viernes, agosto 19, 2022

86 años sin Federico García Lorca. ¿No me encontraron? No. No me encontraron. Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba, y que el mar recordó ¡de pronto! los nombres de todos sus ahogados.


 86 años sin Federico García Lorca

5 de junio de 1898, Fuente Vaqueros. Granada
Madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936, Alfacar. Granada

¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.

Miembro de la Generación del 27, Federico García Lorca es el mayor referente de la literatura española del siglo XX. Autor de numerosas obras de teatro, género en el que también se lo considera autoridad e ícono del siglo pasado, destacándose Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Fue asesinado en algún barranco entre Víznar y Alfacar, en las afueras de Granada poco más de mes del inicio de la Guerra Civil Española por su condición de republicano y homosexual.

Hay muchas teorías sobre los motivos del asesinato de Lorca, un entramado de circunstancias e intereses, no exclusivamente políticos, cuyo chivo expiatorio por su condición de artista y especialmente por ver más allá de las apariencias y sobre todo por pretender pensar y vivir en libertad, Federico García Lorca fue cobardemente asesinado el 18 de agosto de 1936, hoy, 18 agosto 2022, se cumplen 86 años del asesinato del poeta García Lorca.

Antes de cumplir la comanda, sus asesinos recibieron la orden "Denle café, mucho café"* del general golpista Gonzalo Queipo de Llano quien ordenó la ejecución del poeta y dramaturgo García Lorca.

En una cuneta entre Víznar y Alfácar se suponen los restos del poeta, los del general Queipo de Llano descansan en la Basílica de la Macarena, en Sevilla. 
*acrónimo que significaba: “Camarada, Arriba, Falange Española”


RUEDA DE LOS TRES AMIGOS


Enrique,
Emilio,
Lorenzo.

Estaban los tres helados:
Enrique por el mundo de las camas;
Emilio por el mundo de los ojos y las heridas de las manos,
Lorenzo por el mundo de las universidades sin tejados.

Lorenzo,
Emilio,
Enrique.

Estaban los tres quemados:
Lorenzo por el mundo de las hojas y las bolas de billar;
Emilio por el mundo de la sangre y los alfileres blancos,
Enrique por el mundo de los muertos y los periódicos abandonados.

Lorenzo,
Emilio,
Enrique.

Estaban los tres enterrados.
Lorenzo en un seno de Flora;
Emilio en la, yerta ginebra que se olvida en el vaso,
Enrique en la hormiga, en el mar y en los ojos vacíos de los pájaros.

Lorenzo,
Emilio,
Enrique.

Fueron los tres en mis manos
tres montañas chinas,
tres sombras de caballo,
tres paisajes de nieve y una cabaña de azucenas
por los palomares donde la luna se pone plana bajo el gallo.

Uno
y uno
y uno.

Estaban los tres momificados.
Con las moscas del invierno,
con los tinteros que orina el perro y desprecia el vilano,
con la brisa que hiela el corazón de todas las madres,
por los blancos derribos de Júpiter donde meriendan muerte los borrachos.

Tres
y dos
y uno.

Los vi perderse llorando y cantando
por un huevo de gallina,
por la noche que enseñaba su esqueleto de tabaco,
por mi dolor lleno de rostros y punzantes esquirlas de luna,
por mi alegría de ruedas dentadas y látigos,
por mi pecho turbado por las palomas,
por mi muerte desierta con un solo paseante equivocado.

Yo había matado la quinta luna
y bebían agua por las fuentes los abanicos y los aplausos.
Tibia leche encerrada de las recién paridas
agitaba las rosas con un largo dolor blanco.

Enrique,
Emilio,
Lorenzo.

Diana es dura,
pero a veces tiene los pechos nublados.
Puede la piedra blanca latir en la sangre del ciervo
y el ciervo puede soñar por los ojos de un caballo.

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.



PEQUEÑO POEMA INFINITO.


Equivocar el camino
es llegar a la nieve
y llegar a la nieve
es pacer durante veinte siglos las hierbas de los cementerios.

Equivocar el camino
es llegar a la mujer,
la mujer que no teme la luz,
la mujer que no teme a los gallos
y los gallos que no saben cantar sobre la nieve.

Pero si la nieve se equivoca de corazón
puede llegar el viento Austro
y como el aire no hace caso de los gemidos
tendremos que pacer otra vez las hierbas de los cementerios.

Yo vi dos dolorosas espigas de cera
que enterraban un paisaje de volcanes
y vi dos niños locos que empujaban llorando las pupilas de un asesino.

Pero el dos no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra,
porque es la guitarra donde el amor se desespera,
porque es la demostración de otro infinito que no es suyo
y es las murallas del muerto
y el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los muertos odian el número dos,
pero el número dos adormece a las mujeres
y como la mujer teme la luz
la luz tiembla delante de los gallos
y los gallos sólo saben votar sobre la nieve
tendremos que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios.

La extensa y variada obra de Federico García Lorca, ha pasado a la historia, son notarias creaciones como Bodas de Sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba, Romanero Gitana, Poeta en Nueva York… en su obra predomina un estilo personal y crítico con la sociedad de la época, donde reflejaba de manera especial el dolor y el sufrimiento de las mujeres que tenían que hacer frente a una sociedad cerrada y violenta.
Todavía en 2022, a 86 años de su asesinato, se desconoce el paradero del cuerpo del poeta, escritor, dramaturgo… lo silenciaron para siempre, pero no pudieron callar su voz.



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1 comentario:

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Tuyo en la poesía
Alonso de Molina