo. El amor y los insidiosos comentarios que nos provocaban tantas
lecturas ociosas mientras, tú y yo, no sé de qué manera, atravesados en el
colchón hacíamos el amor tratando de despistar a las visitas inoportunas de tantísima
gente holgazana, y nos mirábamos a los ojos con las manos y los cuerpos entrelazados. Disfrutábamos a solas, sencillamente, de lo que más nos gustaba:
leer y leernos el uno al otro para a continuación morir y despertar otra vez
juntos.
Pero yo no sabía que la angustia, la tristeza
y el dolor, pudieran tener cabida en nuestro amor. Yo decidí amarte porque
estaba enamorado de ti, y sabía que tú también me amabas. Te dejabas querer y
yo crecía contigo al tenerte en mis brazos. Y estaba convencido de que el amor
no duele ni traiciona.
Tenías
tú la sonrisa más dulce que iba repitiéndose de la mañana a la noche. Parpadeabas
nerviosa ante un tiempo que presentías ahogado. Llegaron días como inviernos
fríos. Las miradas estériles recorrían los pasillos, el salón, la cocina…
también se ajustaba a nuestra cama... y a todos los rincones donde nos habíamos
besado con el corazón latiendo de locura y la tierna devoción de la entrega sin
límite.
Toda
tu fuerza, tus ganas de vivir, no han sido suficientes para vencer a ese peyorativo, estigmático e innombrable
eufemismo, a esa cabeza de avestruz que no nos atrevemos a nombrar.
Agonizaron tus dedos ahogados en lamentos y el tiempo nos fue diluyendo en
desconsuelos. Y te has ido. Sin tú quererlo me has abandonado. Y yo no pude
hacer nada por impedir tu marcha. Ya no puedo tañer campanas de amor ni de
victoria.
No
entiendo la vida sin tenerte. Estás dormida, sí. Pero sigues conmigo. Y si un
día despertaras me iría contigo al infinito.
Eternamente
en mí
Tu
amor de siempre
Imagen by kai kalhh . Hamburg/Deutschland
#hombresyalgunasmujeres
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