Título genérico: Corazón sin lugar
“Nosotros no nos realizamos nunca.
Somos un abismo que va hacia otro abismo
-un pozo que mira al cielo-“
Fernando Pessoa
(Lisboa 1888-1935)
Incluye los siguientes títulos:
Al calor del desierto Y la luna que barre el cielo mientras la espera Otra vez los acordes esconden la música que quisie Tu corazón que descendía del mío Dame por fin un abrazo sin limite de tiempo Corazón sin lugar Sin ajuste de caricias ni impuestos para el amor Hoy escribo versos que mañana habré de borrar
Todo acontece
al calor del desierto:
el vientre abierto de la noche
y el aliento incendiado del verano.
Permanece
la armonía alborotada de las dunas
donde el infinito se retuerce en arena
y la radiante risa de cada mañana se
atropella
en un esbozo de mediana cordura,
como queriendo vislumbrar, peregrino,
un último rincón para el oasis.
No supiste contestarme
ni predecir, sencillamente,
esa palabra que no acababa de asomar,
y como al sacudir arena entre las
manos,
tiernas tus alas
cayeron como esos instantes oscuros de
la memoria.
A todo esto
¿Cuándo sucedió nuestro abrazo último
antes de proclamarse el estallido?
Entre las grietas crecen flores
nuevas,
el destino, deformada piedra,
no siempre tiene orillas donde
refugiarse;
instantes, días enteros, en que me
siento cegada brizna
que no encuentra camino
para salir huyendo al calor del
desierto.
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Cómo hacer de las lágrimas elixir,
ríos de piedra,
para transformar la vida en aliento nuevo
mientras suenen los tambores yo seguiré cada día danzando
como cuando estuve por primera vez enamorado.
Otra vez los acordes esconden la música que quisiera oír
¿Acaso no puse mi ilusión,
mi tiempo, mi fuerza en cada paso que daba?
¿No tracé líneas curvas
para redondear los obtusos cantos de mi vida?
¿Acaso no escondí mis emociones
para hacer callar a mi conciencia?
Y no he podido hallar
más provocación que tu silencio
¿Y quién soy yo al cabo
para escribirte un poema?
Prefieres la risa
te conformas con ser feliz,
con abrazar a tu mascota.
Por cierto
¿Llevaste a vacunar al gato?
Catarsis de los espejos
mírate por dentro y por fuera,
dibuja un circulo con los ojos,
haz cosas diferentes,
cpero huye de espirales y remolinos
Ve de tiendas,
sé normal
Bebe de un vaso vacío
¿Verdad que sabe a nada?
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En Madrid
las nubes no perdonan
el ciclo vivo de las estaciones
Inmersa en el discurso de la luz
Valencia nos acogió sin reservas
entre su rumor de aguas
No fue Sevilla en sus rincones.
Ni Córdoba con sus laberintos.
No fue Málaga.
Ni fue Granada.
No fue en ciudades ni paraísos
donde postrado a tus pies en un edredón de nubes
el perdón pronunció
tu nombre por mi boca
Mi falta de bondad.
Mi escasez de ternura.
Las fechas olvidadas.
Los bolsillos rotos de pasión.
Las heridas sin intención de dolor.
La no necesidad de tí.
Tu corazón
que descendía del mío
Mi corazón
que se hundía temblando
Mi vida
aplastada en las aceras
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Ella baila las tardes
abrazada a sus fetiches,
y oprimida en silencios
suspira las noches en almohadas fingidas
Así, estacionada en la sedienta quebradura de un río,
divergen las palabras sin canción de luna,
y sin mirar la distancia acaricia acordes
que la noche desvaría para ella:
Dame por fin un abrazo sin limite de tiempo
que multiplique las estaciones con tu corazón desnudo
Al final del vacío un hombre
decrece sin que su mirada lo evite,
y oculto en silencios
canturrea canciones que a ella no conmueven:
Dame por fin un abrazo sin limite de tiempo
para que alcances a verme sin juicios ni censuras
Y en el espejismo de un coro,
furtivamente ambos cantan:
Dame por fin un abrazo sin limite de tiempo
dame tu abrazo, escoge mi beso
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De esos senderos fugaces de las nubes
que de amor transformaba en danza mis pasos
se rompieron los espejos, aguijón resentido,
escarnecido
viento, fugaz y efímero
abandonado en tórridos parejas sin lluvia.
¿Acaso no supe alcanzar ni un solo corazón?
Los dardos no dolerían lo mismo
si las tardes no se envolvieran en lágrimas
y yo no conozco más formas ni caminos
que los que van al centro exacto de mis negaciones;
amor sin la naturaleza de la pasión
no se derrama en lluvia,
el sol no colorea las pautas en el verde exuberante
de la hierba;
con esta ausencia de emociones la danza no asoma
ni ajustan su sinfonía los tambores,
y devastado en deseos cruje sus dientes animal sin besos
no se rinde al éxodo,
a la calma,
ni a la tibia luz de las estrellas.
Glaciar,
Corazón sin lugar,
sólo glaciar
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A veces
algunas cosas me hacen pensar:
un ardiente café en la mañana de agosto;
un coño exacto de espinas;
sin besos uno se vuelve al éxodo
sin retorno a la calma
ni a la luz
Mientras la noche teja oscuro manto
el día romperá en mil colores.
Sin ajuste de caricias ni impuestos para el amor
la luna tornará grotesca su estampa
tu boca, miel de savia,
esbozo de amargura
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Hoy me subordino a ese complejo de hombres
lastimados de amor,
a esos fragmentos de vida que se confunden turbados.
Hoy escribo versos que mañana habré de borrar;
me revelo inflexible en esta protesta
que en las esquinas rubrico alborotado y llorón.
Hoy que la sequía de amor ruge
entre el vacío de mi carne y el cúmulo de codicia,
mi piel se agita entre las avispas y recubro mis huellas
irrumpiéndome de viento y
aullando tu nombre como un lobo excitado
hoy mi gallardía decrece
en esta noche sin orgasmos.
.
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Alonso de Molina