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viernes, noviembre 03, 2017

Libros de Alonso de Molina. La insaciable verdad de la verdad


...sobre el mantel oscuro,
 observa su plato María
en tanto eleva un codo
y bebe la cerveza que sostiene en su mano,
en una botella también oscura.


Yo me substraigo tocándome el mentón,
mi barba hoy luce decente
como la habitación de un pobre.
.
La insaciable verdad de la verdad. Oficio de poeta. Fragmento





Cómpralo cómodamente desde casa
 Libros de Alonso de Molina


 

domingo, octubre 29, 2017

Un humano cualquiera. Poesia del Siglo XXI. Alonso de Molina







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domingo, octubre 22, 2017

martes, septiembre 19, 2017

La insaciable verdad de la verdad. Poesia del Siglo XXI. Alonso de Molina



 
 
 
 
En estos tiempos es obvio que la poesía está de moda, ha pasado el poeta de ser el bohemio, el soñador, el inadaptado… de ser el elemento incomprendido –incluso elemento negativo- a ser un referente –muchas veces ornamental- para buena parte de la sociedad, y me pregunto: ¿no se está aburguesando otra vez la sociedad o es la poesía la que busca el punto de confort?

¿Ha pasado la poesía de ser un grito hacia dentro, una reflexión constante que escruta los requerimientos, anhelos, tentaciones, miedos… a ser grito compartido en las redes sociales, más que como un llamado de atención al mundo, como manifiesto pregón de uno mismo para exhibir su agudeza y talento y recibir aprobación en forma de like y comentarios de admiración?
La poesía sigue emparentada con la burguesía y se conforman círculos cerrados aunque con ciertos atisbos de aparentar homogeneidad social.

El poeta, es cierto, puede parecer distante, algo reservado y simular desinterés, incluso cierto repudio a todo cuanto le rodea; no obstante hay poetas que, sin ser del todo herméticos, no frecuentan o no muestran especial agrado en codearse con la burguesía, burguesía que existe y es un “valor en alza”.

A fin de cuentas un poeta es un animal que, con fama de amar la soledad, suele dedicar el tiempo que otros dedican a tejer relaciones, a escribir y a leer, y además, sabiendo que nadie le pagará ni le reconocerá por ello.

En cualquier caso que cada uno sea como quiera ser y, particularmente, servidor como don Gabriel Celaya: “Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden”.

Porque la poesía en verdad es un arma cargada de futuro, y si algo puede salvar al mundo es la poesía, única arma de manos vacías y conciencia plena.

Personalmente, además, suelo decir: escribo para mí y escribo para la gente, no escribo para los acomodados ni para la burguesía ni para el academicismo ni para el poder. Prefiero ser poeta a ser reconocido como poeta.

La poesía está en la calle, ha entrado de lleno en nuestras vidas con toda la fuerza del desorden, con todo el inconformismo y todas las decepciones que podemos ser capaces de soportar. Y la aceptamos o rechazamos con la misma naturalidad con que dibujamos un corazón en la arena.

¿Acaso es útil la poesía? Frente al enunciado de Manuel Álvarez Torneiro, Premio Nacional de Poesía en 2013, “La poesía no sirve para nada, gracias a dios, pero es indispensable”, prefiero la petición manifestada por Sharon Olds, Premio Pulitzer de Poesía, entre otros importantes galardones, “Quiero que un poema sea útil” o la apreciación de la poeta y erudita hindú Meena Alexander: “La poesía es valiosa precisamente porque no es histórica ni política ni económica, porque no es parte del mundo de causa y efecto”.

Evidentemente vivimos en una sociedad tóxica, pervertida. Miremos el efecto climático, las guerras en nombre de la libertad y en nombre de dios; la corrupción política está generalizada en todo el planeta; visto lo visto, ¿vamos a aseverar que la poesía no sirve para nada?

El mundo cambia, para bien o para mal, en relación a cómo la gente actúa, a cómo la gente percibe el mundo. ¿No conlleva la poesía una reflexión constante? El poema es el puntal de la obra del poeta y va paralelo a la existencia del ser humano. ¿La poesía no sirve para nada? No legisla, no es un producto que genere grandes oportunidades de negocio, pero va fraguando conciencia colectiva, y ya es frase hecha; fue el poeta inglés Percy Bysshe Shelley, quien –un año antes de su muerte- en 1821 manifestó, en su obra “En defensa de la poesía” lo que podría ser llamado “el derecho divino de los poetas”, de alguna manera “los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo”, el intelecto poético, per se, genera, sí o sí, algún tipo de poder.

El mundo necesita la poesía. Tal vez, un verso, sea la llave que abre ciertas puertas cerradas.

Alonso De Molina
 
 
La insaciable verdad de la verdad
puedes leer algunas páginas, dar like, estrellitas, comprarlo...
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viernes, septiembre 15, 2017

Historias de cualquier otoño -4-


el lar del juramento 
Si pudiera explicar las vidas que quité
si pudiera quemar las armas que usé
no dudaría, no dudaría en volver a reír
Antonio Flores
(Álbum Arriba los corazones)

Las madrugadas no debieran ser lapso y muerte;
acentos y palabras confunden al destino.
Un mes como septiembre debería romper
los nichos y las urnas, las fronteras y líneas
que dibujan el frío e iluminan el odio.

Mientras duerme la noche, promovidos fanáticos
imponen el terror en las habitaciones israelíes;
la parca optó por Múnich,
violó su Villa Olímpica, el lar del juramento;

escupen
como si el mundo no supiera ya lo que es malo;
huyen de sí, con la frialdad de los extremos
provocando las sombras, midiendo sus tropiezos;
acechan como cuervos ataviados de hombres,
sin embargo jalean al aire
las mismas cuentas que sus mártires:
sesenta ritmos por minuto
ocho horas de trabajo, otras tantas de alivio
cuatrocientos ochenta minutos para el gozo…
…ningún instante para el alma.


Respiran
con la destreza de saber matar;
curtiéndose en pecados persiguen sus pretextos,
exhortados en credos que alinean horror
proyectan con sus ojos la mirada del miedo.
Han sido programado para destruir
y arrastran en su saña el ataque cobarde
que mancha en madrugada los silencios y vidas.

Las pantallas mostraron la matanza de Múnich,
el mundo no se olvida;
once rehenes mueren por el "Septiembre Negro"
las olimpiadas del setenta y dos

la cólera de dios perseguirá las sinrazones
y los ojos del mundo preñarán sus cruzadas
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Septiembre Negro. Este es el nombre de la Organización terrorista palestina que el 5 de septiembre de 1972 perpetró su acción criminal más notoria y que el mundo conoció como "La masacre de Múnich". Nombre que se le dio al secuestro y asesinato de once atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de 1972. En el acto además perdieron la vida cinco miembros de Septiembre Negro y un policía alemán, La tragedia sería vista en todo el mundo a través de la televisión. No fueron solo palabras de la acalorada premier Golda Meir: “No escaparán los asesinos a la larga mano de la justicia de Israel”. Los servicios secretos israelíes, el Mossad, dispuso la “Operación Cólera de Dios” –llevada años más tarde al cine por Steven Spielberg con el nombre “Operación ira de dios”. El cerebro de la matanza, Alí Hassan Salameh, alias el Principre Rojo, que fuera consejero de Yasser Arafat, murió, descuartizado en explosión de coche bomba en Beirut el 22 enero de 1979; El “ojo por ojo, diente por diente" de la justicia israelíe se había cumplido.
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©Alonso de Molina

¿Quien rezará mis oraciones?

Título GenériCO:
¿Quien rezará mis oraciones?

Recopilacion de poemas anteriores a 2004. títulos incluidos:MIEDOS Oración por Palestina Sueños rotos Quien rezará mis oraciones? Ante qué dios me reclinaré hoy? Sin pedir auxilio a mis fantasmas



Sobre las huellas de mis ya lejanos pasos
se desmarcan breves
las aristas de mis reliquias

Laureles en la frente palidecen
y sobre el pecho rezuma la huella
de un relicario apócrifo.
Fijo un crucifijo enrojece, se estremece,
y entre los dedos vuelcan al otoño sus oraciones.
Un eco incesante retumba en el espacio breve
donde dejé clavadas mis rodillas

Y ese brillo cesante de los pasos
completa con lealtad la desgana
ganada de las carreras más perdidas

No asiste, ¡Por dios!, el cuero
al cíngulo que habría de marcar mi piel.
Un relicario, otro, brota de mis túnicas
y la imagen de un cristo moribundo
da fé que el castigo no expía la culpa

¡Hay miedos que preceden al dolor!
¡Hay miedos que preceden al odio!
¡Hay miedos que preceden al miedo

Fijaos:

¿No fue apóstol aquel que cometió
el peor de los pecados?




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"Acabará con un llanto el mundo
y a las tinieblas, la razón
entregará su luz"

Como si un viejo águila, o su sombra,
desplegara las alas y retorcido en los espejos
estrangulara la memoria de otro tiempo,
aquel tiempo en que el águila perseguía
al perseguidor desaguando fuentes y manantiales,
destruyendo los violines y las flautas,
yéndose del azul al dolor eterno.

¿Y qué hace el viento
sino remover la memoria del tiempo?

¡Señor, yo no soy digno!
¿Volverán a brotar los manantiales?
¡Señor, yo no soy digno!
¿Resurgirá la luz de entre las tinieblas?
¡Señor, yo no soy digno!
¿se exiliarán las palabras blancas, los sueños blancos…?
¡Señor, yo no soy digno!

Otra vez
El elixir brotará de la piedra
y el mundo intentará otra nueva andadura

¡Señor, yo no soy digno!



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Llegado el día
en que los sueños sucumben
entre decenas de blancos pañuelos,
la burbuja explota contra sí misma
diluyendo en el aire la ausencia
de toda materia.
Tal como los deseos no satisfechos
la pompa desaparece y
los sueños quedan rotos


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Como molécula de un mundo incierto
hilvano letras y dibujo sueños
buscando la cara amable de la luz.

Deambulando entre palabras
libero angustia y al calor de los signos
surgen las cenefas

Cada instante es una nueva muerte
y un nuevo nacimiento,
y sin fulgor de vida no hay éxtasis,
ni origen, ni orillas vírgenes.

Más allá de la muerte y de la vida
no habrá lamentos en que refugiar el dolor.
Algunas preguntas, quizá alguna respuesta:

A qué dios negaré esta vez mi fe?
Quien rezará mis oraciones?
No hay muerte sin fulgor de vida

Luz y lágrima,
lamento y dolor
componentes de una misma ecuación



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En frágil equilibrio me destapo
mientras espinas florecen en mis sienes
mis letras conceden a las gramáticas
filamentos reclinados en el olvido
mi voz no se oye
y los tiempos
transcurren sin esperaza ni perdón

Sumerjo mis verdades en lágrimas reprimidas
mis credos guardo en dolores ajenos
a un cielo sin entrada elevo mis plegarias,
construyo mi indolencia sobre cultos imposibles

Asi pues
Ante qué dios me reclinaré hoy?



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Entre pulso y latido
dos cielos extenuados
encadenan sus lamentos
a un apagado karma.
No reclamo silencios
ni más lazos desnucarán mi voz...

...Las esporas se silencian
aún sin querer callar.

Sin pedir auxilio a mis fantasmas
me avezo en las entrañas
de los secretos mejor guardados...

...Alguna brizna que se parte y
otra más que se condena


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martes, septiembre 05, 2017

Un Humano cualquiera. Poesia del Siglo XXI. Alonso de Molina



Alonso de Molina nos exhorta a la contemplación de su poesía sin trocearla, sin analizarla con esa pretensión de hallar el significado absoluto de cada uno de los versos y, de esa manera, enorgullecernos de haber comprendido el mensaje final. 

No, no es eso lo que nos pide, sino que nos sentemos en la orilla de las páginas así como el hambriento de belleza y serenidad fija su mirada en esa línea divisoria entre el cielo y el mar sin la necesidad de enumerar la diversidad de tonalidades o medir la altura de las olas.

"El hombre es una duda". Observemos, pues profundamente en calma, nuestro interior y lo que nos rodea, con los ojos y las manos abiertas al extraordinario don de la inocencia: "Me renuncio. No soy persona: ya estoy en la inocencia".

fragmento del prólogo del que es autoraCarmen Aliaga
Aquí lo puedes conseguirhttps://www.createspace.com/7468936

Aquí puedes echar un vistazo al interior
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viernes, septiembre 01, 2017

Un Humano cualquiera, nuevo libro de Alonso de Molina


Un Humano cualquiera
Poesía del Siglo XXI
(colección Poetas de Hoy)








ya disponible en Kindle y en Papel



Puedes leer el prólogo y las primeras páginas:
Kindle
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Si quieres publicar tu libro en la
Colección Poetas de Hoy Poesía del Siglo XXI
deja un mensaje y por privado contactamos.


domingo, agosto 27, 2017

Libro huérfano. Carmen Aliaga



Se trata del volumen 75 de la colección Papeles de Trasmoz, editado por Olifante Ediciones de Poesia. Es un libro de bolsillo, muy práctico para tenerlo a mano, de unas 60 páginas con un diseño sobrio más que aceptable.

No quiero apresurarme, el día de hoy, como el de ayer, está ventoso en esta Costa de Almería donde ha venido la poeta desde Zaragoza. No obstante, leo su libro aventurándome en la metafísica de sus versos, esa complejidad entre la vida y la muerte que como un enjambre de algas bioluminiscentes nos muestran un camino de luz o de oscura cerrazón.

Precisar que escuchar a Carmen Aliaga es bueno para la poesía, ella siembra afición, su voz impone silencio, llega con la cadencia justa, el ritmo justo, la sonoridad justa. Carmen lee y recita, recita y lee, y en ambos casos la emoción verso a verso, poema a poema, está asegurada a través de su voz serena, afable y bien timbrada, logrando transmitir al oyente serenidad y buen oficio.

Libro huérfano está dividido en tres partes: I Gestación, II Alumbramiento y III Orfandad. Hay que precisar que se trata de un libro, un poemario, donde el dolor ahonda, se va gestando en cada verso y de principio a fin un dolor enraizado y en abierto conflicto con la realidad como manifiesto desacuerdo con lo inevitable: fruta que se desploma / hueso que vuelve a tierra.

Podría ser un estado de ánimo, podría ser una percepción de la vida, de algún fragmento de la vida;  a lo largo de los tres capítulos que conforman el poemario, se aprecia un equilibrio, y a la vez cierta ingravidez de la palabra en la imagen que de ella misma le devuelve el espejo: –Salir de Dios– / –Entrar a la máquina / Salir del sueño / –soñar ya no me pertenece–.

Quizá, en el fondo, también se observa un reflejo de la propia ausencia; sabido es que los versos hablan por uno mismo, a veces sin ni siquiera estar de acuerdo: cuando no coinciden / las manos y las riendas. / El río se derrama / sobre su cabellera. / La montura del llano / no alcanza a sostenerla.

Una hechura de nubes absortas en su propia geografía, tal vez el paisaje infinito del que quisiera huir dejando atrás, si acaso, su propia huella: Una mujer se anticipa a la muerte / ha llegado a ese punto donde queda frenada / la belleza convulsa de la vida.

Entre los versos -cortos, ecuánimes- se esconden silencios, una suerte de brújula de qué quiero, adónde voy, quién soy. La poesía es otra vez  puente entre lo material y espiritual que nos conforma como seres humanos con toda su grandeza, sus debilidades y su desesperación.
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Vuestro en la poesía
Alonso de Molina
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Ficha técnica:
Carmen Aliaga Sevilla. Zaragoza.
ISBN: 9788494633768
60 páginas. Libro de bolsillo.

sábado, marzo 18, 2017

Reseña. Son Aymara. Poemario de Alfonso Berlanga



¡Obrajes, Calacoto, Cota Cota! / ¡Miraflores, Irpavi, Archumani!
Son Aymara. Poemario de Alfonso Berlanga

Pues sí, ya sé que las 16:10 no son horas de desayunar, pero la culpa de mi insomnio la tiene Alfonso Berlanga. Anoche no pude conciliar el sueño hasta pasadas las 04:00, tenía en mis manos su libro SON AYMARA que desde el miércoles, en la presentación del mismo, ya me estaba haciendo guiños. Así que me he levantado sonámbulo, tal vez por eso lo primero que he hecho esta mañana -este mediodía para ser exacto-  ha sido aviar a los gatos, concretamente gatas, les he lavado el cuenco de cristal del agua y el otro cuenco de acero para el alimento dietético para gatos  de la marca que recomienda el veterinario, un jamón pata negra saldría más barato, pero son mis gatas, me acompañan cuando escribo o leo y son las últimas en retirarse cuando me afano tocando la guitarra.

Había pasado la ventolera tarde de ayer con picor de ojos, el levante insiste con la persistencia de un inmigrante en la valla fronteriza de Beni Hassan, Melilla. Preparo té verde, prendo un sándalo, la calma va entrándome poco a poco, me estiro tomando asiento en el chaise longue, impaciente, como mis dos gatas que miran al techo con los ojos muy abiertos,  el libro de Berlanga, en sus páginas finales, persiste insinuándoseme con insolencia cartesiana, estiro un brazo para prender el portátil, con picor de ojos y todavía soñoliento a estas horas en que la primavera se acerca al galope y el viento de levante sopla tenaz a velocidades que harían saltar los radares de tráfico.

Son Aymara

El epicentro del poemario es precisamente el poema Tiahuanaku donde al final de cada estrofa, como una ardua letanía, repite “son aymará, son aymará”, título del libro.

Tiahuanaku descansa dormido en la distancia, / sus huidizos lebreles deambulan desolados, /  los lares insepultos corean sus enigmas / los hijos y mujeres recuentan las estrellas. / Una paz indolente se mueve en los caminos, / el pasado rezuma de astros relucientes, / de destinos perdidos y fuegos recobrados / que en la noche destila la sangre derramada / y la sombra de un tiempo callado para siempre. / Son aymará, son aymará.

 Tiahuanaku es una antigua ciudad arqueológica ubicada en La Paz, Bolivia, muy cerca del lago Titicaca al que también Alfonso Berlanga dedica un poema:

Azul profundo te muestras a mis ojos / mágico mar herrado en tus alturas… Eres grandioso, omnipresente, vivo,… el tiempo que me das, tu tiempo herido.


A través del libro de poemas Son aymara, de Alfonso Berlanga, he paseado las calles de Bolivia, hablado con sus gentes, me he sentado a la mesa con las familias, he compartido los recelos, preocupaciones, miedos e inquietudes del pueblo bolivariano, sus fiestas y folclore, sus gestas del día a día, he viajado en bus:

¡Obrajes, Calacoto, Cota Cota! / ¡Miraflores, Irpavi, Archumani! / voceros en minibús, medio cuerpo en cabestrillo, / pregonan su mercancía a los viandantes, / infernal ruido, gasolinazo en el aire / festejo multiforme de carreras encendidas / y gentes que se apiñan en butacas de trapo.

Este poema, me recordó algunos periplos en Quito, Ecuador, donde en cada parada de transporte público, popularmente  “el trole” suben y bajan vocingleros y mercachifles a ofrecerte un desmedido arsenal de productos insólitos.


La estructura del poemario son versos dilatados, de métrica generosa con base heptasilábica y sus cercanos endecasílabos y alejandrinos, formato en que discurre una gran parte del poemario. En el segundo capítulo del libro, dedicado a la familia, Berlanga exhibe su maestría con los versos alejandrinos a través del único soneto de todo el poemario. “El primogénito”: Rutilante y altivo, aymará pretensioso, / astuto, caprichoso, enigmático, simple, / profundo en su mirada, en sus ojos de almizcle, / autoritario siempre, callado y perezoso.

-
En definitiva un libro para conocer e incluso comprender la idiosincrasia de todo un pueblo a través de la  mirada poética de un experimentado poeta poeta que nos muestra con maestría los lugares, las tradiciones y costumbres peculiares enraizadas en el canto, la música,  la danza; el día a día, el arraigo familiar,  la gastronomía, la forma de vestir,  el modo de hablar y comportarse del pueblo de Bolivia.


Mientras escribo estas letras,  escucho de fondo a Sabina, él dice que lo niega todo, y lo afirma con talento y solera, yo mismo, como Sabina, también lo niego todo porque aún no estoy convencido de nada!

Vuestro en la poesía


Alonso de Molina

lunes, septiembre 05, 2016

Entrevista con el Poeta Alonso de Molina




 
Alonso de Molina es un Poeta español de gran talento que ha participado en la fundación de diversos grupos poéticos como el 'Grupo Poético Alaire' y el movimiento poético 'Lyric Storm', y participado en múltiples antologías. Su último proyecto es la Revista trimestral 'De Sur a Sur'. Tiene tres nuevos libros de poesía que espera su publicación para el 2017.
 
Ismael Lorenzo.
Creatividad Internacional
 

martes, agosto 16, 2016

La voluntad quebrada. Javier Arnáiz


Federico, Federico, han limpiado las balas y el fusil con el que te ajusticiaron”. La voluntad quebrada. Javier Arnáiz (bilbaíno nacido en Logroño).

Muchas veces tu casa son esos espacios, esa arena o esas piedras de cualquier playa, parque montaña, donde te sientes cómodo y te apetece un respiro, un aire, un slow people, en suma una lectura tranquila y algo de música, tal vez Norah Jones o su hermana de padre, la genial compositora e intérprete del sitar Anoushka Shankar, mientras dejas pasar los minutos, las horas, recogido en ese espacio atemporal donde no te sientes aludido por ningún hambre de notoriedad, no es resonar lo que tu pelo –cada vez más gris- te va pidiendo, es un dejarte devorar por la luz mientras celebras la ignición de tu propio mundo interior, eso sí, sin promesas, sin juramentos ni cantos minerales sobre las estatuas de piedra con las que te cruzas como poeta y que a veces parecen cobrar vida, y como percibes que te miran de soslayo, las miras tú alzando tu mentón mientras piensas que será en pocas horas, de un día como el de hoy, cuando la luna llena las abrace y corone sus sienes con su irradiación luminiscente para donarles el brillo que la química de su propio talento no les aporta.
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-“Me exige la ciudad un poema urgente”. Es preclaro Javier Arnaiz al manifestar con su verso esta exigencia ciudadana. Y a eso vamos, porque todo en la vida es un trasiego de causas, ideas y pensamientos. Y la poesía es un flujo, un decidido flujo, con toda la eternidad por delante; en cada época concurren vías de diferentes arquetipos, pero con destino, razonamiento y causas de idénticas formulaciones, consustanciales para el ser humano. “Que cada uno aporte lo que sepa” decía Blas de Otero, y Javier Arnáiz parece tomarle el relevo hablando, escribiendo, de la manera más natural, más llana y más explícita.
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En estos días de mediados de agosto, se cumplirán 80 años de la muerte, mejor debería decir crimen, de Lorca. Un libro como el de Arnáiz nos viene a demostrar que España -¿solo España?- no ha avanzado gran cosa en derechos sociales, que seguimos siendo alienados por un sistema que camina, nos hace caminar, sin rumbo con una trayectoria desoladora. “Qué tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio” decía Bertolt Brecht; “Federico, Federico, han limpiado las balas y el fusil con el que te ajusticiaron", como si el tiempo se hubiera detenido en los versos de Javier Arnáiz, “Y llueve, llueve y llueve, sobre Bilbao llueve”.
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Muchas veces leemos o escribimos poesía como buscando algo que necesitamos encontrar sin saber ciertamente qué es lo buscamos: “En esta noche que habitamos / escribo / donde no soy / y estoy ausente. / Es la misma caverna luminosa / del tiempo”. –Toda poesía es misteriosa, decía Borges. Pero yo creo que escribimos para salvar al mundo, para salvar al mundo, sí, de nosotros mismos. Esa es la parte más cruda y trágica del poeta, pretender salvar lo que está condenado desde la noche de los tiempos.
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Javier es de lengua clara, ávida, transparente, y exhibe, en sus textos, un enorme apetito, una voracidad de palabras como si quisiera morder, clavar sus dientes en lo que por convicción sostiene que es un sinsentido, los muros, las alambradas, las fronteras… son una vergüenza, una humillación para las personas y un fracaso del ser humano, de sus dirigentes: “No quiero pueblos divididos, / no quiero fronteras dibujadas, / ni alambradas que cierren los caminos”.
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Pero calma, Javier, quizá no lo tengamos todo perdido, tú lo has escrito en verso: “Nos podremos sentir libres, / vivir eternas noches / por la gran avenida de la muerte”. Como tú, este que escribe, también ama a Bukowsky.
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Y que es que no leemos ni escribimos sólo por la belleza de la palabra, el poeta escribe porque es persona que busca la parte hermosa de la vida, incluso en circunstancias adversas: “tengo frío, / la estufa está apagada, / cortaron la corriente /… Me gusta ver tus ojos / con la luz de la vela, / relumbran diferentes, / se acentúa / el dulzor amarillo de la llama”.
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En el fondo, a fin de todo, Javier Arnáiz es un hombre hogareño, familiar, en “La voluntad quebrada”, libro de poemas que estamos comentando, el poeta, dedica entrañables poemas a su esposa e hijos con una ternura que hace más bella la poesía y el amor. “La casa está tranquila, / hay silencio, la tarde pasa lenta / con la vida agitando en sus pupilas”.
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Arnáiz, es amigos de sus amigos, les duele el dolor de su gente, y lo expone en poemas elegíacos recordando a poetas –amigos- que ya partieron como Oscar Alberdi, González de Langarika y Sergio Oiarzabal.
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Mejor que siga la poesía, que no calle el cantor, porque: “Si se calla el cantor calla la vida “.
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Enhorabuena a Javier Arnáiz por esta nueva entrega poética que merece ser leída y ocupar un espacio en las estanterías de hogares, empresas, instituciones, centros de enseñanza…

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Vuestro en la poesía
©Alonso de Molina

miércoles, agosto 10, 2016

Días pares e impares. Julián Borao



Escribo desde el cero, sumo y resto palabras buscando un resultado”.
Julián Borao. Días pares e impares.

Son las 9 de la tarde. Es una hora amorfa. Imprecisa. Pero es una buena hora, más si la tarde ha logrado calmar el viento de estos días. Las noticias de la tele solo hablan de los Juegos Olímpicos, de los tejemanejes politicastros y de la media hora de fama del friki o la famosilla de turno. Desde hace dos días, quiero decir dos noches, vengo escuchando a Ella Fitzgerald y Joe Pass, si el álbum de ambos “Duets in Hannover – 1975” me gustó, “Again – 1976” me deja prendado de la voz de Ella;  la Fitzgerald muestra todo el dulce y toda la sensualidad como para hacer que te eleves con la calma tranquila del incienso.  Él, Joe Pass, logra que la guitarra parezca un piano de cola por la sonoridad y la limpieza de sus notas. El tardío té de hoy no pierde su fuerza, lleva azahar, son hojas puras que hacen calmar aún más el buen temple de la tarde. Tarde, otra más, que tengo entre mis manos el libro de poemas “Días pares e impares”, firmado, como no, por su autor, mi amigo, Julián Borao.

Es difícil escoger solo algunos versos. Días pares e impares, de Julián Borao, es un libro denso, con una madurez poética que advierte que hay poeta para rato, para muchos años; respecto a obras anteriores se advierte un uso más desenvuelto del lenguaje y logra expresarse meridianamente y a través de poesía, sobre los acontecimientos que han sucedido en un espacio importante de su vida: “De entre todas las vidas que he podido vivir / me aferro a las cuestiones del instante”. Borao se manifiesta en estos versos, de calado zenista, con la complejidad del que se afirma cómodo en el vacío existencial, a la vez que busca “las palabras conocidas” para dejarse llevar en “este extraño asombro de existir”.

¿Es un libro autobiográfico? No necesariamente, pero el poeta, en Días pares e impares, nos permite entrar en su propio mundo ahondando en el misterio del tiempo, de los días, lo perdido, lo vivido, lo recobrado… y a la vez, Julián Borao, nos invita a penetrar en los recovecos del ser humano, en su naturaleza más íntima, haciendo de la poesía una página en blanco que –antagónicamente- lo muestra todo.

“Escribo desde el cero, sumo y resto palabras buscando un resultado”. Quién nos puede asegurar que no busca, la poesía, nuestros ángulos oscuros; esa parte desconocida, intrínseca, que nos despierta sensaciones que oscurecidas nos habitan como costras soldadas a las emociones. Y,  milagro, simplemente un verso, nos hace tragar saliva despertándonos sensaciones latentes, tal vez vencidas, arrinconadas en alguna cavidad vacía, en algún ángulo muerto de nuestras emociones. Julián Borao, expone en Días pares e impares, una poética humanizada, empática con los lectores que podrán verse reflejados en muchas de sus elucubraciones.

Percibo la poesía de Julián Borao, como una poesía orientada hacia la búsqueda de una lírica  libre de artificios pero a la vez rica en recursos estilísticos. “No sé dónde ha quedado la mañana / no sé dónde han quedado mis olvidos / se han quedado, quizás, en la otra vida / que persigue la vida que ahora vivo / y que secuestra a veces las mañanas / que sin saberlo quedan para siempre”.

Tantas veces que no sabemos expresar con palabras nuestras emociones nuestros sentimientos y lo peor, no sabemos o no nos atrevemos a expresarlo con acciones sencillas como una sonrisa, un guiño de ojo, un apretón de manos, un abrazo, un beso... La poesía es capaz de hallar nuestros ángulos oscuros y ayudarnos,  a salvar cualquier obstáculo emocional, tal vez mental. “Quizá intenté vivir cada minuto / o reinventé rutinas / del código que habita en lo escondido”.

En un poema las palabras no son palabras. Las palabras pueden ser un rumor a mar, un aire lleno de oxígeno, un horizonte amable, un amor, un recuerdo entrañable, una puerta abierta, un hogar. “Pueden mis ojos perseguir la sombra / de los días que vuelven / recordando tu nombre”.

El lector tiene la opción de leer un poema o no leerlo y si lo lee tiene, tiene la facultad de interpretarlo,  de ver pájaros o nubes negras. El lector es el verdadero protagonista y  dueño del poema. El poeta no. El poeta, en cambio, no tiene la oportunidad de escribir lo que desea escribir. El poema se escribe por sí mismo, el poeta es tan solo un instrumento de la poesía. Y el poema puede ser esa ráfaga de viento que abre las ventanas para mostrarte ese mundo que tal vez tenías arrinconado en algún ángulo dormido de tus emociones. Lector y  poeta son complementos del poema.

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Alonso de Molina

miércoles, julio 20, 2016



"Esto me sucede por haberte besado por encima de mis posibilidades"

Escucho a B.B. King. La tarde está en calma, apenas alguna suave brisa que tan dócil se puede tocar con el rostro de frente sin que pestañeen los ojos; breves ráfagas de aire que -aun viniendo sin nombre- sé que se dirigen a mí. Sientan bien a estas horas en que el calor del último día de julio parece darnos tregua y permite el acomodo en la terraza. Bebo té. Una mezcla de té verde, té jazmín y yerbabuena recién cortada. En la mesa varios libros de la última redada –Javier Arnáiz, Julián Borao, Óscar Alberdi, sí, también el recordado Oscar, y Amaia Barrena-. Tengo que decidirme por alguno. Son cuatro libros de poemas y me están mirando, yo también los observo mientras escancio un primer vaso de té desde una altura suficiente como para que coja oxígeno y potencie su sabor.  Bebo un primer sorbo en  tanto me hago la pregunta de siempre, – ¿qué puedo esperar de un poema, de un libro de poemas? – ¿Acaso sonreír, pasar un rato agradable, los tópicos de siempre, tal vez emocionarme…? De momento esto es lo que hay, unos textos, un puñado de poemas, un firme para respirar –supongo-  y de alguna manera nos curte y nos recuerda que seguimos siendo humanos, demasiado humanos, con sus emociones, sus dudas, sus debilidades, sus virtudes y sus miedos.
 Sin mirar al montón de libros que aguardan sobre la mesa, estiro el brazo derecho, mientras el izquierdo asciende nuevamente dirigiendo el vaso de té a mi boca, y cojo uno de ellos, el azar ha querido que sea el de la jovencísima Amaia Barrena.

 CAFEINA PARA INSOMNIOS PROMISCUOS. El título ya es suficientemente sugerente como para entrar sin llamar. Las letras, los versos de Amaia Barrena me reciben de buen grado. Leo el prólogo y conforme avanzo entre las páginas parece que el libro va creciéndose a la vez que mi interés por leerlo de principio a fin. 
 Antes de seguir debo decir que soy una de las personas afortunadas que ha recibido CAFEINA PARA INSOMNIOS PROMISCUOS firmado y dedicado por la propia autora. Y antes de seguir mi reseña, debo decir además que a los pocos minutos de despedirme de Amaia ya empezaba a extrañarla.
 La poesía de Amaia Barrena está surtida de figuras alegóricas, imágenes y metáforas que se apoyan unas con otras para crear estrofa tras estrofa un mundo donde la sensualidad, el erotismo y el amor, es mostrado a través de un lenguaje fresco, campechano, directo, pero a la vez antagónico, con toda la fuerza, las dudas y la  disconformidad propia de la juventud de la autora. El amor como actitud ante la vida, como una apuesta al todo o nada: “llevo tantas copas encima que no me caben en el lavavajillas, que colgarme de un árbol sin banqueta habría sido menos estúpido y más productivo que colgarme de ti”.
 Su lenguaje es urbano, coloquial, lleno de matices, algo irónico, sarcástico: “ soy el tornillo que te falta para comprender cuánto necesitas un amor pasado de rosca”.
 Amaia Barrena, escribe desde la perspectiva de sus años, es poesía libre, pero no pierde ritmo ni interés la lectura de sus versos, sabe conjugar los tiempos y mantener en vilo al lector: “por fortuna para mí, mi pie derecho se ha quedado sordo y se niega, dado su estado, a seguir bailándote el agua al segundo paso de vino, a ofrecer mis labios tras el tercero como un sólido aceite con el que engrasar las húmedas bisagras de tus piernas”.
 Es además ingeniosa y divertida sin dejar de ser poesía lo que escribe: “No encuentro el bar con la barra de pegamento apropiada para suturarme el ánimo roto”, o “crees que podríamos construir juntos el metálico esqueleto de un monopatín y darle esta vez a nuestro amor paralítico la oportunidad de ir sobre ruedas”. Nos lleva verso a verso, Amaia Barrena con su lenguaje intenso a conclusiones como esta: “Sí, me merezco esta crisis nerviosa. Esto me sucede por haberte besado por encima de mis posibilidades”.
 Prosigue Amaia Barrena con un repertorio algo inusual en poesía, mezclando versos con ibuprofenos, vitrocerámicas, Chupa Chups, dietas celíacas, tallas, Ikea… y todo este desvarío por un tropieza con la cafeína para insomnios promiscuos: “Me gusta tenerte en la punta de la lengua, pronunciarte sin preservativos. / Lástima que ya vuelva a ser viernes, ahora que no recordaba que no me quieres como te quiero. / ”el mundo es un pañuelo de papel que a cambio de un beso tú me vendes en cada semáforo en que nos detenemos”.
Vuestro en la poesía
©Alonso de Molina

sábado, junio 18, 2016

La Náusa. Soy como un ojo pegado a mi conciencia. El mundo poético de Alonso de Molina


Alonso de Molina. Almería. 1960. Cofundador del Grupo Poético Alaire. Impulsor del movimiento poético Lyric Storm. Miembro de Poetas del Sur. Colaborador habitual de la Revista Alaire Bienestar-Ciencias-Arte. Promotor de los Portales de Poesía Poetas de Hoy y Blog Poetas de Hoy. Editor del Blog de Poesía Los Otros que me forman. Publicado un poemario y nueve antologías de las cuales tres como coordinador y unos cuarenta artículos y entrevistas.

Coautor, junto a otros autores, del libro colectivo “Odaldecir Poemas en Lengua Castellana” editado en Buenos Aires (Argentina) durante el mes de julio del año 2003. En el mismo año aportó sus textos a la antología poética "21 Poetas por la Paz" (Australia). Ha sido antologado en el "Libro de Poetas 2004" (Córdoba, España). Algunas otras creaciones  (artículos, micro relatos,..) están expuestas en distintos blogs de Internet y en edición impresa en varios números de la revista "Transparencias" editada en Almería (España) y en la Revista Alaire Bienestar-Ciencias-Arte. En marzo de 2007, la editorial Albatros Press incluye uno de sus poemas en la Antología Poética "El Sol Desmantelado" en conmemoración del Centenario de poeta W. H. Auden. En enero 2009 su poemario La Memoria Fragmentada es incluido en la Antología publicada por la Editorial Alaire y este mismo año coordina la Antología Poética Universos Diversos. Poesía del Siglo XXI donde participan un total de 22 autores, 11 hombres y 11 mujeres. En 2007 y 2008 coordina las antologías Un Mundo y Aparte y Área Reservada publicadas en Bubok Publishing. En julio 2010 se presenta " Tributo a Sabines: he aquí́ que estamos todos reunidos", donde es igualmente antologado junto a otros 50 autores de España, Argentina, México y Chile. En octubre 2011 coautor de la Antología Poética "Árido Umbral" junto a otros 13 autores, publicada por Editorial Alaire. Referencias, muestras y reseñas poéticas en diversos portales de Internet. Desde 2008 viene participando en jornadas, recitales y encuentros de poesía como el Parapanda Folk, Festival Grito de Mujer; Encuentro Nacional de las Artes y de las Letras del Mediterráneo, Poesía contra la barbarie; Poetas contra el desaliento; Senderos de Poesía en la Naturaleza; Yoga y Poesía, Poesía sin promesa, Poesía de Cercanía,… y más recientes colaboraciones “Velorios Poéticos de Almería”, “Antología Homenaje a José Angel Valente” y “Antología Más Allá del Sur” en este 2016.


VIERNES, JUNIO 17, 2016

Poética
 
 

Concuerdo con mi admirado Antonio Gamoneda al afirmar que el poema es más poesía cuando es capaz de construir una visión del mundo acorde a una determinada manera de ser, pensar, sentir.  Una poesía introspectiva, filosófica, simbolista, como llave que abre otros mundos, como de similar manera manifestara Vicente Huidobro en “Arte poética.
Artículo completo en La Náusea


http://lanausea2000.blogspot.com.es/2016/06/soy-como-un-ojo-pegado-mi-conciencia-el.html


 

miércoles, junio 01, 2016

Entrevista con Alonso de Molina


Conversando con Liss   
Por: Lissette Ambrosio Rivas
 Miembro del Consejo Editorial de
'Creatividad Internacional'
 
 
ALONSO DE MOLINA
 No busco el verso ni el poema, creo que el poema sale a mi encuentro, la ha tomado conmigo y me busca
 
 
¿Qué lo impulsa a escribir?
En realidad no sé muy bien qué me impulsa a escribir,  pero pudiera ser que escribo para crear un espacio particular, íntimo y propio donde encontrar respuestas sobre mí mismo en particular y sobre el ser humano en general en una sociedad que hemos creado entre todos y en la que cada vez nos invade una enorme  y compleja paradoja, se comparte más, estamos más cerca unos de otros, mejor comunicados pero se habla menos, se dialoga menos; en la poesía he encontrado un excelente medio de expresión, un hondo pozo de conocimiento donde te obligas a una búsqueda constante en pos de entender la vida; siendo impulsivo, algo osado me gusta observar y experimentar con todo lo que a mi alrededor acontece, soy consciente que es preciso equivocarse para poder acertar, que es necesario conocer lo oscuro para valorar la luz.
No soporto la hipocresía ni las verdades a medias, me gusta ir directo, a bocajarro, en pos de la verdad, no se estar callado, digo lo que pienso y muchas veces no pienso lo que digo. En el fondo, la poesía no sirve para nada pero invita a la reflexión, mata algo la soledad y a veces incluso divierte.
 
 
¿Cuáles han sido  sus lecturas preferidas
Puro autodidacta. No tengo un currículum académico. Soy, tal vez, de los que han vivido, y vivo, a salto de mata; mi educación más que precaria es nula, así y todo, llevado por algún atávico instinto, procuro apartarme de la mediocridad, de ese asfalto hirviente que te quema los pies y te hace tragar saliva mientras apartas la vista de lo mezquino y vulgar. Acaso hubiera deseado  tener estudios sobre letras y filosofía de la vida, pues a pesar del tiempo que ha transcurrido desde que nací y los kilómetros que he recorrido, me siento a veces náufrago incapaz de entender a las personas y comprender lo que ocurre en el mundo. Tampoco, culturalmente, es que haya vivido debajo de un puente, no soy del todo un menesteroso cultural, pues de niño leía a El Capitán Trueno, el TBO y me desternillaba con Mortadelo y Rompetechos mientras leía el Tío Vivo.
De muchacho me sonreía con Mafalda, me encandilaban los versos de Lorca, Miguel Hernández, Machado... y me alborotaron poetas como Leonard Cohen, Jaime Sabines  o Carlos Edmundo de Ory. Después fueron llegando Neruda, Pablo De Rokha, Vicente Huidobro, Walt Whitman, Baudelaire, Cortázar, Paul Éluard, Borges….
De joven tambien me gustaba leer el Tao Te King de Lao Tsé y los aforismos de Nietzsche; leía los Yoga Sutras de Patanjali y por mi enorme afición a las artes marciales leía con devoción al maestro zen Taisen Deshimaru. Y algo me debe de quedar de este apego oriental, pues en los útimos años vengo leyendo a autores japoneses como Haruki Murakami, que espero que por fin le den el Nobel de Literatura porque lo merece, como ya ocurriera con su compatriota Yasunari Kawabata que ha sido hasta ahora el único japonés galardonado con el Nobel de literatura.
 
 
 
 
¿Piensa que ha tenido alguna influencia o cuáles?
Me declaro omnívoro. Y como a Borges, no me interesan los multitudes, escribo para mi propia vanidad, para resguardarme del soliloquio que prevalece en mí y escribo también para los desatinados que opten por leerme; prefiero individualidades, personas con cara y nombre propio y también coincido con Borges en que solo leo lo que me engancha desde el primer momento, si una lectura me aburre cierro el libro.
-Influencias? Soy influenciable, pero no suelo adoptar ningún tipo de influencia. Soy omnívoro -ya digo- y picoteo de todos los platos que atrapan mi interés. No busco el verso ni el poema, creo que el poema sale a mi encuentro, la ha tomado conmigo y me busca, a veces frontal o verticalmente, otras al trasluz, pero me busca como el que busca un día de lluvia en el desierto o un vientre contorsionista con suficiente cintura como para esquivar las trampas de la cotidiana realidad. 
 
 
¿Cuáles han sido sus motivaciones más recientes para escribir?
En los últimos meses estoy recopilando escritos míos que datan desde los inicios de los foros poéticos en Internet, desde el año 2000 concretamente. Observo que hay muchísimo material y que justamente por no poseer una educación literaria mi forma de escribir es bastante distinta a muchísimos otros, eso me hace sentir diferente y me anima a emprender proyectos que estaban relegados, puesto que pasados los cuarenta, literariamente Inédito, me sentí claramente aludido, ya no sería nada en la literatura, mis textos quedarían relegados a poquísimos lectores, probablemente a ninguno, a lo más podrían permanecer virtualizados en algún blog, confinado a la indiferencia de millones de caracteres en código binario que nutren la maraña de Internet.
Así que lejos del desánimo estoy preparando una extensa bibliografía de trabajos inéditos -unos 18 libros de poesía que se distribuirán próximamente en digital- además de estar inmerso en dos trabajos literarios –una novela y un libro de poemas con algunas variables inéditas- que espero que este 2016 vean la luz y puedan ser distribuidos en España y Latinoamérica.
 
 
¿Su rutina diaria tiene alguna relación con sus hábitos poéticos?
Tengo mi propia empresa. En la vida diaria, me desenvuelvo como gestor de proyectos, project manager como se dice ahora, intento coordinar más que liderar, cohesionar planteamientos e ideas y emerger siempre, constantemente startup.
 
 
¿En estos momento, cuáles son los libros que sientes más cerca de ti?
Me gusta la literatura japonesa, me gustan los manuales sobre yoga y cultura oriental, poesía debería leer más, apenas si leo lo que yo mismo escribo, una vez descargado me olvido, como reza el Tao Te King, acabada la obra y el mérito cumplido, lo oportuno es retirarse.
Aprovecho para saludar a todos los amigos, compañeros y compañeras que tengo en Creatividad Internacional y agradecerte, Ismael, tu buen talante, así como la buena acogida que siempre me has dispensado.
 
 

http://www.creatividadinternacional.com/group/conversando-con-liss-casa-azul-ediciones/forum/topics/entrevista-con-alonso-de-molina#comments

domingo, mayo 08, 2016

Más allá de la poesía, la metapoesía implica al público





La poesía, como el mar de Benedetti, no se avergüenza de sus náufragos. La poesía es una inquietud constante, también, como el mar, capaz de arrastrarte a territorios suicidas y además, la poesía, araña con las uñas el fondo de cualquier cuenco, escarba en la memoria para que nada muera, y te ofrece las llaves para que todo sea un preciado caudal que nos desborde y nos inunde de palabras, sonidos, sensaciones,… sin más limite que el poder creacionista de cada autor. La poesía es una exigencia continua, una revolución constante donde la creación de cada autor es un conjunto independiente y único que no necesita más explicación que la emoción que pueda llegar a generar.

La creación poética no tiene porqué imitar la realidad ni describir ni explicar nada, se explica por sí sola, o no se explica. En poesía, el poema es el puntal de la obra del poeta. Pero más allá de la poesía, la metapoesía implica al público y solicita del narrador elementos como la expresión corporal, miradas, sonidos, muecas,... en un espacio escénico predispuesto para tal fin, para que pueda provocar en el espectador sensaciones que lo hagan ser partícipes y no meros espectadores de la obra en cuestión.